Javier Cuéllar Moreno
2017-02-18Se ha cumplido un año del día en que el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, visitara Ciudad Juárez. Su recuerdo sigue tan vivo como el primer día en la mente de los juarenses que lo recibimos con profundo respeto. El viernes se organizó un evento evocativo que inauguró una estatua de este significativo personaje en las inmediaciones de El Punto para conmemorar perenemente esos momentos tan importantes para toda la feligresía.
Su presencia por estas olvidadas tierras de Dios convocó a la congregación más numerosa que se haya escenificado en esta comarca atrayendo a cientos de miles de personas que siguieron con respetuosa presencia la visita del líder religioso más importante del planeta. Su mensaje de paz y fraternidad universal quedó grabado en el corazón de todos los que asistimos a los eventos que con tal motivo se organizaron; se distinguieron por su ordenado desarrollo.
Las cosas estaban más tranquilas cuando el Papa Bergoglio visitó nuestra ciudad. Ahora una parte de la paz se ha roto con la crecida ola de violencia asesina que nos inunda en los últimos dos meses, de eso estaba enterado el Sumo Pontífice pues en una ocasión refiriéndose a nuestro país dijo: “Ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”. Y sigue siendo porque aunque por estos lugares las cosas se han empeorado en realidad el clima de violencia asesina se ha diseminado por todo el país entero.
Un papado conocedor y preocupado
Una de las preocupaciones más graves de el Papa ha sido la integridad de la Iglesia Católica y en especial la de sus sacerdotes. Al respecto ha dicho: “Los sacerdotes son como los aviones: sólo son noticia cuando caen”. Algunos de los miembros de la Iglesia padecen enfermedades y tentaciones como la acumulación de dinero y poder, el exhibicionismo, la sensación de sentirse superiores a los demás o el Alzheimer espiritual que sufren aquellos que han perdido la memoria de su encuentro con Dios Nuestro Señor pues reconoce que es mucho el mal que causa a todo el cuerpo de la
iglesia la existencia de
un solo sacerdote que
falla, eso le duele mucho al Papa pero a pesar de ello no lo ha ocultado pues cree que la verdad es la verdad y no se puede esconder. Es mejor enfrentar la realidad y resolverla que ocultarla y perpetuar la presencia del mal.
A un año de su visita su recuerdo por estas tierras sigue intacto. Creo que con el tiempo se acrecentará más porque las cosas para la comunidad de emigrantes se han recrudecido. Más que nunca se enfrenta el dolor de la actitud del presidente norteamericano Donald Trump y su fobia contra los inmigrantes de Latinoamérica que ha ocupado los titulares de toda la prensa mundial. Sobre este problema que afecta a todos el Papa Francisco ha dicho recientemente: “Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global”. “Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado”. “El muro no es una solución” a la crisis migratoria que enfrenta el mundo porque solo “genera más odios”, advirtió el Papa durante el vuelo de regreso de Filadelfia, Estados Unidos. “Todos, todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución”.
El gasolinazo que todos temen
En una forma sospechosa son muchos ya los políticos relevantes a nivel nacional que han estado haciendo declaraciones recomendando al gobierno federal y en especial al presidente Enrique Peña Nieto que se abstengan de decretar otro gasolinazo. Esta recomendación no solamente ha emanado de gentes afines al sistema político mexicano sino que, preocupantemente, de la oposición aparentemente formal, con lo cual se da la impresión de que quieren ponerse el huarache antes de espinarse.
En consecuencia, el pueblo mexicano, desconfiado como lo han hecho, tiene el temor fundado de que un gasolinazo de idénticas magnitudes que el anterior está a punto de decretarse en el territorio nacional con o sin el pretexto de un dólar caro o barato. Lo que importa es sangrar más la economía del
pueblo para satisfacer el exagerado y dispendioso gasto público del gobierno que por más promesas de austeridad que se hagan nada más no se ven por ningún lado.
La corrupción se encuentra a todo lo que da y el derroche del presupuesto también. Lo más seguro es que las cosas no se compongan jamás. Quién sabe qué es lo que necesitará pasar para que el sistema político mexicano se componga y no sea nada más una gran exprimidora de los dineros del sufrido pueblo mexicano.
El enemigo no es Donald Trump, lo son todos los políticos que se encuentran incrustados en el aparato gubernamental de México. El muro no nos perjudicará en lo más mínimo, lo que nos ha dañado es la corrupción y el dispendio.
La irresponsabilidad como plan
Podemos entender que el señor gobernador Javier Corral no tenga un plan para contener la ola de violencia que se ha desatado por algunas regiones de la sierra de Chihuahua, al fin de cuentas esa no es su función, esa es tarea del fiscal general del Estado Cesar Augusto Peniche, pero lo cierto es que en toda la Fiscalía no existe este plan de contingencia para ello ni para detener la ola de violencia asesina que se está apoderando de Ciudad Juárez y de la ciudad de Chihuahua y eso es preocupante.
Cual si se quisiera dar la apariencia de tener un procedimiento definido para combatir la violencia asesina, el Gobierno del Estado ha intentado movilizar una gran cantidad de personal de la Fiscalía a regiones serranas para supuestamente combatir las bandas de narcotraficantes que operan en esa región del estado y con ello ha dejado desprotegidas y al descubierto la zona de Ciudad Juárez y del Valle de Juárez que también está sufriendo una escalada de violencia criminal que ha incrementado los índices de homicidios a tres eventos diarios cuando ya andábamos en menos de uno por día. Pero eso es lo menos grave, pues al final de cuentas la violencia ya la tenemos entre nosotros.
Un viejo adagio popular nos dice:
“No hay obra sin plan”. Y para muchos analistas del tema, resulta evidente que el Gobierno del Estado y en concreto el señor Peniche, no tiene ningún plan concreto para abatir la violencia y la criminalidad, ni en la sierra ni en ninguna parte del territorio estatal. La maniobra consiste solamente en mover una gran bola de agentes que carecen de planes y sólo van a ver si el contingente amedrenta a los facinerosos.
Muy diferente sería que desde que asumieron el mando las nuevas autoridades, se hubiera creado un grupo especial de agentes y se les hubiera preparado para combatir el crimen en esas regiones que ya desde antes se veían alteradas. Algo así como un grupo especial de tarea; que se organizara una gran investigación policiaca encubierta previa a cualquier acción directa, pero no, todo va al aventón. Lo lógico sería que un desplazamiento de contingentes de este tamaño fueran el corolario de una amplia investigación policiaca que previamente hubiera determinado los puntos que se eligieron golpear. Otro problema es que las huestes de policías desorganizados van a servir de blanco fácil para cualquier banda medianamente organizada y conocedora del terreno; se corre el peligro que esta aventura cueste algunas vidas de los muchachos.
Al final allá servirán para dos cosas y aquí también. No hay actividad policiaca investigadora y mientras esa situación prevalezca las cosas seguirán de mal en peor aquí, allá y acullá. Ni crean que van a asustar a las bandas serranas, solamente se remontarán a lo más recóndito de la serranía mientras los agentes se regresan a sus bases a lamerse las heridas. El operativo es simplemente propagandístico y muy peligroso, su costo será muy alto y denota una grave irresponsabilidad en los mandos policiacos.
Por eso muchos agentes se niegan a trasladarse a la cordillera y algunos han afirmado que los quieren mandar al paredón. Así, literalmente. No se trata de una batalla de lenguas ni de verborrea, las balas son reales y van de aquí para allá y de allá para acá; los muchachos no son de hule, también les entran los disparos. Preocupante tanta improvisación. Muy preocupante.