Opinion

Problemas circulares

Sergio Sarmiento

2017-01-18

Davos— Latinoamérica "navegó muy bien la crisis, pero está teniendo un pésimo desempeño en la recuperación". Las palabras de Ángel Gurría, el mexicano que dirige la OCDE, marcaron el tono ayer en una discusión sobre Latinoamérica en el Foro Económico Mundial. "Las reformas están teniendo un impacto", dijo, pero hay que profundizarlas. Los temas pendientes son muchos: desigualdad, informalidad, productividad, integración regional, gasto en innovación, sistemas fiscales, instituciones, integridad, transparencia y corrupción. Sin embargo, Moisés Naím, el escritor y periodista venezolano establecido en Estados Unidos, se lamentó: "Si en 2010 hubiéramos estado sentados en esta misma mesa, los temas habrían sido los mismos." Hay un problema más profundo, según Naím, al que no se presta atención: "la coexistencia pacífica con el asesinato. Latinoamérica representa el 8 por ciento de la población del mundo, pero el 30 por ciento de los asesinatos. Los gobiernos no tienen la voluntad de acabar con esta coexistencia pacífica con el asesinato. Nunca es parte de la conversación."  Ricardo Hausmann, también venezolano, profesor en Harvard, retomó el tema de por qué Latinoamérica no crece: "Hasta cierto punto es por los precios de las materias primas. También por las ciudades ineficientes, con enormes tiempos de traslado. Hay una pérdida de productividad." Pero otra razón que no ha entrado hasta ahora en las discusiones son las restrictivas políticas migratorias. A principios del siglo XX un porcentaje importante de los habitantes de la región eran inmigrantes, hoy el número se ha reducido dramáticamente. "La mitad de los profesores de Harvard nacieron en el extranjero. El 52 por ciento de los empresarios de Silicon Valley son extranjeros." En Latinoamérica menos del 1 por ciento de la población nació en el extranjero. "En Colombia sólo el 0.2 por ciento." (En México, 0.86 por ciento, según el censo de 2010.) Nos quejamos de las reglas migratorias de Estados Unidos o de los planes de Donald Trump, pero en Latinoamérica tenemos reglas migratorias mucho más restrictivas.  Todos los participantes en esta sesión, y en otras del Foro Económico Mundial, reconocen que la presidencia de Trump representará retos muy importantes para Latinoamérica, sobre todo para México. Hay también un reconocimiento de que algunos países de la región sí están teniendo buenos desempeños económicos. Es el caso de Panamá, Paraguay y Perú. Algo han hecho bien.  En contraste, advierte Naím, "Venezuela es ejemplo de un estado fallido. Cuando usamos el término pensamos que sólo algunos países africanos o extremadamente pobres pueden ser fallidos, pero Venezuela es un verdadero estado fallido a pesar de que tiene muchas de las características de un estado funcional, como los rascacielos." Y añade: "Hoy está de moda que los dictadores se presenten como demócratas y lo hacen ante una complaciente comunidad internacional. Aquellos activistas que en un momento lucharon por la democracia, como Michelle Bachelet, no se preocupan por lo que sucede en Venezuela." Al final de la discusión salgo convencido de que, efectivamente, muchos de los problemas de Latinoamérica siguen siendo los mismos que hace 17 años, pero también que algunos países han podido escapar del círculo vicioso mientras que otros se hunden en abismos profundos. Las políticas públicas tienen consecuencias, para bien o para mal. Orden liberal "Los impulsos de aislarse, de construir muros, son precisamente la respuesta equivocada", dijo ayer en Davos el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden. "No podemos deshacer los cambios que la tecnología ha traído a nuestro mundo, ni debemos hacerlo. Necesitamos urgentemente defender el orden liberal internacion

X