LA COLUMNA
De Los Reporteros
– Auditor está tronado; es insostenible
– Alumbrado público listo para ser privado
– Ramón Galindo batalla con Chihuahua
El siete de abril dejó Carlos González Herrera la Subsecretaría de Planeación y Evaluación del Gobierno estatal. Oficialmente se habló de una “renuncia por motivos personales”.
Así, en el más completo misterio, Carlos regresó a Ciudad Juárez y se reintegró a sus actividades como investigador de El Colegio de Chihuahua, de donde alguna vez fue director. También tiene su chamba en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Eso de “motivos personales” no nos convenció. En una rascadita superficial al tema nos encontramos con el pleito que mantienen por el poder el secretario de Educación, Pablo Cuarón y el subsecretario de Educación Media Superior, el hermano lasallista, exrector de la Universidad Lasalle, Miguel Ángel Valdez.
En medio de la trifulca quedó González Herrera. No era santo de la devoción de ninguno de los dos. Aparte de que venía del régimen duartista en el mismo cargo, no embonó porque si bien forma parte de la izquierda corralista en la que está identificado el secretario de Educación, Víctor Quintana, Cuarón y Valdez únicamente se acordaban de él cuando debían firmar “documentos comprometedores”.
Coincidentemente la renuncia de Carlos se dio tras una semana de retiro tipo espiritual que tuvo en tierras neolonesas Valdez con la muchachada de Lasalle. No era el jefe directo de González pero su influencia y poder en la Secretaría es tal que comparte créditos con Cuarón para deshacerse del hoy exsubsecretario de Planeación.
Miguel Ángel está catalogado como el relevo “natural” de Pablo frente a lo que es considerado desde hace semanas como su “inminente” salida de la Secretaría, que enfrenta conflictos por todas partes.
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Ni la llegada de los días santos concitó a la tregua entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo por el control de la Auditoría Superior del Estado. Desde la oficina del gobernador, Javier Corral, salieron instrucciones para seguir de frente con la destitución del auditor, Ignacio “Nachito” Rodríguez por su nombramiento “ilegal”; desde el Congreso se pertrecharon con la negativa a obedecer.
Los consejeros jurídicos y políticos del gobernador descubrieron muy tarde el hilo negro con eso de que Rodríguez cometió “fraude” para obtener la luz verde del Congreso y convertirse primero en candidato, después en integrante de una terna y ahora en jefe de la Auditoría. Hoy pretenden enmendar la omisión enviándole a la Fiscalía para que lo saquen a rastras del órgano auditor si es necesario.
En el Congreso, los diputados repiten: lo cáido, cáido. Rodríguez fue sometido a todo un largo proceso de elección, le fue tomada la protesta de rigor y ahora está en carácter de inamovible, como haya sido.
Igual que en otros casos, el desenlace es de pronóstico reservado. La pelea es entre grupos internos panistas, uno encabezado por el gobernador que ayer negó ser motejado como el “primer panista del estado”; el otro, liderado desde la alcaldía de Chihuahua, por la presidenta Maru Campos y su secretario del Ayuntamiento, César Jáuregui Moreno.
Por cierto, nos platican que en Juárez hay una activista blanquiazul que no descansa día y noche defendiendo la causa de Jáuregui. Se trata de doña Carmen Moreno, señora madre de Jáuregui y regidora en el Ayuntamiento de esta frontera. No solamente le junta piedras a su muchacho, también las arroja con el mayor de los entusiasmo, nos aseguran.
Si debemos utilizar una frase común para definir la posición del presidente del Instituto Estatal Electoral (IEE), Arturo Meraz, en todo ese zafarrancho político es aquella de que se voló la barda.
Dijo el funcionario que el órgano electoral no actuó con dolo al extender al Congreso del Estado una certificación de que el nuevo auditor no había sido candidato a nada; por lo tanto, podía aspirar a la Auditoría. Es evidente que el IEE se prestó a la maniobra urdida desde insospechadas oficinas gubernamentales. Ahora deberá pagar el precio del “dolo”. Nacho es insostenible. Ni a él le conviene aferrarse al cargo, repitió Corral ayer en su conferencia de prensa.
