LA COLUMNA
De Los Reporteros
De nuevo Ciudad Juárez y los juarenses quedan a expensas de otro combate electoral. Una vez transcurridas las jornadas del Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, la clase política reemprende de lleno la confrontación para buscar las mejores porciones del premio 2018: la alcaldía, sus regidurías, las diputaciones locales y federales, la sindicaturas, alguna senaduría...posiciones en “la grande”, la Presidencia de la República.
Ayer quisieron hacerse notar en público varios personajes del PRI. Comieron en Los Arcos no tanto para presumir las lonjas de pescado, el pulpo a las brasas indiscutidamente aún el cielo en la tierra y el don Julio 70. Enrique Serrano, Laura Domínguez, Mayra Chávez y Fermín Ordóñez, estuvieron ahí para analizar al alcalde, Armando Cabada; al gobernador, Javier Corral y el entorno en el que arranca su partido hacia el año entrante. Es sintomática la presencia de Fermín, dirigente del tricolor en la ciudad de Chihuahua. No vino nomás a comer.
Viene pues discusión intensa sobre las también intensas dificultades que sufre esta ciudad: la seguridad pública y el señalamiento agrio contra los funcionarios responsables del área; la falta de pavimento y la mala calidad del mismo por todos los rincones de la localidad; el controvertido alumbrado público de solución interminable, la recolección de basura, la calidad en el servicio y alto precio por el servicio de agua potable...Todo será magnificado en la tribuna ciudadana para obtener votos o restar votos.
Viene de nuevo la oportunidad social para premiar gobernantes o imponer castigos. La misma historia pero con algunos actores distintos una vez retirados del cuadrilátero a empellones Teto, Duarte...
Cada nivel de gobierno tiene responsabilidades específicas en la ciudad cuyo cumplimiento o la falta de él recibirá en las urnas su correspondiente pago: los retenes antiebrios (e inconstitucionales), el alumbrado, la conducta y efectividad de la policía municipal, la recolección de basura, por ejemplo, son cobrables al independiente alcalde Cabada.
Las placas vehiculares de cartón, la policía estatal, las ruteras espeluznantes, la educación, el mal servicio y altas tarifas en agua potable son del PAN, con Javier Corral como gobernador. La policía federal, el Ejército, la inocua PGR, la gasolina cara, son del PRI y el presidente, Enrique Peña Nieto. Repetimos: son ejemplos de todo lo que será puesto a flote en la contienda a la vuelta de ya.
En Chihuahua está en su punto la cocina para la reforma electoral. Sobre la misma se han creado algunas expectativas ciertamente sobredimensionadas: Armando Cabada podrá tener alguna ayudita con esa reglamentación pero de manera alguna descansa ahí su esperanza de reelección.
El edil independiente presentó inclusive su propia iniciativa de reforma porque no piensa dejar cabo suelto, pero sabe que eso no redunda en votos. Casi desde que tomó protesta se hizo cliente frecuente de las aerolíneas nacionales por sus viajes de cada semana a la ciudad de México. Toda el fin de la semana pasada estuvo allá. Hemos dicho que parece buscar la ciudadanía chilanga.
Armando Cabada ha sostenido múltiples reuniones con representantes de Morena y con el perredista jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Anda tras las alianzas con o sin luz verde de la nueva ley electoral para la aún indefinida figura independiente.
Casualmente a su regreso le subió algún par de decibles a su discurso. El lunes habló un poco más fuerte sobre las condiciones de la ciudad y la necesidad de mayor concurso de los otros niveles de gobierno. ¿Volver al independiente rebelde?. Esa es parte de la idea.
Paralelamente el alcalde ha intensificado el trabajo de pavimentación y limpieza de camellones. Está muy atento al problema de inseguridad pero los policías le dan dolores de cabeza a diario con abusos y casos de corrupción; la recolección de basura anda en las mismas (con grandes altibajos) y en alumbrado deberá implementar acciones adicionales al proyecto “Juárez Iluminado” porque hay un boquete inmenso de inconformidad por el que se pueden ir miles de votos...Así por el estilo otros temas.
Tiene sin conciliar el sueño a Cabada su estructura política. Anda a la caza de operadores electorales confiables entre algunos priistas con los que se auxilió durante el proceso del año pasado y también gente de Morena que traía intereses entre ese partido y el tricolor. Pronto veremos caras “nuevas” en el equipo de campo...si los dejan ir del PRI, y si Juan Carlos Loera afloja, el jefe real de Morena aquí.
El operador estrella de Armando, Polo Canizales, innegablemente no goza ya del rango de general en jefe en el cuartel independiente. La capacidad se mantiene pero la confianza entre ambos ha tocado el nivel del suelo. Es asediado por Lilia Merodio, por Teto Murguía y otros muchos priistas y hasta panistas que lo quieren en su trinchera.
