Opinion

¿Fuleros o expresivos?

Carlos Irigoyen/
Analista

2017-05-18

El Informe Así Estamos Juárez 2017 reunió a sectores tradicionales de Juárez, políticos de altos reflectores, académicos, empresarios y ciudadanos de a pie, sin duda la escena perfecta de una tarde que más que generar información generó conciencia de los retos de esta frontera.
La fotografía fue un Juárez con participación cívica, un Juárez “vivito y coleando”. Un amplio reconocimiento a la doctora Érika Donjuan y su formidable equipo de trabajo que hicieron tan impresionante investigación.
Los números no meten el sentimentalismo ni son el atenuante de la realidad, indican, no condenan; apuntan con la frialdad de un francotirador, los números son incompatibles con los hubiera, quisiera o pudiera. En este contexto, Plan Estratégico de Juárez brinda una portentosa herramienta para visualizar la frontera.
En 2014, el 70 porciento era inseguridad-violencia, drogadicción, pobreza y desempleo. Al 2015, otra vez la inseguridad. 2016 fue un año atípico, los retos se dispersaron y el 70 por ciento se agrupo en 7, la inseguridad, corrupción, pobreza, drogadicción, falta de valores, servicios básicos y la impunidad.
Para 2017, los cuatro jinetes del apocalipsis de la problemática juarense son la inseguridad-violencia, las calles-pavimentación, la corrupción y la drogadicción; son casi el 70 por ciento de la percepción de la problemática juarense.
No hay una clara comunicación de lo que debe hacer la ciudadanía en general como protagonista de la experiencia citadina, la academia que tiene que plantear para que lo evalúen y usen los sectores utilitarios como el gobierno y el empresariado cuyos retos son impulsar una administración que case la eficiencia con la eficacia para lograr un mejor nivel de vida para el lugar.
Urge aprovechar estos informes, dirigir la ciudad con un mayor apego a la modernidad en la administración, innovar y dejar actividades que parecen meros chispazos, propuestas con una buena intención pero que no parecen tener una alineación a una estrategia general por hacer crecer a la ciudad o darle un posicionamiento. Mas sustancia y menos pirotecnia. ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer la problemática?.
Las intenciones de iluminar la ciudad, lograr el récord Guinness de la carne asada, la Fiesta Juárez, homenajear a las madres con un concierto, informar personalmente el alcalde cualquier cosa, en sí no tienen algo de malo; pero sería más relevante ver el desgaste de nuestros dirigentes en negociaciones de una mayor tesitura tecnológica, financiera y estratégica donde haya resultados palpables y sonoros, la  comunicación efectiva de las estrategias y acciones sociales que impulsan la educación y la seguridad o las medidas económicas para prevenir el desempleo y fomentar el emprendimiento a la comunidad; así de impactante como el anuncio de la “carne asada”. Hay muchas acciones en estos rubros que son de gran impacto con muy poca o nula difusión y estas sí son útiles para crear pertenencia y orgullo por una ciudad.
No quiero quitar la buena intención, la comida puede llegar a ser distintivo de identidad en algún lugar, crea orgullo, pero no pertenencia; salvo en contadísimas ocasiones como por ejemplo el mole poblano o las tortas ahogadas tapatías. Démosle su justa dimensión a este intento de convivencia en espacio público y a la par del récord bien valdría el esfuerzo de buscar un certificado de origen de la carne asada estilo “Juaritos” como lo hizo San Agustín en el Valle de Juárez con el asado de puerco, el menudo o la “barbacha” de borrego.
Aunada a esta reflexión, la participación ciudadana. En los últimos seis años en promedio un 16.5 por ciento de participación cívica, el 2015 excepcional con un 24.6 por ciento, el 2011 magro con un 11.9 por ciento.
Un 2016 sorpresivo, no fueron suficientes la visita papal ni las elecciones para mejorar el porcentaje de participación que fue de 15.5 por ciento. Si en todos los años, la religión es el motivo más fuerte de participación e involucramiento, ¿Qué tendríamos que aplicar en otros ámbitos para llegar a esos niveles? Retomo la frase de Cehlíder en su seminario Transforma para agitar conciencias, ¿Si no soy yo quién?
Así las cosas, los números marcan el rumbo que deberíamos tomar para asumir los retos de nuestra ciudad, pero las voluntades humanas son las que comienzan a crear renglones torcidos. Retos hay para escoger, si seleccionan las autoridades el de mayor impacto y lo resuelvan o por lo menos le dan un buen avance comprometiendo a todos los sectores de la ciudad en su solución, se asegurarían la trascendencia y quizá hasta con la reelección incluida.
¿Será mucho pedir un Juárez expresivo y no un Juárez fulero?.

cirigoyen@itesm.mx 

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