Opinion

Borrachos asesinos

Francisco Ortiz Bello
Analista

2017-06-15

En esta ocasión dejaré un poco de lado la política y sus implicaciones, porque el tema que deseo abordar es altamente sensible dentro de la sociedad, y ha llegado ya a extremos verdaderamente preocupantes su crecimiento e impacto en la comunidad.
Se trata de los conductores que manejan en estado de ebriedad, quienes en el colmo de la irresponsabilidad y hasta de omisión criminal, han venido incrementando en número de accidentes viales, así como de atropellos con saldos verdaderamente dramáticos para los juarenses.
La verdad es que da gusto testimoniar la intensa vida nocturna de Ciudad Juárez, por lo que eso implica en derrama económica y recuperación de la actividad comercial. Esa es la buena noticia. La mala es que ese crecimiento desbordado de la economía se ha basado principalmente en un desmedido consumo de alcohol, principalmente en los jóvenes juarenses.
Y no es que vaya a adoptar una postura moralina y que, desde la trinchera del periodismo o el análisis político, vaya a pontificar sobre el tema, claro que no. Sólo poner en blanco y negro el tremendo prejuicio que ocasionan a la comunidad los conductores ebrios, pero también a quienes los toleran, estimulan y hasta justifican, ocasionando con ello que el problema sea aún mayor.
Nada tiene de malo tomarse algunas copas o cervezas, para acompañar un buen corte de carne o una deliciosa pasta italiana, y luego para salpicar una animada sobremesa. Es más, ya entrados en gastos y animados por los vapores etílicos, tampoco hay nada de malo en seguirse de filo y agarrar tremenda papalina finsemanera que ayude a calmar la presión de las preocupaciones laborales y familiares. Hasta ahí todo bien.
En donde sí hay problema, y fuerte, es cuando quien consumió bebidas alcohólicas decide ponerse al frente de un volante para conducir y seguir tomando. Porque la mayoría de las veces ni siquiera es para irse a su casa a descansar la borrachera, sino para seguirla animadamente y, claro, llevar una lata en el carro mientras se llega a otro lugar. No vaya a ser que se reseque la garganta.
La ironía manejada no es irrespetuosa ante lo grave de los hechos. Se trata de remarcar la poca seriedad que se le da al tema entre la sociedad, y todos nos hacemos como que no vemos, o nos volteamos para otro lado, con lo que la equívoca conducta se agudiza más, y el borracho (o borracha) hasta el gracioso se hace pensando que con eso va a atemperar las críticas y señalamientos por los osos y ridículos que hizo la noche anterior.
El pasado miércoles por la noche, según consigna El Diario, un hombre de 65 años de edad, en tercer grado de ebriedad, arrolló a seis niños que tuvieron la mala fortuna de estar cerca de donde este irresponsable maniobraba su vehículo.
A bordo de una camioneta el sexagenario arrolló a los menores al ir en reversa, seguramente sin percatarse de la presencia de los infantes, al estar completamente ebrio.
Pamela de 10 años y Michell 12, perdieron la vida en el lugar. Resultaron lesionados Javier Alexander, quien presenta una lesión en la cabeza; Belén Alondra de 10 años, con lesión en tobillo derecho; Jaqueline, de12, con fractura en pierna izquierda y Evelin, de 13 años, quien presenta estallamiento de vísceras. Lesiones graves todas.
Las pequeñas que murieron en el incidente engrosarán la mortal estadística oficial, y llenarán de luto sus hogares por mucho tiempo. Los otros niños lesionados, mantendrán en permanente angustia a sus familiares y amigos hasta que alcance la mejoría en su salud. Esperamos que así sea pronto.
¿Por qué? ¿Por qué la irresponsabilidad de una persona debe enlutar y llenar de dolor y angustia más hogares juarenses? Y aun así, hay quienes se dan el lujo de hacer grupos en Facebook, para evadir los retenes de tránsito, o para conseguir clandes en la madrugada, hasta que a alguno de ellos le llegue la tragedia de ser víctima de un borracho al que ayudaron a evadir un retén o al que le vendieron una cerveza clandestina.
Es responsabilidad de todos, de toda la sociedad, no permitir más que personas ebrias se pongan al frente de un volante, representan la muerte en potencia circulando por nuestras calles. No lo permitamos más ¡Por favor!.

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