Opinion

Pensar desde la frontera

Samuel F. Velarde

2017-02-20

Desde que escribo en este espacio, he intentado abordar mis artículos a partir de nuestra realidad fronteriza juarense, los aspectos nacionales de alguna manera trato de darles conexión con esta perspectiva localista, como una forma de motivar al lector que en ocasiones se llena de información “nacional” sin mucho sentido y a veces extraña para nuestra propia realidad. Tal vez suene muy provinciano pero esa es la intención de este artículo.

Vivimos en un país centralista en muchos aspectos, el político fue el principal, tal vez por ello y otras cosas se perdió la mitad del territorio en el siglo XIX (a propósito del sentimiento anti Trump). Ese centralismo se convirtió en una relación centro-provincia, como se ha observado una relación dependiente y en cierta manera subordinada a esos intereses egocéntricos, incluso culturalmente -fuera de lo que hoy es la Ciudad de México- todos éramos provincianos, simbólicamente significaba que éramos personas más o menos estudiadas, algo primitivas, bárbaras, coloquiales y todas las etiquetas impuestas sobre todo por la clase política e intelectualidad central. En este país para triunfar en lo artístico se debía abandonar la provincia, para tener éxito en la política se tenía que emigrar a los brazos del PRI central o de cualquier partido político, en otras palabras ese centralismo agobio a muchos y sedujo a otros.

Lo anterior tiene relación con que la “provincia” siempre ha esperado que desde el centro soplen vientos favorables para actuar o repetir lo que allá se genere en ideas, arte, política y otras acciones sociales. Esto lo comento a propósito de la generación de ideas y a lo cultural, en otros países los localismos producen sus propios escritores, intelectuales, artistas que difunden con mayor precisión la fenomenología o arte de su región, formangrupos,asociaciones,creanpublicacionesy procrean un pensamiento,
por supuesto sin ignorar a los consagrados, pero hacen sus propias conclusiones y eso ayuda a la democracia y a la participación ciudadana, forjando una reflexión desde el mismo lugar y divulgandola.

Sin embargo es extraño como en ciertos grupos académicos o intelectuales (en provincia se cree que no existen intelectuales), se está esperando siempre abrevar del pensamiento centrista, como si desde aquel lugar pudieran tener mejores elementos de análisis sobre “los provincianos”, o hacer una lectura del país sin equivocarse, si bien es cierto las principales decisiones políticas son tomadas desde el centro y es donde radican instituciones y centros culturales importantes, eso no significa que no haya la posibilidad de generar una opinión de aquí para allá y no siempre de allá haca acá. No me imagino a intelectuales o académicos o artistas de Austin, San Diego o Chicago callarse si no se opina o analiza desde Washington. Tal vez mi reflexión suene demasiado frágil, pero ¿no será necesario ir rompiendo con ese tonto complejo que desde el centro se genera todo? ¿No será pertinente ir terminando con el mito de que la mejor critica o reflexión está en el centro? Y si así es, terminar con esa idea -como afirma un amigo- en cierta forma subyugante.

Los que tenemos la posibilidad de opinar, sobre todos los jóvenes, artistas, académicos no burócratas, intelectuales, comenzar a proponer un pensamiento localista abarcador, que tenga la posibilidad de generar ideas para interpretar y cambiar nuestro entorno y más que nada, motivar la riqueza de pensamiento local e ir contribuyendo a que nos conozcan más en otras regiones, para así no solamente extasiarse con los mismos y en ocasiones creídos intelectuales del centro.


 

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