Opinion

Un secreto escondido de muchos millones

LA COLUMNA
De Los Reporteros

2017-05-27

El proyecto “Juárez Iluminado” del independiente alcalde Armando Cabada debe sumar una explicación que ha venido pasando bobita pero con cargo multimillonario al presupuesto municipal de esta frontera. Hablamos de entre 42 y 66 millones de pesos anuales que son pagados a una empresa particular precisamente por alumbrado público para Ciudad Juárez.
En el 2004 fue concesionado el relleno sanitario a una empresa particular llamada BioGas de Juárez. El 20 de mayo del 2011 vinieron el entonces presidente de la República, Felipe Calderón; el gobernador del estado, César Duarte, y otras personalidades de la misma talla política y empresarial. A partir de ahí los juarenses no tendrían mayores problemas para mantener iluminadas sus calles a precios módicos.
Tenemos en nuestro poder copias de los contratos  (JUR/SPM/2006/06)  y JUR/SPM/B096/2010  “administrativo(s) de explotación y aprovechamiento de gas metano que emana del relleno sanitario municipal...así como para efectuar la generación de energía eléctrica de los accionistas (empresa y ayuntamento) ” celebrado por el municipio de Juárez y la empresa BioGas de Juárez S.A. de C.V. el dos de octubre del 2006 el primero y el 13 de diciembre del 2010.
Eventualmente será necesaria una revisión desmenuzada específica de esos contratos en los dos períodos de Héctor Murguía Lardizábal. En el primer documento la empresa es Biogas de Juárez únicamente, en la otra cambia el nombre a Transformadora de Energía Eléctrica de Juárez pero con dos empresas “subsidiarias más”: Gases Metano S.A. de C.V. y el propio BioGas. Transformadora es de la familia Cruz Russek (de la ciudad de Chihuahua) de Gas Metano aparece como su representante Héctor Francisco Rangel Legarreta.
En el segundo contrato aparece ya la firma del entonces oficial mayor de la Alcaldía, Rodolfo Martínez Ortega, actual administrador de la ciudad con el presidente municipal, Armando Cabada.
El detalle del clausulado es tema aparte. Lo mencionamos sólo como contexto fundamental de una concesión –otro contrato entre el municipio y un particular– que tiene qué ver directamente con el alumbrado público de esta frontera. El relleno sanitario fue concesionado por 15 años a esas empresas bajo la promesa política de que la población juarense terminaría sus penurias en materia justamente de iluminación.
Faltan sólo cuatro años para que concluya la vigencia de esa concesión; luego vino la contratación de un crédito bancario por más de 300 millones de pesos para comprar 33 mil luminarias de las cuales ya no sirve una importante cantidad de ellas, según la administración independiente, y ahora está en proceso el discutido, polémico, controversial proyecto “Juárez Iluminado” que pretende “terminar de una vez y por todas” con la grave crisis de alumbrado que sufre la ciudad.
En toda la discusión del nuevo plan no ha surgido explicación alguna sobre los compromisos con Biogas y sus subsidiarias (donde nos aseguran que está el negocio para los políticos participantes en los contratos). Cada mes religiosamente la Tesorería Municipal debe pagar entre cuatro y medio y seis millones de pesos a la empresa por la “energía eléctrica” que le vende al municipio.
Por conducto del tristemente célebre derecho de alumbrado público la Alcaldía recauda cerca de 25 millones de pesos mensuales, los que regularmente se van en pago a la Comisión Federal de Electricidad que siempre cobra a ojo de buen cubero el consumo de electricidad en la ciudad. Ni la Administración municipal conoce técnicamente el volumen real de energía que le paga a la CFE. Por ahí deben irse algunos millones de pesos hasta en corrupción; la opacidad no puede deberse a otra cosa.
Mañana estará de nuevo el presidente municipal de Juárez en comparecencia con los diputados del Congreso del Estado para “ampliar” las explicaciones de su proyecto que busca otorgar la concesión del alumbrado público de Juárez a una empresa particular y renovar las 109 mil luminarias existentes en la ciudad a un costo aproximado de mil 400 millones de pesos.
No es deuda, repite sin cesar el alcalde, pero sí quedan comprometidos los ingresos del DAP (derecho de alumbrado publico) a la empresa concesionaria durante 15 años. Multipliquemos un aproximado de 25 millones de pesos por 12 meses, por los 15 años...La ganancia será exorbitante.
