LA COLUMNA
De Los Reporteros
• Lo que hacen sicarios con decretos…
• Peligro en Bachi por funcionario ego
• Dos planillas por sindicato en UACJ
• En el Congreso los votos tienen precio
Un comando armado se metió como Juan por su casa en la población de Rubio, suspendió una reunión de empresarios, comerciantes y políticos (conocidos como los Tobis) , secuestró de ahí al jefe de la policía, Alfredo Domínguez; lo esposaron, lo pasaron frente a la comandancia de la corporación preventiva, la balacearon –los agentes preventivos salieron en estampida–, sacaron al comandante policiaco del pueblo y lo ejecutaron en un basurero de los campos menonitas. Debe mencionarse: los cerca de 15 integrantes del comando uniformados de negro, portando “equipo táctico de guerra”, etc., según los testimonios.
Rubio (o Alvaro Obregón) es una población muy grande habitada principalmente por varios miles de menonitas. Está en el municipio de Cuauhtémoc (literalmente pegados ambos lugares), donde la violencia está desatada como nunca. Ejecuciones, enfrentamientos entre grupos delictivos, balaceras durante horas de noche y de día...
En otra población muy grande de esa región del noroeste de Chihuahua, Nuevo Casas Grandes. El empresario Raúl Nevárez Escárcega, fue sustraído de su negocio junto con uno de sus ayudantes. Fueron llevados por toda la carretera rumbo a Sonora, asesinados y sus cuerpos abandonados en territorio yaqui.
Cuauhtémoc, Nuevo Casas Grandes y otros cinco municipios tienen la particularidad de que sus policías municipales fueron completamente intervenidas por la Fiscalía General del Estado mediante sendos decretos firmados por el gobernador, Javier Corral; el secretario de Gobierno, César Jáuregui y el fiscal, César Augusto Peniche Espejel.
La policía de Nuevo Casas Grandes fue tomada el 15 de febrero de este año (también las de Casas Grandes, Temósachi, Madera, Gómez Farías, Ignacio Zaragoza). La policía de Cuauhtémoc fue desplazada el primero de abril; es decir, ya casi cuatro y dos meses respectivamente.
“Con el objeto de restaurar el orden y la paz públicos, se asume por el suscrito gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Chihuahua, de manera inmediata y temporal, el mando de la policía municipal y vialidad y tránsito...como un caso de fuerza mayor ante las alteraciones graves al orden público...”, así reza el decreto para justificar esa decisión.
Luego que el gobernador Corral no salga con que es golpeteo. Los decretos están signados por él mismo pero la guerra no ha disminuido; más aún, se ha recrudecido.
El mismo día que el comando se internaba en Rubio con toda la libertad que los hechos exhiben (carreteras despejadas, uniformados, etc.,) y al mismo tiempo que el empresario de Nuevo Casas Grandes era secuestrado y ejecutado, el responsable directo de ejecutar los edictos, el gobernador Corral, gozaba del oxígeno, el verdor y el excelente clima del parque Chapultepec de la ciudad de México, corriendo relajado un par de kilómetros al lado del jefe de Gobierno, Miguel Mancera.
Ni una palabra tampoco del fiscal Peniche y de todos sus comandantes de la Policía Única que suponemos están operando desde las fechas mencionadas en esos siete municipios. Ahora a quién le echarán la culpa...?
Un datito más, en Juárez también es mucho el aire en materia de seguridad: ocho asesinados tan solo el jueves. No olvidemos que el Gobierno del Estado se llevó cerca de 100 de sus agentes de aquí para cubrir a los municipios intervenidos. Repetimos lo que ya hemos señalado en algún momento: no dan pie con bola.
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Precisamente a su regreso de Ciudad de México tras el trote que realizó en Chapultepec, ayer el gobernador Javier Corral llamó a sus secretarios a cuentas en Palacio. La encerrona tuvo una duración de cuatro horas y debió terminar anticipadamente, porque había agenda para el Ejecutivo, quien debía instalar la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de la Violencia.
Se trató de una evaluación de los avances que tiene cada una de las dependencias, en que cada secretario presentó un resumen del trabajo realizado a ocho meses de iniciada la administración.
