Opinion

Para cazar sapos... nada como un sapo

LA COLUMNA
De Los Reporteros

2017-05-20

El espionaje es una práctica que pocos creen hasta que son víctimas del mismo. Lo hay desde rudimentario hasta el más sofisticado. El ocurrido entre Estados Unidos y Rusia de donde surgió electo Donald Trump fue del máximo nivel tecnológico. Un descuido futuro menor y nada salvará al presidente estadunidense de ir a tribunales y ser enjuiciado por ese motivo. En el municipio de Juárez existe espionaje intenso a niveles de calidad, vamos a decirlo, medio.
Supimos los últimos días de varios despidos en Tesorería. Dijimos que se trató de gente con bastantes años de servicio y conocimientos en ingeniería financiera. Capacidad sobrada en la materia...pero no creían que les anduvieran pisando la cuerda.
Esas expulsiones se han sumado a las decenas ocurridas desde que tomó Armando Cabada Alvídrez las riendas de la Presidencia Municipal en su calidad de alcalde independiente. Desbancó a un PRI que electoralmente venía actuando con solvencia y arrogancia pero sin mirada periférica y sin hacer caso a las numerosas pequeñas alertas que les indicaban sus enormes flancos débiles.
Apenas tomó Armando la cabeza del Ayuntamiento inició la barredora específicamente en la Dirección de Desarrollo Social y un poco menos en Centros Comunitarios, trincheras donde ha operado electoralmente el Revolucionario Institucional.
Prácticamente todos los despedidos tienen la característica de sapos, o traidores a las causas de la actual Administración municipal. Son pocos los que han sido recortados por razones distintas. El término sapo es el utilizado por algunos miembros del equipo independiente. Su significado para estos efectos lo manejamos el jueves en este mismo espacio: traidores o delatores.
Nos llamó la atención el tema para mayor despliegue hoy porque encontramos que la práctica del espionaje tiene implicaciones importantes hacia el interior de la Administración municipal (los despidos de decenas son una prueba), hacia el grupo del poder en la Alcaldía (desean sostenerse y seguir avanzando en la estructura política estatal) y hacia la comunidad (obtienen información sensible sobre seguridad pública, proyectos de gobierno como el alumbrado púbico, estados financieros, etc.).

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Los cazadores de sapos tienen su cuartel general en la Dirección General de Informática y Comunicaciones de la Presidencia Municipal. Nos cuentan que el jefe del equipo es su director, Miguel David Rojas Díaz de León.
Desde ahí fueron obtenidos los supuestos correos, mensajes telefónicos, conversaciones telefónicas, etc., utilizados para sacar de la nómina a muchos de los despedidos, entre ellos el caso que mencionamos el jueves, el subdirector de análisis financiero de la tesorería, Edgar Castañón.
Pero... aguas con Miguel Rojas...Conseguimos su historial sin necesidad de recurrir a informes de inteligencia ni nada por el estilo; eso sí, entrevistas directas con quienes le han conocido todo el corrido y más.
Rojas Díaz de León ahora es cazador de sapos pero en otros tiempos fue sapo. Su maestro fue otro medio experto en informática y espionaje, Gerardo Vázquez, ampliamente conocido de la clase priista como “El Piquis”.
Entre ambos desarrollaron programas especiales para bajar correos de usuarios internos y externos a la alcaldía, para hackear cuentas electrónicas, para incursionar en teléfonos móviles y estacionarios...Todo. A donde iba, o va, un teléfono móvil, ahí estuvieron ellos desde sus computadoras...Ahí sigue Rojas.
Ambos personajes tuvieron su clímax como negocio desde el primer período de Héctor “Teto” Murguía alcalde 2004-2007. Fueron separados por aproximadamente 15 millones de pesos que “Piquis” se comió en solitario. Manejaban cifras con muchos ceros. Hubo molestia y separación definitiva. Cada cual tomó después su rumbo. Rojas siguió con Murguía, Vázquez desapareció de la escena pública; o mejor dicho, de la nómina pública.
Miguel Rojas se entronizó en la alcaldía. Se siguió de frente con Teto en el 2010-2013. Le alcanzó para continuar en el equipo de Enrique Serrano también por todo el período, incluida la porción administrada por Javier González Mocken.
Todo iba de maravilla para Rojas. En todos los equipos cobraba muy bien y seguramente hasta se divertía con el chismorreo, las murmuraciones y hasta la vida privada de unos y otros. Nada envidiable.
Los priistas siempre han sido expertos en espionaje y en contraespionaje. No por nada llevan casi la centuria en el control de gran parte del país. Rojas fue sorprendido durante ¡¡¡la tercer campaña!!! de Teto por la alcaldía haciéndola de sapo para el equipo independiente de Cabada. Manos en la masa. Sus contactos, nos dicen, eran Leopoldo “Polo” Canizales, quien abiertamente se había convertido en operador de Armando, y/o Rodolfo “El Güerito” Martínez, estructurador financiero de la campaña independiente, hoy administrador de la ciudad o city manager.
Desde ese momento quedó atrás el historial de Rojas con el priismo (o al menos eso parece) y más lejos con su exsocio y amigo de muchos años “El Piquis. Nos dicen que a Teto no le incomodó tanto porque al final de cuentas no fue el espionaje que lo derrotó sino los sapos de su propio partido en la gubernatura, pero Serrano todavía no supera ni pasa el nombre de Rojas. Le brotan hongos en la piel solo de escuchar cualquier cosa de él.

