Opinion

Atonía gubernamental

Sergio Conde Varela

2017-02-16

Ya han pasado cuatro meses y medio en que oficialmente entraron en funciones los gobiernos estatal y municipal electos el cinco de junio del pasado año.

Antes de entrar a trabajar despertaron en la ciudadanía una esperanza definida para que las cosas funcionaran de diferente manera; esto no se ha dado, ambos niveles de gobierno han caído en concepto de muchos, en una atonía, en un apaciguamiento completamente diferente a la retórica empleada por los candidatos hoy gobernantes para obtener el visto bueno ciudadano a través del voto.

Sabemos a fondo que gobernar es un arte difícil, pero conviene que los dirigentes mayores de los dos gobiernos recuerden la conseja popular que dice: “obras son amores y no buenas razones”.

Los juarenses queremos ¡ya! obras y servicios públicos propios de un estado y ciudad como los nuestros. La falta de realización y el llamar la atención sólo con la noticia de la inseguridad que es desde luego importante y para eso hay funcionarios encargados de ella, no agota la gran cantidad de obras y servicios públicos que de inmediato pueden atenderse por ingresos de los puentes internacionales que nadie sabe en estos meses a cuánto ascienden y nadie tampoco ha dicho esta boca es mía para informar oficialmente de ello, o los capturados por el pago del impuesto Predial que ya ha dado un respiro al área municipal para enfrentarse a la problemática citadina.

Los chihuahuenses y en especial los juarenses, hemos revisado las promesas del hoy presidente municipal; nadie ha olvidado que pidió el voto para que no hubiera baches, que funcionara bien el alumbrado público, que hubiera cuentas claras, que los impuestos regresaran a Juárez, y por un cabildo abierto que informara y justificara hasta los viajes a Estados Unidos hechos por un grupo de regidores con un costo aproximado de 300 mil pesos.

El discurso del hoy gobernador Corral, de buscar la impartición de la educación gratuita pegó en piedra y rebotó porque esa educación huele mal.Esmejorquesecobre como lo mandan las experiencias de universidades del vecino país y de funcionarios graduados de universidades de mucha paga incrustados en el nuevo gobierno. El hoy gobernador se refirió muchas veces a las áreas de pobreza en nuestra entidad y al hablar de ello, sin llevar el comentario al insulto produjo comezón en algunos funcionarios de primer nivel y pareciera que creían en una lucha perdida.

Conviene que se dividan las funciones en ambos gobiernos en administrativas y políticas. Los que vivimos en estos lares, deseamos hechos y no desfile de frases y de problemas sin solución. Que recuerden los gobernantes que su trabajo no es mandar, sino servir y hacerlo de la mejor manera.

Si los funcionarios justifican que sus viajes por ejemplo a China o a Chicago que los hagan, pero que no afecten la burocracia de primer, segundo o tercer nivel, encargada de resolver los problemas ciudadanos con buena cara y con capacidad y entusiasmo.

Desde luego algunas personas les hacen gestos a los trabajos a que están obligados porque en lugar de poner la atención de lo que hacen como función, empiezan a albergar sueños del 2018 a ver si llegan a un anhelado puesto de elección popular y eso choca con el gran trabajo que se tiene en la administración. Es mejor que renuncien y que no empantanen el cumplimiento de las obligaciones oficiales.

No es de justicia que a estas alturas en nuestro estado y municipio la función administrativa se ahogue y cause una atonía gubernamental que tanto daño causa al espíritu de la gente porque le mata las ilusiones de una vida mejor. Tampoco es justo que un pueblo que respondió valientemente en una elección ahogue su esperanza por la falta de responsabilidad a los tiempos que se viven. Estamos en los momentos en que se hable con verdad o que se calle para siempre, porque sólo así se triunfa contra el hartazgo social que han vivido nuestra ciudad y nuestro estado. Hasta aquí.


 

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