Opinion

Una herencia de deudas

Javier Cuéllar

2016-12-06

Un adagio chino nos dice: "El oro es el dinero de los reyes, la plata el de los caballeros, el trueque es el dinero de los campesinos, pero la deuda es el dinero de los esclavos". Y éste pensamiento viene al caso porque no bien acaba de cumplir dos meses de haber tomado posesión de su cargo el gobernador Javier Corral Jurado, ha demostrado una propensión patológica al endeudamiento del erario público que lo proyecta en el tiempo como el mandatario que más pudiera endeudar las encharcadas finanzas públicas del estado de Chihuahua.
Junto con el exgobernador César Duarte y de común acuerdo, en la última semana del anterior gobierno obtuvieron y se gastaron un préstamo de seis mil millones de pesos comprometiendo los ingresos carreteros por más de veinticinco años y se lo gastaron en poco menos de siete días sin que a la fecha se sepa a ciencia cierta en que lo tiraron.
En los primeros 15 días de gobierno, Javier Corral solicitó y obtuvo un préstamo de mil ochocientos millones de pesos que se esfumaron casi instantáneamente en atender el gasto corriente del Gobierno estatal, sin que a la fecha el problema financiero hiciera otra cosa que agravarse. A dos meses de la toma de posesión de nueva cuenta nuestro gobernador ya contempla otro préstamo por casi tres mil millones de pesos más para atender el simple gasto corriente de su gobierno con lo que está llevando a las finanzas públicas del estado a un endeudamiento de locura.
Sin embargo, es el Congreso del Estado la entidad que debe autorizar ese endeudamiento público desbocado y es tiempo que esta representación popular ponga un alto al endeudamiento compulsivo que tiene nuestro actual gobernador porque si no lo detiene en corto plazo la economía de nuestro estado será un desastre universal de pronóstico reservado.
Nuestro gobernador debe comprender que no es el propietario del estado y que no puede llevarlo a la bancarrota por la forma irreflexiva de gastar el dinero de todos. Si a las futuras generaciones no podemos heredarles un estado de oportunidades y campos de trabajo, al menos no les heredemos un estado ahogado en deudas ni les robemos la oportunidad de ser dueños de su destino pues un viejo proverbio chino nos dice sabiamente: “Si nuestros hijos son malos, no merecen heredar, si son buenos y trabajadores no lo necesitarán." ¿Por qué entonces heredarles nuestras miserias y nuestros desordenes?
Hace falta que se estrenen nuevos caminos para estabilizar las finanzas pública. Un adelgazamiento de la nómina estatal no nos vendría nada mal, así como una rebaja en los elevadísimos sueldos que nos cobran técnicamente todos los funcionarios públicos que laboran para el gobierno, comenzando por nuestros diputados que se auto asignan salarios de ricos a costillas de un pueblo de pobres.
No están haciendo obra pública por lo que no es necesario suspenderla, porque es preciso señalar que no se pueden hacer gastos superfluos de relumbrón cuando no se tiene el dinero ni para pagar lo más urgente. Realizar gastos millonarios ahora despierta la sospecha del cochupo interesado puesto que nos encontramos en plena quiebra.
Hace falta orden y buen juicio para estabilizar el gasto público y armonizarlo con los ingresos que realmente son muy pobres. Como quiera que sea no se puede suplir el déficit presupuestal a punta de préstamos porque lejos de resolver los problemas se van a recrudecer. Javier Corral ha hablado muchas veces de democracia pero no toma en cuenta el pensamiento de Alberto Benegas Linch que nos dice: “La deuda pública es absolutamente incompatible con la democracia, puesto que compromete el patrimonio de futuras generaciones que ni siquiera han participado en el proceso electoral para elegir a los gobernantes que contrajeron la deuda”. Máxime si esta es tan elevada como lo es la del estado de Chihuahua ahora agravada por este hombre inconsciente que se siente el paladín de la democracia.
¿Quién va a explicarles a las nuevas generaciones que los dejamos inundados de deudas tan sólo para satisfacer el ansia insatisfecha de una casta dorada burocrática que no tiene llenadera y que quiere darse una vida de ricos a base de explotar a un pueblo de pobres? Que nos lo explique Javier Corral y el Congreso.

 

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