Opinion

Sayyidna

Sergio Sarmiento

2017-06-14

Me enamoré del pueblo mexicano por su calor, cordialidad y hospitalidad.”
Arzobispo Antonio Chedraoui

Ciudad de México.– Siempre pensé que el año político en México empezaba el 17 de enero. Una vez concluido el puente Guadalupe-Reyes, buena parte de la clase política se reunía para el cumpleaños de Antonio Chedraoui, el arzobispo de la Iglesia Católica Ortodoxa de Antioquía en México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe. La fiesta representaba un momento de "grilla", es cierto, pero también de reflexión sobre la situación política, económica y social del país.
Chedraoui, quien falleció ayer a los 85 años, fue un personaje inusual en la vida de nuestro país. Nació en el Líbano el 17 de enero de 1932. Estudió teología y filosofía en la Universidad de Atenas y se ordenó como sacerdote ortodoxo. Tras una rápida carrera en la jerarquía ortodoxa, fue nombrado obispo y llegó a México en 1966, a los 34 años, como vicario patriarcal. Las autoridades federales le impidieron la entrada durante meses porque las leyes en aquel entonces discriminaban a los sacerdotes y porque él no quiso mentir y presentarse como profesor. Las gestiones que llevó a cabo para su ingreso lo llevaron a conocer al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Sayyidna, término de respeto en el medio oriente con el que lo conocían muchos, ayudó a dar visibilidad y relevancia a la pequeña comunidad libanesa ortodoxa de México. Era un hombre que unía voluntades y familias, y que apoyaba a los miembros de la comunidad. Este trabajo lo fue acercando a políticos y empresarios de todos los orígenes. Muchos se volvieron sus amigos, en parte por su irrefrenable personalidad que no aceptaba nunca un "no" a sus peticiones. Su casa en el Pedregal se convirtió en una oficina a la que llegaban personas de todo tipo, libaneses o mexicanos, para buscar su ayuda en algún empeño o problema.
En 1995 Sayyidna se nacionalizó mexicano y en 1996 pasó a ser arzobispo metropolitano. Sus celebraciones de cumpleaños, el 17 de enero, fiesta de San Antonio Abad, empezaron como reuniones relativamente pequeñas en el jardín de su casa. Con los años fueron creciendo hasta convertirse en reuniones de cientos y luego miles de políticos y empresarios en las que manifestaba su excepcional poder de convocatoria. Cuando ya no pudieron llevarse a cabo en su casa, se trasladaron a un terreno contiguo a la hermosa Catedral de San Pedro y San Pablo en Bosque Real, Huixquilucan, que él construyó con un esfuerzo enorme.  Diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores, secretarios de estado e incluso presidentes, de todos los partidos, acudían cada año a la celebración en la que se servían platillos libaneses y carnitas mexicanas. Chedraoui hablaba unos minutos, tomando algún tema de la agenda política nacional y ofreciendo reflexiones en las que usualmente pedía la unión de los mexicanos. Los invitados discutían de política más que de temas espirituales.
El arzobispo no cambiaba la fecha de su festejo por nada. En una ocasión el presidente Vicente Fox le sugirió que hiciera la celebración otro día para poder asistir. Sayyidna contestó que él había nacido el 17 de enero y no otro día y que la celebración se haría ese día. Martha Sahagún acudió con la representación del presidente en esa ocasión.
Sayyedna pedía favores, pero nunca para él. siempre buscaba ayudar a alguien más. Era un hombre de opiniones muy firmes y a veces abrumadoras. También entendía, sin embargo, que la política es el arte de unir más que de disputar. Por eso su festejo tenía una convocatoria tan sorprendente, por eso era el inicio del año político mexicano.

Dólar devaluado
El 19 de enero de este 2017, en vísperas de la toma de poder de Trump, el peso alcanzó una cotización de 21.95 por dólar en el mercado corporativo. Ayer, a las 11.30 de la mañana, estaba en 17.93. El dólar se ha devaluado 18.3 por ciento.

Twitter. @SergioSarmiento

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