Opinion

Los vitales controles de confianza

Javier Cuéllar Moreno

2017-04-11

El hecho publicado
 por El Diario de
Juárez en el sentido que nuestra
 localidad fronteriza y la
 ciudad de Chihuahua hayan vuelto a ocupar un deshonroso lugar entre el top de regiones más violentas y peligrosas del planeta, aunque sea un lugar algo lejano a las primeras 10, es preocupante. El precio que se paga por ello es la intranquilidad y la zozobra en la que vivimos todos los chihuahuenses; en especial los juarenses, que no encontramos un sitial de reposo para dedicarnos con tranquilidad a nuestro trabajo honrado, fecundo y creador.
El gobernador Javier Corral es el principal responsable y obligado a estructurar un gobierno que preserve y aun restablezca el ambiente de garantías constitucionales que debe existir en nuestro estado; pero no es el único obligado, también son los presidentes de todos los municipios del estado por ser considerados los responsables políticos de lo que suceda en sus regiones de competencia. La seguridad y la paz pública son un objetivo común de ambas instancias de gobierno. Por ello es que debieran estar coordinadas en esa difícil y esencial tarea.
Corral Jurado tiene el plan de capacitar a todas las Policías municipales del estado y a someterlas a los naturales exámenes de confianza necesarios para delegarles la realización de esa importante tarea ciudadana; en ello tiene razón, por décadas se ha observado que muchos de nuestros policías en lugar de ser garantes de la paz y la seguridad pública se han volteado al bando de los malos. Eso es contraproducente, por eso no se les tiene la confianza necesaria. Bien lo dijo Jim Burke, expresidente y director general de la trasnacional compañía Johnson & Johnson: “No hay éxito sin confianza. La palabra ‘confianza’ representa casi todo lo que uno puede esforzarse por conseguir que contribuya al éxito”.
Esta capacitación es pasajera por más que se le deba mantener vigilada permanentemente. Lo que ha pasado es que algunos gobiernos municipales no quieren participar en el plan del gobernador Corral Jurado para constituir y reforzar la actuación en nuestro medio de una policía de proximidad más capacitada y confiable que la que tenemos, por mucho que en el pasado haya realizado satisfactoriamente su labor al grado que redujeron significativamente los índices de violencia y delincuencia en el régimen anterior.
La lucha contra los criminales es una tarea que no admite descanso. El buen panorama que teníamos hace seis meses se nos descompuso. Eso es lo que cuenta porque de nada nos sirve mantenernos en la añoranza de un clima de aceptable paz pública que disfrutamos durante la administración de César Duarte Jáquez. Lo importante es aquí y ahora. Esa tarea debe coordinarla el gobernador del estado por mucho que hasta ahora su plan no haya dado los resultados que todos los chihuahuenses desean.
Creo que deben abandonarse las actitudes de rebeldía y darle al gobernador el beneficio de la duda para que implemente su programa de seguridad pública, de capacitación y de elevación de la confianza. Al final esta tarea debe redundar en beneficio de todos.
Una paz conseguida a base de un cogobierno con los malos no se ha sostenido cuando los controles y acuerdos de recto comportamiento se relajaron por el cambio de las autoridades. Lo que necesitamos es que este período de paz y seguridad pública se perpetúe por toda la administración de Javier Corral y aún más allá de ella.
Dejémoslo trabajar e implementar sus ideas, aún más, apoyémoslo para que sus planes tengan el éxito más rotundo de que sean posibles. No se debe olvidar que los repuntes de la delincuencia no se han dado nada más en el incremento de los homicidios sino que algunos delitos como los robos, las extorsiones y los secuestros han observado un aumento inusual siendo necesario que se creen los exitosos cuerpos anti extorsiones y anti secuestros que tan bien operaron en el pasado. Dejémoslo y respaldémoslo en su trabajo. Las cosas deben salir bien para todos.


 

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