Opinion

La semana del año

Juan Carlos Loera de la Rosa/
Empresario

2017-05-28

La próxima contienda electoral en el Estado de México será la coyuntura para sus ciudadanos de tomar una de las decisiones con mayor trascendencia e importancia de los últimos años.
Un revés para el PRI en su principal bastión, la casa de Peña Nieto y sede del Grupo Atlacomulco, significaría la debacle total del priismo respecto a la elección presidencial del 2018. Por ello, no es casualidad que el proceso electoral mexiquense haya tenido un actor no registrado oficialmente… el presidente de la República quien ha intervenido inescrupulosamente a través de miembros del gabinete en el proceso electoral, ya que perniciosamente han utilizado los programas sociales, cometiendo sin pudor, múltiples violaciones a la ley electoral, para favorecer a su alicaído candidato Alfredo del Mazo.
La intromisión de secretarios de Estado en Edomex, por parte de Aurelio Nuño Mayer, José Narro Robles, Rafael Pachiano Alamán, Enrique de la Madrid Cordero, Gerardo Ruíz Esparza,  Luis Miranda Nava y algunos otros funcionarios federales, se ha desarrollado en dos vertientes asignadas por Peña Nieto: una de ellas será aterrizar programas oficiales en regiones susceptibles en la compra del voto, y la otra (la más burda), operar estrategias vilmente electoreras como el manejo de “call centers”, incentivar el abstencionismo, armar el acarreo en el “día D”, etc. Todo esto revelado en un documento que llegó a las manos del presidente de Morena Andrés Manuel López Obrador y que ya ha sido exhibido en las redes sociales. 
Pero esta estrategia electorera mostrada en dicho documento no es el único ardid que muestra la desesperación y nerviosismo de quienes ostentan el poder, afanosa y mezquinamente intentan  aplicar una de las principales máximas políticas de Maquiavelo: dividir a los adversarios, en este caso el enemigo a vencer es el pueblo mexiquense que saturado durante casi ocho décadas de perniciosa hegemonía priista entregará su voto a la oposición, y es ahí donde está el truco; la abanderada del PAN ha ido en caída libre y ha dejado de ser un actor importante en la contienda, sin embargo, inusitada e increíblemente el candidato del PRD Juan Zepeda es mostrado por algunas encuestadoras con un crecimiento tal que según ellos lo coloca como el tercero en discordia, estrategia burdamente diseñada para dividir a la izquierda, tratando de restarle así votos a Delfina Gómez.
No obstante, sus argucias políticas no parecen darles resultado; el llamado de López Obrador a otras fuerzas políticas y a sus militantes, de unirse en torno a Delfina en momentos significativos y definitorios en la búsqueda hacia la transformación del país, empieza a rendir frutos, una parte importante del SNTE, otrora fiel al régimen -encabezados por Rafael Ochoa ex líder nacional y Fernando González ex sub secretario de educación pública-, otorgó su respaldo a Delfina Gómez.  Otro campanazo ha sido la declinación del candidato del Partido del Trabajo (PT), Oscar González a favor de Morena.
La adhesión del SNTE a Morena es un duro golpe a la estructura territorial del PRI que en buena parte ha sido provocado por extorsiones contra el magisterio quien muchas veces ha cedido a ellas y que ahora se libera del yugo al ver fortalecida la esperanza de finiquitar definitiva y legalmente el vínculo con su verdugo.  La suma del PT y su voto duro en la recta final de la contienda (aunque la afluencia de votos sólo represente una cantidad mínima para Morena), políticamente lanza un claro mensaje del voto útil al pueblo mexiquense que el medio para derrocar al PRI y todas sus artimañas, es indefectiblemente, adhiriéndose a Morena.
La elección en el Estado de México está en el ojo del huracán y los mexiquenses lo saben, eso ayudará para vencer a otro rival: el abstencionismo y concluir con la dinastía Del Mazo en el poder.
Si por el contario, se llegara a imponer la elección de Estado sobre la voluntad ciudadana, el PRI ganando también pierde, ya que no se puede negar que en este proceso López Obrador no aparece en las boletas electorales y que cuando así sea, es muy probable que al igual que en las dos anteriores elecciones presidenciales, el número de votos a favor del partido o partidos que ha representado sea mayor en relación a los comicios locales previos en cada entidad federativa lo cual significa que en 2018 AMLO se perfilaría para ganar en el estado con el padrón electoral más grande del país.
Esto nos trae una lectura adicional, a el PAN descarrilado de la contienda en Edomex lo que más le sirve es una derrota de Morena y así poderse mantener en una cerrada contienda electoral hacia la presidencia; no sería extraño que al igual que en el pasado reciente se confabulara de alguna manera con el PRI para cerrarle el paso al movimiento encabezado por López Obrador, quien representa la mejor opción del cambio para un país que clama por seguridad y justicia.

juan@alumi-tec.com

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