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Durante los siguientes días deberá tomar decisiones trascendentes el alcalde Cabada en las que tiene qué ver su área de informática, comunicaciones o “inteligencia”.
Todo el cuadro de funcionarios de primero y segundo nivel está siendo revisado. Hay algunos que por sí mismos ya no permanecen cómodos en sus puestos, incluido alguno o dos del gabinete.
Más hacia abajo la lupa se extiende para cribar a quienes no han demostrado trabajo político fehaciente y lealtad al proyecto independiente. Las fichas correspondientes están siendo completadas por el equipo de Rojas.
El proyecto “Juárez Iluminado” es puntualmente seguido; igual que la reforma electoral en ciernes. Daría la impresión que son objeto de análisis únicamente entre asesores políticos, jurídicos y financieros.
No. La operación de esos planes es cuidadosamente reservada para unos cuantos hacia la entraña de la Presidencia Municipal y vigilado muy de cerca que los datos compartidos entre esos cuantos no salga de ese círculo.
Los análisis sobre impactos entre la comunidad corren a cargo de áreas más soft como redes sociales y/o comunicación social pero informática ingresa al “cerebro y el habla” de quienes toman decisiones.
Tanto el “Juárez Iluminado”, –el intentado nuevo alumbrado público para Ciudad Juárez–, como la reforma electoral, son temas fundamentales para la administración municipal pero las determinaciones respectivas ni siquiera están en Juárez sino en la ciudad de Chihuahua, tanto en el Congreso del Estado como en el Poder Ejecutivo estatal, el primero subordinado al segundo.
Por lo tanto debe conocer el presidente municipal qué opinan y hasta qué piensan en aquellas latitudes sobre ambos temas para saber cómo ir conduciendo sus propias operaciones.
¿Hablamos de espionaje?. Ni quien lo dude aunque todo ese círculo lo rechazará. También creemos que la tecnología y los conocimientos de Rojas y su equipo quizá alcancen hasta los diputados del Congreso pero no hacia el gobierno estatal donde hay auténticos expertos en la materia.
No olvidemos cuando los “orejas” del exprocurador de justicia, Jesús “Chito” Solís, descubrieron una guarida del Cisen espiando al exgobernador, Patricio Martínez. El contraespionaje fue más efectivo. Si aquello fue entre 1998-2004 imaginemos los avances en la actualidad. ¡Aguas Miguel!.
Hay temporada de caza de sapos en el Municipio. Ese es el resumen, pero en el contexto de un extremo cuidado del suelo que van pisando los independientes hacia la búsqueda de la reelección y hacia la ejecución de acciones de gobierno importantes para la ciudad pero vitales también para la sustentabilidad política de Armando y sus colaboradores. Es el punto; algo complicado pero real.
 

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