Sergio Conde Varela
Abogado
PRIMERO.- Es asombroso lo que sucede en nuestra ciudad, estado y país. Los antiguos babilonios se caracterizaban por lo fastuoso, la ostentación y lo vano. Lamentablemente esas posturas se han adoptado sin rubor alguno por los gobiernos que en estos tiempos hemos padecido.
Las noticias siguen señalando con índice de fuego a cuatro gobernadores de los estados de Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo y Sonora. En ese orden son Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge y Guillermo Padres, los cuales han dado pie para que el hartazgo social inicie una cruzada profunda y destruya con fuerza ciudadana sus nidos de corrupción. Traicionaron a los pueblos y han producido un ejemplo que de no terminarse de raíz, harán volar al abismo no solo a los estados sino que precipitarán a la nación a un profundo desfiladero.
Realmente causa asombro lo que nuestra práctica gubernamental ha dejado atrás: una tabla de valores que ha sido calificada por los corruptos sin valor y en el cual no hay diferencia alguna entre robo y honradez; tampoco la hay entre un sistema legal que ahoga a los débiles y protege a los magnates abusivos y que pone en relieve a una legislación y práctica administrativa en que se ahoga a los pequeños y se aplaude a los abusones; en otras palabras, se ha dejado suelta a la sociedad para que camine sin escudo ni espada, ahogada entre el miedo y la inseguridad.
No se han aplicado leyes eficaces y justas, y no se ha querido discernir en nuestra frontera y en el país entero lo que resulta bueno y apropiado para tener una existencia pacífica y una sobrevivencia personal y social.
Lo que ha sucedido en estados como el nuestro, es el radical desprecio de algunos dirigentes para que las comunidades vivan una existencia ordenada y de valor humano a toda prueba. Se han levantado banderas cuyo signo es la codicia manifiesta como el rey Midas, de convertir todo en oro y querer con frenesí enfermizo y escandaloso el poder político, no para servir sino para pavonarse por él, sin tomar en cuenta que la historia siempre lo ha registrado como fracaso supremo. ¡Lástima de querencia!
SEGUNDO.- Conviene que también comentemos la necesidad de preparar la ruta que debemos tomar respecto a los cambios importantes que se han impreso por Donald Trump en su línea de gobierno que empezó a anunciar en enero pasado.
Hay muchos decretos signados por el presidente americano que no solo repercuten directamente en su país, sino en el mundo entero y desde luego a nosotros como vecinos cercanos a rajatabla.
Es justo que nuestro gobierno tome la mejor ruta apropiada para la vida de relación con nuestros vecinos, pues la ebullición que a todas luces se nota requiere de posturas respetuosas, firmes, amigables y fundadas en las normas internacionales que a ningún pueblo deben perjudicar.
Asuntos como el famoso muro, la declaración de que se ha enriquecido la industria extranjera a costa de la americana; de que Estados Unidos ha hecho ricos a muchos países, mientras como dijo el mandatario estadounidense, la riqueza, la fuerza y la seguridad de Estados Unidos se ha esfumado en el horizonte, debe llevar a nuestros diplomáticos y al poder ejecutivo de México a no tomar la ruta equivocada.
La oportunidad de cambios llegará seguramente en el 2018 de importancia vital para nosotros, al ser relevada la Presidencia de la República, y al tener que resolver desde el salario familiar hasta los grandes presupuestos que exigen ser aplicados con una honradez deslumbrante y a toda prueba. Y desde luego, con las finalidades de favorecer a un pueblo como el nuestro tan chicoteado por las malas conductas y el olvido manifiesto de sus grandes causas.
Las líneas escritas nos parecen esenciales para que reflexionemos y pongamos lo mejor que tenemos hacia la meta de impulsar con energía el suelo que habitamos. No hay de otra.
condevarela81@hotmail.com