Opinion

Un fideicomiso inútil

Javier Cuéllar

2016-12-13

El problema más ingente que enfrenta nuestra ciudad es la reparación de sus múltiples vialidades chicas, medianas y grandes pues las mismas presenta millones de baches cual paisaje lunar inexplorado y el problema se agrava diariamente porque no hay día en que, además de los baches, aparezcan hundimientos en el pavimento que representan verdaderas trampas mortales para los conductores fronterizos que tienen que circular por las diversas calles de la ciudad.
El domingo se abrió un gigantesco socavón a la altura de la avenida Triunfo de la República esquina con la Del Charro, mismo que tiene poco más de un metro cuadrado en sus dimensiones y otro tanto en cuanto a su profundidad. La avenida Manuel Gómez Morín también resintió uno hace unos días en el colector central de drenajes que pasa en lo profundo de esa importante vialidad pero además de que esos hundimientos se dieron en unas de las avenidas más importantes de nuestra ciudad, en realidad se unen a muchos más que existen por todos los rumbos de nuestra frontera. El resultado de todos estos problemas es que las diversas vialidades de nuestra ciudad parecen un pantano engañoso de pavimento movedizo que pone en grave riesgo la integridad física de los habitantes fronterizos.
La Conagua y la JMAS se encuentran avocadas con cierta lentitud a reparar los tramos de los colectores colapsados pero mientras unos trechos se componen otros se descomponen de tal manera que el problema de los socavones se ha tornado crítico y aunado al de los millones de baches que tenemos, la circulación fronteriza se ha tornado peligrosa y difícil causando graves daños a los vehículos de los juarenses.
Con todo, las entidades gubernamentales no se dan abasto para atender los desperfectos superficiales y de fondo de las avenidas más importantes y mientras tanto las fugas de aguas negras y no tan negras siguen manifestándose por todos lados convirtiendo la circulación en un acto de locura y temor.
Al lado de este problema de urgente solución se encuentra un fondo de recursos conocido como el fideicomiso de los puentes federales que diariamente acumula millones sin que se destinen a su fin natural que es el de reparar las vialidades y el equipamiento urbano de nuestra ciudad; por el contrario ha trascendido que los dineros de ese fideicomiso quieren dilapidarse en obras suntuarias que facilitan el cochupo como lo son la construcción de un centro de estudio o investigaciones de alto nivel para ayudar a la NASA y un centro de convenciones para los pachangones de la clase encopetada, obras que la generalidad de la ciudadanía considera poco importantes, de necesidad secundaria o hasta inútiles y suntuarias.
Es urgente que el gobernador Javier Corral Jurado, responsable original de los dineros de ese fideicomiso, ordene a su personero Gustavo Elizondo que aplique los fondos del fideicomiso de los puentes a resolver los problemas de baches, recarpeteo, pavimentación y socavones que padecemos y no esté nada más cobrando altísimos sueldos sin actividad alguna.
El fondo del fideicomiso mencionado se ha estado manejando con imprudencia y con total opacidad pues la ciudadanía no conoce el monto de los sueldos que se les pagan a todos los empleados del fideicomiso que es el costo de no hacer nada porque lo cierto es que dicho fideicomiso frisa ya el año de edad y no se conoce que haya servido para maldita sea la cosa. Hasta ahora, dicho organismo ha sido un ente completamente parasitario y si así piensan reconquistar para el PAN la voluntad y simpatía del electorado juarense pues la cosa va a estar muy difícil.
El tiempo que se ha perdido y el dinero que se ha dilapidado en pago de administración del fideicomiso deben ser conocidos por toda la sociedad para poder evaluar el esquema de simple administración porque el de actividad ya está calificado en cero. Se ha perdido mucho tiempo, el gobierno pretexta insolvencia para no actuar pero ni contando con dinero aciertan a moverse. 

 

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