José Ignacio Gallardo
2017-01-10
Otra vez Ciudad Juárez se encuentra en medio de una crisis. Ya se ha vuelto costumbre que esta urbe se enfrente constantemente a períodos muy difíciles de sobre llevar para la población. Pero por lo que se ve, la famosa cuesta de enero se va a alargar por varios meses para los juarenses. Sin duda que el comienzo del 2017 no ha sido nada prometedor para esta frontera, ya que se inició el año con un dólar muy caro, con un brutal aumento en la gasolina, en el gas, en la electricidad y parece que también en el agua. Todo esto hace ver que no solo serán los primeros meses sino que la crisis económica se resentirá durante todo el año.
Desde luego que estos aumentos van a desencadenar una espiral inflacionaria de magnitudes todavía no cuantificables. De hecho ya han comenzado los anuncios de incrementos por parte de varios sectores. Ya los transportistas anunciaron buscan un aumento en la tarifa, incluso han adelantado que será de 10 pesos el costo de transportarse en sus deficientes y contaminantes unidades. Los taxistas también iniciaron el año con un 20 por ciento de aumento en sus tarifas. Esto está provocando el reetiquetado de precios en muchos comercios y centros comerciales. Y los empresarios aducen dos razones, por un lado la gasolina tan cara y por el otro el dólar, que está incontrolable. Total que desde el punto de vista económico los juarenses se encuentran a dos fuegos. Si de por si hay que padecer los aumentos que siempre se dan al inicio de cada año en muchos alimentos y productos. Y ahora para hacer todavía más difícil esta cuesta, las autoridades federales y estatales se las han ingeniado para disfrazar algunos incrementos en los impuestos. Sin dejar de lado, que todas estas protestas violentas en contra del gasolinazo y la gran cantidad de saqueos que han ocurrido en todo el país, en lugar de solucionar perjudican mucho más la situación.
Preocupantes también son, en este año que inicia, las promesas de campaña del futuro presidente de Estado Unidos. La próxima Administración federal de la Unión Americana que tomará protesta el próximo 20 de enero amenaza con tomar una serie de medidas proteccionistas, que pueden poner en jaque la actividad industrial que se desarrolla en esta frontera desde hace cinco décadas. Es más, el presidente electo Donald Trump todavía no toma protesta y ya se empezaron a ver una serie de efectos negativos resultado de la presión que ejerce sobre varios importantes consorcios. El empresario metido a político ha estado amenazando a las empresas estadounidenses que tienen fábricas en México para que regresen sus plantas a suelo norteamericano. Estos amagos ha surtido efecto y ya algunas compañías han anunciado su decisión de cancelar futuras inversiones en este país. Por ejemplo, la influyente compañía automotriz Ford Motor Company recientemente dio a conocer la cancelación de una inversión que se realizaría en México superior a los 1 800 millones de dólares que iba a generar 2500 empleos directos y 5000 indirectos en el estado de San Luis Potosí.
Esta tendencia puede repercutir directamente al sector maquilador de esta ciudad, lo que dañaría sensiblemente el futuro de esta zona. Además otra de las promesas de campaña del republicano tiene que ver con la deportación masiva de mexicanos indocumentados. De darse esta medida, Juárez tendría un serio problema ante la falta de capacidad para recibir a un número tan alto de mexicanos que entrarían por esta frontera y posiblemente buscarán quedarse en esta región. Y si el desempleo se empieza a presentar por la crisis, no habrá manera de integrar a la vida productiva a tantos repatriados. Así que difíciles retos enfrentarán los juarenses en los próximos meses. Lo menos que se espera es que las autoridades municipales y estatales estén a la altura de las circunstancias. Es necesario que todo mundo esté alerta para enfrentar de manera eficaz y creativa esta crisis y salir lo menos perjudicados, porque ya se han encendido varios focos rojos para esta frontera.