Opinion

Primeros 100 días de un nuevo gobierno

Francisco Ortiz Bello/
Periodista

2017-01-21

En Chihuahua soplan vientos de cambio en la forma de gobernar, aunque debo aclarar que no siempre el cambio es sinónimo de mejoría, sí se puede observar que hay la intención de hacer mejor las cosas, al menos en lo que refiere al difícil tema del manejo de los recursos públicos, que tantos dolores de cabeza ha significado para los mexicanos en general, y para los chihuahuenses en particular. Pero la intención no basta.
El pasado jueves 19, en el patio central de Palacio de Gobierno, Javier Corral presentó formalmente su propia evaluación de estos primeros 100 días de gobierno. Ahí dijo Corral:
“En los primeros 100 días de esta administración ya hemos establecido, en varios temas, nuevos paradigmas, un modelo distinto en la forma de gobernar, porque lo que hemos iniciado es una Reforma del Poder, no sólo un rediseño organizacional y administrativo para reordenar casi todo, sino lo más importante: un cambio en la actitud y visión del gobierno en relación con la sociedad, a la que se debe”, expresó el mandatario estatal.
Es claro que las cosas se están haciendo de distinta forma que antes. De eso no tengo ninguna duda, lo que quiero plantear en este texto es si esta nueva forma de hacer las cosas será realmente positiva y benéfica para la sociedad, que es a quien finalmente le impactan los actos de gobierno, para bien o para mal.
Acompañado por todo su gabinete en el Patio Central de Palacio de Gobierno, Corral destacó que sólo en 100 días se ahorraron más de 270 millones de pesos en gastos operativos, y más de 19 millones en gastos de publicidad a medios de comunicación, para dar un total de 389 millones de pesos.
Explicó que, comparado con los primeros 100 días del sexenio anterior, en que se gastaron alrededor de 140 millones de pesos en publicidad oficial, en este periodo se erogaron poco más de 20 millones, lo que representa un 85 por ciento menos, y un ahorro de casi 120 millones de pesos, lo que consideró una de las medidas más costosas políticamente, pero necesarias para frenar el dispendio.
Recordó que, a diciembre de 2016, se contabilizaron pagos por 3 mil 500 millones de pesos en publicidad oficial de la administración pasada, que al sumar los organismos descentralizados superan los 4 mil 200 millones. En cambio, dijo el gobernador, para 2017 el presupuesto por ese concepto se limitará a 180 millones de pesos.
Estas cifras sobre el supuesto ahorro en publicidad oficial, tienen sus “asegunes”, y no es porque dude de la veracidad de las mismas, sino del impacto real que tendrán dentro del gobierno panista de Corral, y la percepción que de él tiene la sociedad. Porque ahorrarse dinero a costa de una deficiente o insuficiente comunicación, que se traduce en mala imagen del gobierno, en realidad representa más un problema que un beneficio. La comunicación social de los gobiernos, donde entra la publicidad oficial, es la encargada de difundir e informar a la población todos los actos, obras, decisiones, medidas y acciones que impactan en la sociedad de forma positiva, y que consecuentemente generan una opinión pública, por lo tanto, esta opinión pública depende, en muy buena medida, de la capacidad de los gobiernos de comunicar adecuadamente lo que hacen. Más adelante ampliaré mi análisis sobre el tema particular.
Continuemos pues con el recuento de los actos de gobierno, de los primeros 100 días de Corral.
Se cancelaron contratos de telefonía celular y pagos por este concepto, se eliminaron gastos de representación, comidas en restaurantes y viajes en primera clase. Con estas medidas se calcula un ahorro de mil 700 millones de pesos en 2017.
En temas políticos, Corral afirmó que se revirtieron medidas y decisiones tomadas por la administración anterior, que dificultarían u obstaculizarían investigaciones y procesos judiciales en contra de quienes atentaron contra el patrimonio estatal. El gobernador señaló que para lograr esto, se contó con la colaboración del Congreso del Estado, aunque hay quienes señalan que no fue más que un descarado intervencionismo del Ejecutivo estatal en asuntos del Poder Legislativo y del Poder Judicial, metiendo mano a instancias que deberían mantenerse autónomas e independientes, tanto jurídica, estructural y políticamente. En este tema se dividen las opiniones a favor o en contra.