En las explicaciones ahora deberá el edil incluir la relacionada con los contratos de BioGas y responder porqué aquel proyecto se ha quedado a una mínima parte de lo que prometieron las autoridades municipales, estatales, federales y los empresarios durante la inauguración de la planta el 20 de mayo del 2011.
Juan José Ruiz Cruz, miembro del consejo de administración de BioGas de Juárez, dijo aquella ocasión: “Ciudad Juárez se va a beneficiar de manera significativa por la reducción de gases efecto invernadero...el capturar y utilizar el gas metano, generado por la descomposición de los desechos orgánicos de este relleno sanitario, para generar energía verde, estimada en 50 millones de kilowatts por año, equivale a la energía necesaria para abastecer hasta un 100 por ciento del alumbrado público de Ciudad Juárez”.
Héctor, “Teto” Murguía Lardizábal, en su calidad de alcalde: “este proyecto nació por primera vez en el 2006 (la entrega de la concesión y firma del primer contrato)..un proyecto de vanguardia que genera a través de los desperdicios orgánicos, gas para Juárez, , que generará energía eléctrica que va a sustituir...y estamos seguros, el 60 por ciento del consumo que tenemos de luminarias en Ciudad Juárez...un proyecto en que se invirtieron prácticamente 20 millones de dólares”. Quiso ser chistoso: “es el mejor relleno sanitario, le apuesto al que quiera, si me pueden capturar una mosca en el relleno  no van a poder hacerlo...ahí podemos hacer una carne asada”.
Fue directo al tema de las lámparas para la vía pública: buscamos “cambiar todas las luminarias de Ciudad Juárez, las 94 mil, por luz blanca, que es un proyecto suyo señor presidente, un proyecto importantísimo, con una inversión de 600 millones de pesos”.
Antonio Vivanco, director general de la Comisión Federal de Electricidad: “Tener esta planta aquí aumenta la calidad y la seguridad en el suministro eléctrico...”.
José Antonio Meade, secretario de Energía: “toda esta energía será utilizada para el consumo eléctrico y el alumbrado público de dos municipios: Juárez y Nuevo Casas Grandes; es decir beneficiará a los casi 1.4 millones de ciudadano que aquí habitan”.
César Duarte, gobernador del estado: “no sólo atiende a un problema que a todos nos preocupa: el manejo responsable de los residuos, y que estos, a la par, generen energía, y esta energía sea conducida para también alentar de mejor manera en valor y en el costo, un servicio fundamental del municipio, como es el alumbrado público”.
Felipe Calderón, presidente: “Juárez se pone a la vanguardia en la generación de energía limpia, al conciliar generación de riqueza y cuidado del medio ambiente. Es alentador que Juárez sea pionera...permitirá ahorros de 36 millones de pesos en pago de electricidad”.
Todas esas palabras se las llevó el viento. En el relleno sanitario posiblemente puedan hacerse hoy carnes asadas como dijo Murguía pero sólo por el personal de la empresa privada, ni siquiera por los pepenadores que fueron retirados a fuerza por el personaje de narcopelícula (lenguaje, vestimenta y conductas idénticas) como es catalogado el actual director de Servicios Públicos Municipales, Raúl Rodríguez Santillanes.
El alcance de la empresa tanto en la generación de energía como en los ahorros buscados para las arcas de la ciudad ha quedado casi en mito. Ahí está la realidad en las calles y en la búsqueda de solución por parte de la nueva administra municipal. Eso sí, el costo para el Municipio estaría llegando a los mil millones al terminar el plazo de la concesión a Biogas.
A “Juárez iluminado” le ha tocado bailar con la más fea(o). No puede dudarse que no haya negocio para los involucrados; sería ingenuo pensar lo contrario, pero la realidad es la crisis existente en la iluminación de la ciudad, como también la falta de garantía, confianza y sustentabilidad de los planes presentes hacia los años venideros.
La explicación y hasta investigación sobre BioGas y sus subsidiarias sospechosas son obligadas. Recordar las palabras vertidas durante su inauguración es significativa a la luz –valga la ironía– del costo con muchos dígitos que viene de nuevo para el erario municipal.

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