Para ellos el régimen va por buen camino, particularmente en el plan de austeridad, que afirman, ha dejado un importante ahorro de dinero, logros que la gente aún no ha podido ver plasmados en obras o acciones de relevancia, por el contrario, reconocieron que la inseguridad les va ganando la partida.
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Alejandro Martínez y su equipo no se irán solos en el intento de reelección para el sindicato administrativo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ). Se les puso enfrente una planilla en condiciones de alcanzar la hombrada del triunfo debido a las nuevas condiciones políticas del estado que necesariamente impactan en la orgullosa casa de estudios.
La fecha única para el registro de planillas se dio durante el jueves. En el medio día se inscribió el equipo de la planilla Naranja con Alfredo Chávez como secretario general. Más tarde hizo lo propio el mismo Martínez con la planilla Roja.
El sindicato administrativo tiene cerca de mil 200 agremiados, razón que lo hace apetecible para cualquier proyecto dentro y fuera de la universidad. Su proceso de renovación se da justo a un año de la sucesión en Rectoría.
Alejandro Martínez ha venido trabajando en plena sincronía con el rector, Ricardo Duarte, pero Chávez tiene supuesto impulso del exrector Jorge Quintana Silveyra y otros personajes fuertes con ciertas o muchas ligas hacia el nuevo amanecer del gobernador Corral. Si es así ya que vaya entregando Martínez. La elección es el 26 de mayo.
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Las fuerzas parlamentarias en el Congreso del Estado votan según sea el tamaño de la negociación con los jefes en turno de ese órgano, que normalmente obedecen a la rienda del gobernador.
Así fue – dicen– la votación para la ratificación del magistrado penal con sala en Juárez, Marco Tulio Cano. Hace menos de 15 días no hubiera recibido más de cuatro votos a favor, pero en el Congreso mandaba una mayoría opositora al jefe de Palacio. Una vez que Corral retomó el control de esa mayoría, destituyendo al anterior coordinador parlamentario del PAN, Miguel Latorre, cambió también la rienda pero no los acuerdos económicos con diputados y diputadas de partidos opositores al PAN, salvo el PRI.
Los diputados del Panal tienen una gran cantidad de plazas magisteriales negociadas; los del Verde tienen intereses en casinos que les prometieron seguir respetando, a los del PT les entregan cerca de 200 mil pesos en efectivo (más sus sueldos, por supuesto, y posiciones en otras áreas de gobierno), los de Morena y Encuentro Social recibirán de nuevo recursos para despensas y viáticos que no tenían, más el pago para sus respectivos asesores; y el PRD recupera algunas posiciones. Nomás la caja cambió de administrador.
Entre las diputadas del PRI esta última votación, la del magistrado, ocasionó una gran controversia porque asistieron las cuatro pero presumen que una de ellas no votó; murmuran que se trató de Rocío Grisel Sáenz, quien viene de broncas intensas con la dirigencia estatal de su partido y aun con el delegado del CEN tricolor en la entidad, Fernando Moreno Peña.
Entre los diputados (as) del PAN culparon a una de las suyas: Laura Marín, muy molesta con Palacio, pero ahora en silencio.
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Alguna tuerca le hace falta al sentido común del coordinador regional del Colegio de Bachilleres en esta frontera, Eduardo Limón Alonso. Fue quien ordenó pintar de azul el logotipo de la institución educativa que en todo el país es verde.
Eso es grave, pero lo es más la foto de divo que publicó en su Face con dos muchachas y un muchacho del Colegio recargando sus codos y antebrazos en él, a la altura de hombros y espalda. Es el ego hasta el infinito. No se trata de una foto dando clases, o participando en algún evento académico o deportivo, o incluso de algún protocolo social oficial. Es una imagen claramente posada.
Algo deben decir las normas éticas del Colegio sobre ese particular porque una foto de esa naturaleza se presta a mil interpretaciones tanto entre el estudiantado como entre los padres de familia (la inmensa mayoría de los muchachos son menores de edad) y la sociedad en general.
Parece que no es únicamente en la dirección general de los Bachis donde falta sentido común, sino también hacia abajo.