LA COLUMNA
De Los Reporteros
Los captores de la Fiscalía General del Estado prepararon minuciosamente los detalles para evitar “panchos” como el registrado a la salida de la Cámara de Diputados donde Antonio Enrique Tarín García presentó un amparo contra la detención. Para cuando los agentes salieron de su sorpresa aquella ocasión y echaron varios telefonazos, el perseguido ya se arrellanaba cómodamente en los sillones de su lujoso departamento de la Ciudad de México. Hubo memes de burla contra el nuevo amanecer.
El domingo no ocurrió lo mismo con ese que fuera uno de los más poderosos jefes de Palacio de Gobierno junto con el exgobernador, César Duarte Jáquez. Tarín y media docena se comportaban como amos y dueños absolutos de los edificios gubernamentales y de las cuentas bancarias de los chihuahuenses.
Esta vez los estrategas de la Fiscalía General tenían órdenes de aprehensión a, b, c y d contra distintos tipos de amparo que pudiera utilizar Tarín así como una ruta bien diseñada para su traslado a Chihuahua que la hubieran envidiado Stallone y Scharzenegger en Plan de Escape.
El exfuncionario de la Secretaría de Hacienda fue detenido cuando sin ningún cargo de conciencia ni temor público se disponía a asistir a un evento deportivo.
Los policías chihuahuenses tuvieron el auxilio de la Procuraduría general de Justicia de la Ciudad de México, lo dijo el Gobernador Corral; de ese lugar partieron rumbo al Estado de México protegidos por agentes de Miguel Ángel Mancera, pero apenas cruzaron a territorio gobernado por el PRI quedó el apoyo a cargo de policías estatales del gobernador, Eruviel Ávila. En Toluca abordaron el avión oficial que los trajo a Chihuahua, donde es acusado Tarín de cometer peculado por 120 millones de pesos, tan solo en un caso y de marzo a julio del 2015.
Queda con ello probado que poco a poco Corral va aflojando los escudos que protegían al duartismo en distintos estados y en distintos niveles de gobierno. Esta detención no se hubiera logrado sin que el Gobierno Federal por lo menos no se hubiera hecho de la vista gorda, sin que el PRI nacional no hubiera retirado el apoyo para la posibilidad del fuero, y menos sin la ayuda justo de las policías de la Ciudad de México y Estado de México.
Toda la gracia que concedió el fiscal Peniche, autorizada personalmente por él, fue que ocultaran a Tarín García las manos con un suéter para que no quedaras las esposas al escrutinio de las cámaras fotográficas y de video.
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Ya se veía venir. Están soltando los dirigentes panistas el borrego de que viene una delegación especial del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN para hacerse cargo del comité municipal. Hasta nombre le han puesto a esa posición: Darío Óscar Sánchez Reyes, un panista de viejo cuño aparentemente muy cercano al gobernador Corral.
El actual presidente del municipal blanquiazul, Jorge Espinoza Cortés, permanece en el cargo con su período agotado. Fue electo en 2014 tras derrotar al actual funcionario estatal, Sergio Madero y al poeta del teatro, Pilo Galindo.
Más allá de concluido el plazo para el que fue electo, Espinoza sin duda será removido no tanto por eso. Su desempeño ha sido de mediocre hacia abajo. El PAN en Juárez da la impresión de no existir con él al frente.
La decisión de nombrar a una delegación es lógica en ese sentido; también lo es por el imperativo de los plazos electorales a la vuelta de junio y porque a los primeros panistas del estado no les conviene llevar a cabo un proceso de elección interna de nuevo dirigente. Lo perderían.
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La renuncia de Carlos Angulo Parra a la coordinación, jefatura o sepa Dios qué era en el gobierno estatal, inicialmente fue interpretada como táctica para venir en búsqueda de la dirigencia municipal del PAN; luego envió el hoy exfuncionario un comunicado con la versión oficial: la “intensión (así con s como salió la primera versión pública de su carta)” es buscar la Presidencia Municipal el año próximo.