El gobernador también mencionó la presentación de un número importante de denuncias, aunque no especificó la cifra exacta ni los nombres de los denunciados o áreas en que se detectaron, en contra de funcionarios de la anterior administración que hicieron un mal uso o manejo de los recursos a su cargo.
En estos primeros cien días, informó Corral, la Comisión Estatal de Vivienda, Suelo e Infraestructura de Chihuahua (COESVI), recuperó 22 hectáreas en “Labor de Terrazas” y “Jardines de Sacramento” en la ciudad de Chihuahua, lo que significó reintegrar 153 millones de pesos al erario.
También entregó 14 mil sacos de cemento en nueve municipios del estado, para el mejoramiento de vivienda de familias de escasos recursos. Entregó 86 escrituras y títulos de propiedad a personas de escasos recursos en el fraccionamiento Abraham González de Camargo.
Entregó apoyos a 6 familias damnificadas del Fraccionamiento Eco 2000 de Ciudad Juárez, con la asignación en comodato de 6 viviendas que se ubican en el Fraccionamiento Real del Desierto. Con recursos federales del CONAVI y apoyo estatal del COESVI, se entregó vivienda para 30 personas de escasos recursos de Valle de Zaragoza y se benefició a 10 familias del municipio de Madera.
En fin, hay una buena lista de acciones y trabajo realizado en estos primeros 100 días del gobierno encabezado por Javier Corral, sin embargo, la percepción social es otra, es diferente. La opinión pública empieza a encasillar al gobernante panista en el cuadro del “no se puede”, con la etiqueta del quejumbroso llorón que sólo grita todo lo que está mal, pero poco hace por resolver lo que sí puede. ¿A qué se debe esta contradictoria reacción de la sociedad en su conjunto? Interesante análisis.
Al igual que Calderón lo fue durante su sexenio con el tema de la “guerra contra el narco”, Corral ha sido monotemático en su discurso de llevar a la cárcel a Cesar Duarte, y todo lo relacionado con las irregularidades, desvíos, mal uso y abuso del poder y los recursos en la administración encabezada por el ballezano. De hecho, ese fue el eje central de su campaña, de ahí la exigencia exacerbada de la sociedad de cumplir cuanto antes esos compromisos adquiridos ante los chihuahuenses.
Ya como gobernador, en su misma toma de protesta, abrió fuego contra los medios de comunicación. Y no es que niegue que existieron medios o empresas que favorecieron descaradamente a Duarte, solo que no fueron todos los medios, pero Corral generalizó abriendo con eso un frente de batalla totalmente innecesario y muy costoso para su imagen, en términos de una sana relación con los encargados de informar a la sociedad sobre su trabajo.
Pero no terminó ahí la tormentosa relación con la prensa chihuahuense, sino que avivó el fuego exhibiendo públicamente a un directivo y comunicador juarense, a través de un video en el que lo acusa de “manejo malintencionado de información”, un término por demás confuso, ambiguo y subjetivo a más no poder, y que no encuadra dentro de ninguna conducta legalmente reprochable. Se ampliaba la brecha de comunicación.
Ya para rematar, el gobernador decide crecer sustancialmente el área de comunicación social, pero no para ampliar el servicio a los medios informativos, sino para producir sus propios medios de comunicación. El gobierno debe gobernar, solamente, y debe dejar la tarea de la información a los profesionales del tema.
En mi opinión, el problema de Javier Corral y su gobierno es un problema de comunicación. De una adecuada estrategia de comunicación social, que no sólo sea generar comunicados y boletines que luego sean publicados en los diversos canales informativos, sino que incluya por supuesto la publicidad oficial (que es totalmente legal y necesaria) para que el trabajo gubernamental se conozca a plenitud por toda la sociedad.
Las millonarias cifras de dinero usado en publicidad durante el gobierno de Duarte son, sin duda alguna, escandalosas y condenables, pero no llegaron a todos los medios de comunicación, claramente beneficiaron sólo a algunos. No siempre ahorrar dinero es sinónimo de hacer lo correcto. Si una familia, empresa, organización o ente de gobierno, deciden ahorrar dejando de pagar servicios básicos, en realidad sólo se están estrangulando a sí mismas. El ahorro, bien entendido, nunca debe comprometer la capacidad de acción de una persona u organización.

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