Opinion

Actores de una marca ciudad

Carlos Irigoyen

2017-03-10

Ciudad Juárez fue materializada con un motor económico sumamente potente basado en el eje maquilador, pero le faltó acompañamiento social, una camada política enfocada en la problemática de la localidad, una academia involucrada en el progreso del lugar y un empresariado respaldado para que apoyara el progreso de la comunidad.
Juárez cuenta con alrededor de un millón 400 mil habitantes; de acuerdo a Así estamos Juárez, hay una calificación de 8.34 en la sensación de bienestar en el lugar, 79 por ciento de los habitantes pocas veces o nunca pensaron en irse de la ciudad y el 81 por ciento declaró estar algo o muy orgullosos de ser o vivir en Juárez. Si tenemos algo tan importante como la aceptación de los habitantes por su ciudad, entonces la teoría diría que debería ser una ciudad sumamente atractiva. La realidad es otra.
A unos meses de los cambios de gobierno la violencia escala, el narcotráfico sigue distribuyendo veneno, la transparencia está en entredicho, la comunicación de gobierno sigue siendo una ocurrencia, la sociedad no percibe en su totalidad lo bueno de nuestra ciudad; desconoce, ignora y cuestiona los beneficios de la dinámica de nuestra localidad, hay enquistada una inercia muy peligrosa en la apatía social. La academia no carbura en su totalidad.
El empresariado esta entre la contracción del consumo y el apremio de ser competitivos para ganar las preferencias de los clientes. El gobierno sigue resolviendo con el ábaco una ecuación diferencial llamada “gobernar una ciudad con un gran potencial”; quizá por desconocimiento, falta de experiencia, intereses políticos y particulares; la duda y la ambigüedad matan, la desinformación está siendo costosa en el ánimo de la población.
La ciudad depende de que cuatro actores que son las autoridades, las asociaciones empresariales, la academia y los miembros de la sociedad en general accionen en conjunto para darle vuelta al engrane de una manera sincronizada, pero hay ausencias de personas que asocien, falta el liderazgo de conjunción, hay vacíos de visión de ciudad y destierro de sentimientos positivos hacia la ciudad. Urge agrupar los esfuerzos aislados que hacen un sinnúmero de personas y asociaciones civiles, las asociaciones empresariales, las escuelas y hasta el mismo gobierno.
El reto es claro y multidimensional, al gobierno le dan una aprobación que ronda el 40 por ciento. Tenemos cámaras empresariales que necesitan activar el consumo mediante campañas de comunicación con más técnica y menos empirismo. Una academia que tiene que salir de las aulas para ir a proponer modelos y nuevas formas de pensamiento. Y por supuesto, tenemos que buscar como sociedad los espacios, los momentos, la convicción que hace falta para ir y dar el siguiente paso; incrementar la calidad de vida en nuestra ciudad por medio de la innovación en instituciones, estrategias y modelos de desarrollo social, políticos y económicos. Juárez siempre ha sido pionero entonces, ¿por qué aún no podemos generar una identidad que nos distinga como marca ante el país?.
La reflexión obliga a cuestionar en cómo debe ser la colaboración de cada quien para el desarrollo de la ciudad. Al empresario, cómo generar las fuentes de empleo que nos den un mejor nivel de vida. Al gobierno, cómo instrumentar las condiciones de una ciudad que ofrezca verdadera calidad de vida como condición mínima de desarrollo y ya como valor agregado la trascendencia de una comunidad. La academia, cómo plantear esquemas que hagan de Juárez una marca sólida y con atractivo. A la sociedad, conminarla a luchar codo a codo para construir la clase de ciudad que queremos y merecemos.
La falla de uno será el desplome de los demás factores. Los liderazgos de conjunción no son sólo necesarios, son inevitables e imprescindibles. Los esfuerzos aislados ya no funcionan, pensemos y actuemos en plural; una potencial solución sea la creación de un “instituto marca ciudad” que agrupe y consolide los esfuerzos de ofrecer a todos los que vivimos en Juárez el espacio de calidad que merecemos. Aspiremos a mejorar nuestra ciudad desde una mentalidad de la abundancia y no a construir desde el estado de las carencias. Hoy estamos al borde de la necrosis social, existe la interrogante en el modelo económico y una desazón política en gran parte de la sociedad que dio como resultado la indiferencia cívica y social. Para un cambio real se necesita tener presión por cambiar, una visión compartida, un plan elaborado y el conocimiento para hacer el cambio. A partir de esta premisa los actores de la marca deben interactuar porque la transformación real es hoy o nunca.

cirigoyen@itesm.mx 
 

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