Ni lo uno ni lo otro, Angulo ya no cabía en el nuevo amanecer. Quiso ser el primero del nuevo régimen estatal en hacer lo que los mejores amigos del hombre para marcar territorio en el Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip) y no lo consiguió. Después puso su mira en el INAI; menos.
Tras ese periplo anduvo de mano en mano; que si dependía de la Secretaría General de Gobierno y su buen amigo César Jáuregui, o de la secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos; o directamente de Corral. De todos y de nadie. Ni para café, ni galletas, ni viáticos, y pagarlos de la bolsa eso sí sería una ofensa. Adiós. Buen pretexto la alcaldía, cuyos procesos de selección interna serán uhhh, por enero, febrero, marzo del año entrante.
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La Fiscalía General del Estado le está arrimando lumbrita a Verónica Corchado, directora del Instituto Municipal de la Mujer.
Los administradores de dicha institución del Gobierno estatal la citaron en la ciudad de Chihuahua porque no encuentran la documentación suficiente sobre millón y medio que manejó Verónica entre organizaciones de la sociedad civil.
A la funcionaria municipal le habría correspondido administrar esa cantidad desde que anduvo entre organismos sociales que recibieron los apoyos de la propia Fiscalía para distintos proyectos.
Nos dicen que el problema no es mayor –o no debiera ser– porque todo lo que requiere Corchado es recuperar y entregar comprobantes y facturas de los gastos omitidos muy a la mexicana por las organizaciones que gastaron los recursos.
Esperemos termine todo bien.
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No son pocos los murmuradores profesionales (los hay) que aseguran ha sido visto en El Paso y no precisamente de compras en Cielo Visto, el Outlet, etc., al exjefe de la policía estatal, Pablo Ernesto Rocha.
De ser cierta la especie, es altamente probable que el exjefe policiaco ande allá tras algún tipo de protección como la pretendida por el exgobernador, César Duarte Jáquez.
Fue Rocha el principal operador de las policías estatal y municipal durante el sexenio duartista, más inclusive que Jorge González Nicolás, el segundo fiscal general del sexenio. Carlos Manuel Salas no pudo sacudirlo en su momento.
Pinta para que Rocha busque, efectivamente, la figura de testigo protegido, pero ya se sabe que a cambio no podrá guardarse ningún dato de los que le interesen a las corporaciones de seguridad estadunidenses.
El exjefe estatal mantuvo el control de 62 de las 67 policías, de los custodios de los Ceresos estatales, de varias delegaciones de tránsito y vialidad, incluidas las dos más fuertes: Chihuahua y Ciudad Juárez.
En su período se hicieron fuertes grupos del crimen organizado en la región noroeste de la entidad y en toda la región de la sierra, desde los linderos con Sinaloa, Sonora y Durango, desde donde mantienen sin dormir al gobernador Corral.
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En la política como en el beisbol, el juego no se acaba hasta que se acaba, le han dicho a los redactores de esta columna. Si bien quedó admitida una sola planilla de candidatos al Consejo Político Estatal del PRI, la llamada planilla oficial, habrá impugnación formal por parte de la que fue expulsada de la competencia.
Nos merecen el más alto respeto quienes aseguran que habrá impugnación con estatutos partidarios en mano y en una nada llegarían hasta el alto tribunal federal electoral.
Ya conocemos esos escenarios. En ese tipo de procesos internos a veces se van grandes unos con las decisiones, a veces los otros. Hoy le tocó al delegado nacional Fernando Moreno Peña hacer lo propio con esa planilla. Los pataleos, chantajes y hasta sabotajes durarán en lo que perdonan al extesorero del PRI estatal o le dan algunos espacios más a los opositores en la propuesta. Irónicamente así es la vida tricolor...y de todos los partidos.
Por lo pronto hoy tienen los tricolores sesión del Consejo Político Nacional para ratificar a Claudia Ruiz Massieu como secretaria general del PRI, así como en encuentro extraordinario con diputados locales. Por ahí andarán los quejosos de Chihuahua poniendo dedo con su dirigencia nacional.