José Díaz López/
Analista
Dijo Osorio Chong: “Chihuahua se nos descompuso muchísimo”. Cierto. Pero más cierto es que ¡todo el país se les descompuso muchísimo!. Y siendo honestos, esta grave situación de inseguridad, de creciente y muy preocupante ola de homicidios en todo el país es responsabilidad de Peña Nieto y Osorio Chong. Esa es la verdad.
Y vemos un esfuerzo al final del sexenio de Peña Nieto para intentar recuperar su muy alicaída imagen, con la llegada de más de 700 soldados para recuperar espacios en la sierra. Pero visiblemente es un esfuerzo para reparar la imagen presidencial y darle alas a Osorio Chong ante la posibilidad de que él sea el candidato del PRI a la Presidencia. Y abiertamente se quiere poner el sombrero de salvador de Chihuahua. Cuando siendo honestos, gran parte de que México esté envuelto en la orgía de sangre delincuencial, es culpa del gobierno federal, no solo de los gobiernos estatales.
Si la economía va mal, lógicamente la inseguridad crece. A la falta de empleos y crecimiento económico, sobreviene el aumento de homicidios, robos, secuestros, extorsiones, fraudes etc. La fuente de la criminalidad esta en el deterioro económico de la sociedad. Y no hay un ejército por muy bien armado que esté, que pueda controlar la criminalidad surgida de la pobreza, de la falta de empleos etc.
En la línea de responsabilidad por la autoría de los graves momentos de inseguridad que vive no solo Chihuahua sino todo el país, la primera y última recae en la falta de una política correcta del Presidente y del gobierno federal incapaz de evitarla, mucho menos de controlarla.
La matanza de soldados y civiles armados en Palmarito, la quieren deslizar sobre los soldados que dispararon contra sus agresores. Esto es, la culpabilidad se va contra los más bajos en esa línea de responsabilidad. ¡Siempre los de más abajo, son los culpables!. De alguna manera los mandos superiores, siempre quieren salir intactos para seguir robando.
Todos los gobernados sabemos que los huachicoleros que roban millones de litros de combustible a PEMEX, lo pueden hacer solo con la complicidad de los altos mandos de todas las autoridades policíacas en los lugares donde tienen su robadero de combustibles.
Los huachicoleros no pueden robar sin la complicidad de las policías de todos los niveles. Ante esa realidad, es obvio que los jefes de esos mandos policíacos, copartícipes en ese robo, exigen cínicamente que se les finque responsabilidad penal solo a los soldados que asesinaron a civiles ya presos y desarmados, pero a ellos, a los jefes en la pirámide de las responsabilidades se les exonere totalmente en esa cadena de complicidades.
Como siempre, quieren que el castigo legal llegue a los más fregados, pero a ellos, los jefes ¡que ni los toquen!. Y en Chihuahua también hay huachicoleros.
Cuando un gobierno no respeta su responsabilidad, tampoco hay forma de controlarlo. El poder absoluto corrompe absolutamente. Y es incontrolable absolutamente.
Igual sucede en el estado con Javier Corral, que siempre presume de haber llegado a la gubernatura “sin compromisos con ningún partido”, inclusive del PAN, y menos de la Unión Ciudadana. Quizás por eso, se le observa desligándose de explicar o justificar sus decisiones y actos de gobierno.
Es decir, no admite que se le señale o exija responsabilidad alguna a su administración. Prometió la educación gratuita, pero ni el PAN ni Unión Ciudadana, mucho menos los que votaron por él tiene forma para exigirle que cumpla. Unilateralmente ordena vender parte del patrimonio de gobierno, y nadie le pide explicaciones. Ni las da.
Él gobierna como un poder incontrolable, no asume responsabilidades. Excepto aquellas responsabilidades que la ley le impone. Hasta ahora, ha hecho lo que quiere en el ICHITAIP, y en el Tribunal de Justicia, y en el Legislativo y etcs. Y si en algún momento en el Legislativo existió un grupo que soñó que podía llamarlo a cuentas con alguna responsabilidad, simplemente ¡los borró de un plumazo!.
¿Quién duda que en Chihuahua el que manda es Javier Corral?. Nadie, ¡ni la ley lo frena!.
Cómo él dice que llegó a la gubernatura en contra de las fuerzas que dominan en el PAN, obviamente no le debe mucho a ese partido, ¡menos! les debe alguna explicación en sus decisiones. Como tampoco le debe nada a la Unión Ciudadana, tampoco lo puede controlar ¡ni siquiera para que los reciba!.