Opinion

Manejos políticos oscuros

Francisco Ortiz Bello

2017-02-18

El próximo año los juarenses iremos de nueva cuenta a las urnas para votar por casi todos los cargos de elección popular que hay en este país, salvo el de gobernador, elegiremos alcalde, síndico, regidores, diputados locales, diputados federales y senadores de la República, con lo que ya desde ahora, se vuelve a alborotar el avispero de la grilla local.

A diferencia de otros procesos electorales similares en el pasado, el del próximo año tiene nuevos elementos que hacen aún más difícil la previsión de posibles escenarios, ya que no existen antecedentes contra los que se pueda contrastar dicha elección, a pesar de que se cuente con una base general de información estadística.

En esta nueva ecuación algebraico-electoral (si se me permite el terminajo), la figura de los gobiernos independientes aparece como un insondable misterio aún, ya que no sólo falta ver el desarrollo, aprobación y posicionamiento que realmente alcancen entre la población gobernada, sino que, incluso, no hay lineamientos jurídico-electorales claros y puntualmente definidos para que jueguen dentro del proceso electivo.

La reelección es, en sí misma, una novedosa figura electoral que aparece por primera vez en la historia de nuestro estado y, por supuesto, del municipio lo que la hace de por sí un elemento por demás interesante y que puede venir a cambiar todo el escenario político-electoral. Bueno, de hecho, lo está cambiando ya desde ahora.

Es un hecho confirmado que los partidos políticos arrastran una, cada vez más, desaprobación ciudadana que se ha convertido en el peor lastre para estos institutos políticos, lo que les permite menores márgenes de maniobra, pero también debemos agregar que lo que han hecho los gobiernos en turno, al menos hasta el momento, sigue dejando mucho que desear y aumenta esa inconformidad social.

Y por si todo eso fuera poco, también se suman a ese explosivo “coctel” las estrategias políticas que, desde Palacio
de Gobierno, se han
implementado para
“minar” el terreno de los independientes y sus reales posibilidades de lograr una reelección el próximo año.

¿Por qué quiere el inquilino principal de Palacio “estorbar” las pretensiones de reelección de los independientes? Bueno, en cada caso hay razones particulares, pero en general se trata de fortalecer electoralmente al PAN, además de construir una estructura política de peso que, amén de gobernar la mayor cantidad de ciudades del estado (entre ellas las más importantes claro), esté lista y preparada para lo que se pudiera ofrecer en el 2018.

Es por ello que, dicha estrategia político-electoral, va desde lucidores actos y eventos mediáticos (por supuesto con la presencia de “importantes” y “distinguidos” invitados de “talla nacional”), hasta la operación sinuosa y poco clara de extrañas filtraciones a medios de comunicación, con información privilegiada que sólo el ente estatal puede tener en su poder, pero que de manera muy conveniente llega a quienes debe llegar para dinamitar el terreno enemigo.

Por ejemplo, en el evento realizado el pasado viernes en esta frontera, hasta donde llegó el mismísimo Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo del Tata Lázaro, para encabezar un acto simbólico de unidad y dignidad nacionales justo en la línea divisoria con Estados Unidos, y con el que se pretendió enviar un mensaje claro de fortaleza nacional.

El uso de los símbolos (el Tata, la frontera, valla humana, dignidad, unidad) estuvo bien pensado, y hasta creo que hubiera salido todo bien de no ser por el torpe manejo de los mensajes verbales. Cuando al tuitear se les olvida incluir a las mujeres que también ahí estaban, y se dedican sólo a ensalzar los nombres (masculinos) de quienes -aseguran en un tuit- “encabezaron” el evento; pero también cuando se les olvida cuidar otros detalles, como el de “acarrear” hasta ese lugar a estudiantes y maestros de los Cobach, así como a estudiantes de una universidad técnica de la ciudad. Escenas de una película que ya hemos visto infinidad de veces, con títulos y actores distintos, pero con la misma trama.

Es imperdonable, desde el punto de vista del protocolo político, que el gobernador Corral no haya mencionado entre la lista de sus “distinguidos” invitados a la presidenta municipal de la ciudad de Chihuahua, la panista Maru Campos, por cierto, compañera suya de partido, quien no viajó casi 400 kilómetros para venir a recibir una grosería de ese tamaño.

Enfocados en el objetivo de fortalecer electoralmente las siglas de un partido político, pero también la hegemonía de un grupo en el poder, los integrantes del equipo corralista se han dedicado a todo menos a gobernar, dejando de lado la parte más importante de su función que es la de brindar a la ciudadanía los niveles mínimos de servicios y bienestar que requiere.

Los corralistas, desaforados, literalmente le han “echado el caballo encima” (si me permite esa coloquial expresión) a todos quienes interfieran en sus proyectos o planes para el 2018, incluido por supuesto el presidente municipal de esta ciudad, Armando Cabada a quien, desde el inicio de su gestión, el propio gobernador en persona se encargó de hacerle “bullying” político con el caso del exsecretario de Seguridad Pública Municipal, y exfiscal general del Estado, Jorge González Nicolás, y no descansó hasta que lo vio fuera de la nómina municipal.

Extrañamente, y también de modo muy conveniente, recientemente ocurrieron dos extrañas filtraciones de información “sensible”, que terminarán por repercutir en la instancia municipal, y ambas casi en forma simultánea.

Primero, fue el caso sobre la detención de un hombre en estado de ebriedad (o intoxicado) que fue objeto de abuso físico en una estación de policía, lo que terminó finalmente con la muerte del detenido, lo que se filtró a medios de comunicación ¡con un video! Demasiadas coincidencias.

Todos sabemos que esos casos ocurren con mucha más frecuencia de la que creemos, es prácticamente el pan de nuestro de cada día. Claro, eso no quiere decir que esté bien. Por supuesto que es un gran pendiente de la corporación policiaca municipal, pero el que se haya filtrado el video deja mucho qué pensar.

Sobre todo, porque casi de inmediato el diputado panista Gabriel García Cantú exigió en la más alta tribuna del estado la renuncia de Dante Almaraz, titular de la SSPM y quien sustituyera a González Nicolás. Demasiadas casualidades.

Pero para rematar con broche de oro, otra “filtración periodística” enrareció aún más el ya de por sí denso ambiente en contra de la Policía Municipal y su nuevo titular. “Se supo” que Dante Almaraz no había superado exitosamente el examen de confianza que le fue aplicado para el cargo.

Sin que hubiera ninguna confirmación oficial sobre el tema, el alcalde desmintió la noticia, afirmó que no había aún resultados de sus exámenes, ni positivos ni negativos, pero de nueva cuenta se apareció “la mano pachona” y desde la FGE fuentes “extraoficiales” confirman que en esa instancia ya se recibió la notificación de que, efectivamente, el jefe policiaco resultó no apto para desempeñar el cargo. Sin duda, habrá que sustituirlo, pero el daño mayor está hecho: el resquebrajamiento de la credibilidad en la Policía Municipal y, por ende, en la figura del alcalde.

La guerra por el poder es sorda y muda, pero no quiere decir que no exista. Seguramente seguiremos viendo más cosas en el mismo sentido y, seguramente también, irán aumentando en intensidad y frecuencia. Sólo deseo que esa guerra por el poder político no desencadene cosas peores para nuestra ciudad y para los juarenses. Ojalá.

X