Desde el nuevo amanecer le tiene echado el ojo al dueño de El Herradero la vicegobernadora Leticia Corral en la peonada que pretende aventarse junto con su hermano el gobernador de rescatar Juárez para Acción Nacional a través de Alejandra de la Vega o Pablo Cuarón, consuegro del dueño del Plan Estratégico de Juárez, Miguel Fernández Iturriza, que a su vez ha venido tratando de quedar bien con Cabada. El comentario es pertinente solo por eso.
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Ninguno de los grupos priistas está dormido, ni antes del resultado del Estado de México ni después del mismo. Por algo de ha de ser. (Ayer en Chihuahua Memo Dowell encabezó la anunciada reunión de presidentes seccionales a la que convocó el exalcalde, Marco Quezada).
Creen los tricolores en Juárez (y en otras partes del estado) que las esperanzas y confianza de los fronterizos en la administración independiente se han desplomado –más allá de las condiciones que le favorecieron el año pasado esencialmente por las reyertas y traiciones entre priistas y panistas-. Los resultados de sus sondeos hablan de malestar ciudadano por múltiples razones, hasta por la forma en que estructuró su gabinete Armando.
El viernes de la semana pasada hubo asamblea priista en las instalaciones municipales de ese partido en esta frontera. Una de las mesas, que fue llamada de estatutos, estuvo comandada por la diputada Adriana Fuentes, que aspira a la Presidencia Municipal.
La legisladora fue custodiada en su mesa por Ángel Badillo, Enrique “Quique” Licón, Luis Calzada, Jorge Gutiérrez Casas, y Mireya Porras, entre los principales. Los nombres son importantes porque hablamos de tribu Murguía.
Si en el fondo Teto no trae auténticamente alborotada la solitaria hormona del 2018, tenemos una primera impresión de que está enviando a su equipo para encarrilar a Fuentes, también empresaria del gas, crítica y abierta enemiga de la que podría ser su contendiente, Alejandra de la Vega. Las picadas de ojo son recíprocas; la juarense tampoco la pasa ni en miel virgen.
Adriana sería una oponente más que seria para Cabada tanto por el conocimiento grillo que ha obtenido como por su disposición a colocarse al nivel de los electores en todos los estratos sociales.
En las mismas aparece la senadora Lilia Merodio, más activista, más afanosa y más directa cuando de posicionar su imagen para campaña electoral se trata.
Ambas jalan la atención muy de cerca del equipo del exgobernador, José Reyes Baeza y de la senadora Graciela Ortiz. Están de acuerdo en que Juárez es rescatable el primer domingo de junio del año entrante por las mismas razones ya expuestas... y otras que guardan como secretos.
Los priistas ya no tienen entre sus preocupaciones centrales el “costo” y el desgaste de Peña Nieto y su administración (por lo menos no ahora); solo les intranquiliza el cabello delgado que les separa de la división y la confrontación interna. En estos momentos no está superado junio del 2016. Duarte es mantenido a mucha distancia por el gobernador Corral pero su influencia al interior del PRI chihuahuense sigue siendo indiscutible.
El presidente municipal independiente ya se convenció que hoy no tendrá el respaldo de Javier Corral que tuvo el año pasado porque el gobernador quiere a Juárez para su partido. Sus audiencias y su trabajo político los está encaminando claramente hacia el fortalecimiento justo de Alejandra, la Secretaria de Innovación y Desarrollo Económico, y de Pablo Cuarón, titular de Educación y Deporte, ambos aparentemente sin mayores luces como políticos (su cardex aparece en blanco en esa materia), escuálidos en su función pública pero respaldados por el tiburón que es Corral Jurado, experimentado en sacar de la bolsa el triunfo a sus opositores: remember Jorge Manzanera, Carlos Borruel, Cruz Pérez Cuéllar, Juan Blanco... Enrique Serrano.
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Hacia la misma vía del 2018 se encamina Morena. Nos explayamos demasiado en PRI y en PAN, pero las huestes de El Peje en Juárez comandadas por Juan Carlos Loera tienen fundamentos creíbles de posible triunfo por la alcaldía. Con Cabada o sin Cabada... y a pesar de Cabada.
Los Morenistas juarenses andan en pleno activismo preparando la “firma con la sociedad” que encabezará en la ciudad de Chihuahua Andrés Manuel López Obrador el próximo fin de semana pero al mismo tiempo ya tienen cubierto el 100 por ciento de las secciones electorales de esta frontera (al menos con dos representantes) para el año entrante.
Los priistas no creen ese dato. Consideran que si acaso el tricolor cubre el 100 por ciento de las secciones; ningún partido más. Pero los Morenos presumen en mano sus estadísticas y las gozan... solo les falta candidato!.
Con Morena en esa competencia queda completo el cuadro listo para ir por la Alcaldía. Estudiosos del tricolor, independientes y hasta de Morena están seguros que la gran competencia será entre ellos; buscan sacar de la jugada al blanquiazul porque el nuevo amanecer sigue sin arribar a Juárez electoralmente y porque Acción Nacional ha sido prácticamente inexistente, pero en nuestro análisis se le mueve una patita por las razones dichas: Corral puede convertirse en el más débil opositor pero da sorpresas como las descritas líneas arriba cuando pone toda su concentración en determinados objetivos.