Opinion

Los 100 días

Sergio Sarmiento

2017-04-27

Donald Trump sabe que no puede cumplir sus promesas de campaña, por lo menos no sin causar un enorme daño a los estadounidenses. Al mismo tiempo no quiere llegar a sus 100 días de gobierno mañana, 29 de abril, con las manos vacías.
Quizá por eso vimos esta semana medidas agresivas del presidente contra sus principales socios comerciales. Primero anunció aranceles punitivos a la madera canadiense para la construcción. Después se filtró información de que se preparaba para notificar a México y a Canadá del retiro de Estados Unidos del TLCAN. Sin embargo, tras mantener conversaciones telefónicas con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció que mejor renegociaría el tratado.
Es difícil saber qué tan seria era la intención de sacar a Estados Unidos del TLCAN antes de negociar. Quizá era simplemente una forma de presionar a México y a Ottawa para ofrecer concesiones. Tan pronto se dio a conocer que la Casa Blanca preparaba una salida unilateral, empero, surgieron protestas de organizaciones empresariales y de políticos, especialmente republicanos, que advirtieron sobre los daños que esto causaría Estados Unidos.
Trump decidió poner fin a la especulación y señaló que buscaba renegociar el acuerdo, pero todavía ayer advirtió que si la renegociación no da buenos resultados para Estados Unidos entonces sí se retiraría.
Todos estos vaivenes ratifican la falta de claridad en los objetivos del presidente, pero también su desesperación al acercarse los 100 primeros días de su gobierno sin tener nada que mostrar. El tradicional recuento de los logros de un gobierno en sus 100 primeros días, que empezó con Franklin Roosevelt en su primer mandato, no tiene ninguna razón de ser. Un presidente puede tener errores enormes en sus primeros días y después lograr un buen gobierno. Lo contrario puede ser igualmente cierto.
El saldo de los primeros 100 días de Trump es lamentable. El presidente no ha conseguido completar su equipo de trabajo, y no por obstrucción del Congreso, como afirma, sino porque le falta nominar a cientos de candidatos. No ha logrado tampoco la aprobación legislativa de ninguna iniciativa importante. No ha empezado a construir el muro fronterizo ni ha encontrado cómo cobrárselo a México. Tampoco ha terminado con el TLCAN, pese a que lo ha tildado de desastroso. Las órdenes ejecutivas para impedir el acceso a Estados Unidos de ciudadanos de algunos países musulmanes han sido suspendidas por tribunales. Sus únicos logros han sido bombardear Siria y Afganistán, pese a que había dicho que no mantendría a Estados Unidos en estos conflictos, y retirarse del TPP, lo cual sólo ayuda a China.
Las promesas con las que Trump consiguió su elección son irrealizables o tremendamente costosas. Abrogar el TLCAN no sólo no recuperaría empleos de 30 dólares la hora en las manufacturas, sino que provocaría la pérdida de cientos de miles o quizá millones de empleos en Estados Unidos. El muro fronterizo no detendría la inmigración ilegal, pero sí costaría decenas de miles de millones de dólares sin que haya forma de cobrárselos a México.
Trump vive en un mundo de fake news y no se da cuenta de lo que está pasando. Pero los electores sí.
A casi 100 días de su presidencia, cuando todavía debería estar en su luna de miel, registra una aprobación de apenas 41 por ciento. El promedio de los presidentes electos en su primer trimestre es de 63 por ciento (Gallup).

Diezmo

Delfina Gómez primero negó haber hecho descuentos a empleados de Texcoco, pero después reconoció que sí, a algunos, que le "pidieron" los descuentos. La verdad es que este diezmo para beneficio de los partidos se ha convertido en una forma de extorsión para muchos que quieren trabajar en gobiernos.

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