Opinion

El Gasolinazo

Sixto Duarte

2017-01-09

La pregunta puede resultar ociosa, sin embargo debe plantearse: ¿Quién está de acuerdo con pagar más por la gasolina? La respuesta es más que obvia, a nadie nos gusta pagar más por un producto. El reciente incremento del precio del combustible en nuestro país ha generado una serie de reacciones por parte de los distintos sectores de la sociedad. A las protestas por el llamado “gasolinazo” han seguido explicaciones por parte del gobierno. En este río revuelto, todo mundo ha querido llevar agua para su molino. Los partidos políticos de oposición han tratado de lucrar políticamente, y algunos anarquistas han robado mercancía de establecimientos comerciales. Sigo sin entender qué tiene que ver el aumento de la gasolina con robarse una televisión de alguna tienda de electrónica. Cosas que pasan en nuestro México mágico.
El más reciente incremento a la gasolina parece ser algo que la sociedad no está dispuesta a tolerar. Celebro que la sociedad participe, pues si en algo he sido crítico es en señalar la pasividad de la sociedad en los asuntos de interés público. Sin embargo, estoy seguro que, la mayoría de las personas en esta ciudad que enarbolan la bandera de la justicia y del “ya basta”, no han hecho un cálculo sobre el incremento real de la gasolina. Como en todos los temas polémicos, ha sido más fácil escuchar las voces que polemizan, que hacer una crítica a partir del análisis.
Existe un beneficio para los que habitamos en esta frontera. El interior de la República tiene otra realidad muy distinta, pues el litro de gasolina tiene un precio mucho más elevado. De las ciento ochenta y dos gasolineras que hay en nuestra ciudad, veintiocho están vendiendo el litro de gasolina a12.44 pesos; el resto lo están vendiendo en 15.71 pesos. ¿A qué se debe esto? A que hay diversas empresas que decidieron aplicar el estímulo que otorga la federación publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27 de diciembre de 2016. Esto implica que hay estaciones en la localidad que venden prácticamente al mismo precio que en El Paso, TX. Hagamos un breve cálculo: El precio promedio de la gasolina en El Paso al día de ayer era de 2.17 dólares por galón. Si el precio del dólar al día de ayer era de 21.38 pesos por dólar, entonces se están pagando 46.39 (2.17 x 21.38) pesos por galón. Si convertimos estos 46.39 pesos por galón en litros (46.39/3.785) llegamos a la conclusión que el litro de gasolina en la vecina ciudad se está vendiendo a 12.26 pesos, dieciocho centavos más barata que en veintiocho estaciones de Juárez. Esto evidentemente no aplica en todas las estaciones de servicio pues la Secretaría de Hacienda, por un lado autorizó este estímulo, pero por otro complicó su aplicación, dado que se requiere que el expendedor solicité ante el SAT la devolución de cantidades enteradas por este concepto.
Uno de los problemas que encuentro en nuestro país es la costumbre de muchos de recurrir al linchamiento siempre que alguien se atreve a ir en contra de la inercia anti-sistémica. Al periodista Pascal Beltrán del Río se le ocurrió publicar en Twitter que en Brasil el litro de gasolina costaba casi 25 pesos. Las hordas bárbaras del ciber espacio se encargaron de lincharlo por consignar un hecho tangible.
No pretendo defender la postura del gobierno. Creo que al gobierno le faltó, igual que en otras ocasiones, presentar un plan serio de austeridad antes de “liberar” el precio del combustible. La exacción debe ser la última alternativa. Igualmente, el gobierno lleva el costo político de haber prometido energía barata a partir de las reformas.
Lo que me parece incongruente es la postura de muchos sectores de la población. Pueden desaparecer cuarenta y tres estudiantes, puede haber salarios de miseria con los que nadie subsiste, o peor aún, puede haber sesenta millones de mexicanos que están muriéndose de hambre. Todo eso es visto con indiferencia por gran parte de la población. Eso puede esperar, pero el precio de la gasolina no. Ahí están descritas nuestras prioridades como sociedad.

 

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