Opinion

“El odio no se combate con odio”

Juan Carlos Loera de la Rosa

2017-02-19

Contrastando claramente con la timorata actuación del gobierno mexicano ante el hostil embate del presidente de Estados Unidos contra los migrantes, entre ellos especialmente los mexicanos que han llegado a ese país en busca de una vida mejor, Andrés Manuel López Obrador de una forma valiente pero sensata dirigió emotivo discurso de solidaridad y defensa a nuestros paisanos en Los Ángeles, California, mismo mensaje que llevará en su periplo por ciudades del vecino país como Nueva York, Chicago, San Francisco, Phoenix y El Paso.
AMLO se ha caracterizado por "ponerle el cascabel al gato" y ser punta de lanza con sus posicionamientos bien argumentados  en los temas de trascendencia nacional; la defensa de los migrantes no es la excepción. Las principales ideas del presidente de MORENA han tratado de ser imitadas por sus adversarios políticos, pero difícilmente los representantes de otras fuerzas políticas nacionales se atreverán a alzar la voz de una manera tan valiente y razonada en suelo estadounidense y en espacios abiertos, como lo ha hecho Andrés Manuel. Y no lo harán exclusivamente por la ausencia de una estructura como la que tienen los simpatizantes de AMLO en el exterior, sino principalmente por la carencia de autoridad moral para representar la defensa de los migrantes, mismos que han sido sutilmente “expulsados” de nuestro país gracias a una estrategia económica fracasada e inspirada desde el extranjero y sumisamente aplicada por los gobernantes mexicanos.
Andrés Manuel ha convocado a los migrantes para que debatan en el marco de las ideas y de manera organizada para hacerle ver a la sociedad estadounidense que la estrategia divisoria de Donald Trump obedece más que nada a asuntos de carácter político, que los problemas económicos de la clase trabajadora estadounidense no se deben necesariamente a la presencia de nuestros connacionales allá, sino al propio modelo económico que ha funcionando como espejo en México y otros países latinoamericanos para proteger a los grandes capitales especuladores propiedad de unos cuantos a costa del perjuicio de la mayoría, y puso como ejemplo la crisis de 2008 donde se rescató primero de la quiebra a los organismos financieros dejando a la deriva a la ciudadanía, una especie de versión norteamericana del FOBAPROA.
Hay que subrayar que el supuesto déficit comercial entre Estados Unidos y México es una falacia ya que un alto porcentaje de las exportaciones de nuestro país pertenecen a corporaciones estadounidenses. ¿Y qué decir de la gran participación en la economía interna de nuestro país que en algunos rubros está dominada por franquicias estadounidenses? Buena parte de las comunidades agrícolas estadounidenses se sostienen gracias a las exportaciones de granos hacia México. A eso hay que agregarle que una inmensa cantidad de dinero generado en negocios asentados en México está depositados en bancos de la Unión Americana. Es decir, no es cierto que el Tratado de Libre Comercio haya beneficiado (sin conceder) sólo a México.
Y desde luego que los negocios en Estados unidos no funcionarían sin el gran aporte de la mano de obra de los migrantes de todo el mundo, pero en particular de los mexicanos.
Con una magistral actitud de estadista, López Obrador ha enfatizado su principal mensaje: El llamado a la concordia, la fraternidad y la auténtica cooperación entre los dos países para atacar el problema de raíz, ya que la relación debe establecerse en el respeto y la diplomacia para el desarrollo en muchos sentidos (no solamente el económico) de ambas naciones.
López Obrador no va a protestar a Estados Unidos, va a tender puentes con la sociedad estadounidense con buena voluntad, destacando la campaña de Trump y su retórica dominada por el odio contra los extranjeros clara y descaradamente racista y su mal entendido patriotismo.
El discurso humanístico de AMLO se fundamenta en combatir el odio con la razón, la fraternidad, la unión y el amor. Éste será el contenido de su mensaje durante su presentación en El Paso Texas, el seis de marzo, no solamente irá a solidarizarse, mucho menos a hacer campaña política, sino también para impulsar una defensa verdadera y efectiva a los derechos humanos de los migrantes, en una manifiesta y cordial coordinación con académicos y dirigentes sociales, inspirados en la proclamación de Franklin Delano Roosvelt: Derecho a la libertad de palabra, de cultos, de vivir sin miseria y sin temor.

 

X