Sixto Duarte
2017-03-20
Hoy se celebra un aniversario más del nacimiento del Benemérito de las Américas,
Benito Juárez. Juárez es, sin duda,
el presidente al cual se le rinden
mayores deferencias, desde una perspectiva histórica.
En lo personal, siempre he dicho que Juárez es el más grande mexicano de la historia, no nada más por la consolidación de la República que promovió (que ya en sí es suficiente mérito), sino por el camino qué recorrió para llegar a la más alta magistratura de México, pues fue un niño de una comunidad muy desfavorecida y llena de carencias, quien no habló castellano hasta los doce años de edad. Esto es indudablemente, una historia de éxito y superación, casi imposible de repetirse a pesar de estar en pleno siglo XXI.
Sin embargo, más que hablar de la persona de Juárez (ya lo hice el 24 de marzo de 2015 en este mismo espacio), en esta ocasión me gustaría hablar de su legado y sus ideas.
Una de las ideas de mayor relevancia que Juárez promovió en su época, era aquella que el funcionario público debía vivir en la “honrosa medianía”, sin improvisar fortunas que la sociedad maldice.
Juárez hablaba de un elemento básico de cualquier República, consistente en la igualdad de gobernantes y gobernados. Igualmente era una profunda crítica a la corrupción. Uno de los reclamos de la sociedad actual, es precisamente el dispendio de muchos gobernantes, funcionarios y representantes. Muchos de ellos evidentemente no viven en esa “honrosa medianía”, sino en una “vergonzosa opulencia”.
Ha pasado siglo y medio desde que Juárez tocó este tema. La corrupción era en el siglo XIX tan vigente como lo es ahora. No sólo hablo de los desvíos de recursos que se dan en el ejercicio público; también hablo de la corrupción legalizada (o legitimada) en salarios y compensaciones que altos funcionarios de todos los niveles y de todos los poderes perciben. En un país donde el salario mínimo es de cuatro dólares diarios, es obsceno que un alto funcionario gane cinco mil veces esa misma cantidad. ¿Es ésta la honrosa medianía que promovió Juárez?.
Otra idea promovida por Juárez y atributo de casi todas las repúblicas es la laicidad del Estado. Juárez decía que los gobiernos civiles no deberían de tener religión, pues el gobierno a efecto de no ser sectario, debería garantizar la libertad de creencia en cualquier culto.
Por otro lado, la nacionalización de bienes eclesiásticos, la desamortización de bienes, la institución del registro civil, y la clara delimitación entre el Estado y la Iglesia, mostraron la voluntad de Juárez de concretar las ideas republicanas y laicas en México.
Evidentemente se enfrentó al poder fáctico más importante de la época. En la actualidad, esa misma institución critica abiertamente posturas oficiales, y participa de forma (in)directa en el debate político del momento. La lucha por el Estado laico que encabezó Juárez a mediados del siglo XIX tampoco ha encontrado continuidad en las últimas décadas.
La libertad de pensamiento y promoción de la educación fueron puntos medulares en las acciones oficiales de Juárez. México era un país con un alto grado de analfabetismo, pues más de treinta años después de concluida la Guerra de Independencia, no había rumbo claro en el establecimiento de una política educativa.
En la actualidad, la reforma educativa impulsada por el gobierno no termina de ser aceptada, ya que existen enormes resistencias por parte de diversos actores del sector educativo. La situación de la educación en México es complicada. Quienes se oponen a dicha reforma de plano no tienen noción de que la calidad educativa en el país va en retroceso. La educación es la mejor forma de desarrollo social en cualquier país. Parece ser que éste es otro ideal de Juárez que no se ha terminado de cumplir.
Benito Juárez fue el arquitecto de la República. Muchas de sus ideas siguen vigentes, al igual que muchos de los problemas que les dieron origen. Creo que la mejor manera de celebrarlo es promoviendo la ejecución de los valores liberales, progresistas y democráticos que siempre defendió.