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En ese conflicto por la Auditoría pareciera que no pintan los diputados opositores, los pertenecientes a los chiqui o nanopartidos, pero sí pintan y mucho.
Dicen que en política no hay espacios vacíos. Los legisladores y legisladoras del PRI, PANAL, Verde, etc., (17 de 33. El PAN tiene la diferencia) se han cansado de que Palacio de Gobierno ni un café les haya invitado desde que inició la administración; terminaron por hacerse frecuentes aliados del grupo panista opositor a Corral y compañía.
Esa es una falla grave en la operación política del ‘nuevo amanecer’. Nadie en Palacio ni fuera de Palacio trabaja a los legisladores ni por error. Se enteraron por los medios informativos, por ejemplo, de que les habían vetado la designación del auditor. Más distancia y más enojo hacia Palacio.
El gobernador prometió ayer darse “el tiempo” para platicar con los legisladores; a ver si lo hace.
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La independiente alcaldía de esta frontera escogió el amodorramiento del primer día después de Semana Santa; esto es, el lunes, para dar luz verde al proceso de concesión del servicio de alumbrado público que implicará cientos de millones de pesos en ganancia para alguna feliz empresa particular cuyo nombre ya debe estar bajo buen resguardo en el cajón del escritorio, mínimo, del coordinador de directores, Rodolfo “El Güerito” Martínez.
La concesión por 15 años implica cambiar algo así como 110 mil luminarias en la ciudad mediante una inversión aproximada a los mil 400 millones de pesos que serán recuperados con el célebre cobro por derecho de alumbrado público con cargo a todos los ciudadanos registrados en la Comisión Federal de Electricidad.
Los integrantes del Ayuntamiento se reunirán a las doce del mediodía del próximo lunes en el Salón Francisco I. Madero de la alcaldía, según la convocatoria respectiva firmada por el secretario, Roberto Rentería Manquero.
Los señores miembros del Ayuntamiento votarán también la creación del Consejo de la Judicatura estatal, aprobada ya por el Congreso del Estado. Forma parte del proceso jurídico indispensable la ratificación en los municipios de la entidad. Regularmente es mero protocolo.
Ojalá para el lunes ya sepan los regidores y demás integrantes del Ayuntamiento con qué se come eso de la Judicatura como para razonar decentemente su voto.
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La dura polémica que envolvió a la subsecretaria de Cultura en Juárez, Austria Galindo, refrigeró el ambiente entre miembros del gabinete estatal y su representación general en Juárez, a cargo de Ramón Galindo Noriega.
Encabezados por la secretaria de Cultura, la artista Agueda Lozano, esos funcionarios en la víspera mantenían poca relación con el subsecretario de Gobierno en Juárez, ahora es menos que la estrictamente necesaria.
Desde luego que Galindo metió el hombro por su sobrina Austria cuando desde Chihuahua la renunciaron sin mayor explicaciones. Ramón adujo no su relación familiar con la muchacha sino la capacidad de ella para desarrollar su trabajo.
Ese ha provocado mayores roces del subsecretario con los funcionarios estatales de la ciudad de Chihuahua y está lastimando la propia relación con el gobernador, quien está obligado a poner los puntos sobre las íes nuevamente. O releva a su representante en Juárez o lo respalda cual debe ser; de lo contrario, serán los juarenses los perjudicados con esa guerrita.
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El nuevo delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), Adonai Carreón Estrada, apenas tomó posición de su cargo, decidió ausentarse de la ciudad.
Nos comentan que el motivo es para realizar un recorrido por el estado e inspeccionar el trabajo de la corporación federal. Eso no está sujeto a comprobación así que podemos creer que regresó a la Ciudad de México para entregar los pendientes de su oficina en la PGR central, con todo y días inhábiles.
Nuestras fuentes en la delegación estatal nos aseguran que Adonais, cuestionado exprocurador de Justicia en Baja California Sur, se integrará formalmente a su oficina en Juárez hasta el lunes.