Samuel F. Velarde
2016-12-05
Hace tiempo Paulo Freire hablaba de la necesidad de una educación para la libertad y no para domesticar a la persona, por supuesto que su postulado inquietó al establishment educativo, a esa burocracia sistémica que únicamente cree conveniente la creación de robots para producir y deshumanizar a la persona, individualizándola y convirtiéndola en una simple pieza de la producción anónima.
Es sorprendente como todavía ciertos funcionarios creen que entre más se hagan a un lado los pensamientos humanistas en las carreras profesionales, más posibilidades de avance tecnológico, es una total falsedad, pues este criterio es el típico pensamiento mediocre de producir y producir profesionistas para empresas mundiales, que poco les importa el verdadero progreso nacional. Para muestra un botón, si se hubiera dedicado tiempo en formar ingenieros con pensamiento crítico y con un sentimiento nacionalista, ahorita no tendríamos el problema de depender de un solo mercado y de una tecnología totalmente extranjera, por ejemplo, pudiéramos haber construido un teléfono móvil Tlaloc 5, o el Tenoch 7, o la pantalla Maya plasma, es decir una tecnología mexicana tal y como lo hicieron los coreanos en su momento.
Y este comentario lo hago a propósito de la reunión que convocó el Gobierno del estado en días pasados para motivar políticas públicas desde la sociedad civil, escuché a un funcionario decir que si bien las carreras humanísticas eran buenas, habría que fortalecer a las ingenierías, si correcto, pero ¿por producir muchos ingenieros despuntaremos tecnología mexicana? Claro que no, para ello sería importante generar ingenieros con pensamiento crítico, que sepan de las condiciones que se necesitan para lograr un avance tecnológico propio y eso se hace con inversión mexicana, aunado a profesionistas nacionalistas, conocedores de las limitaciones y necesidades de las necesidades sociales de México. Los coreanos avanzaron pensando en su país, en su mercado interno y externo, en ser competitivos con conocimiento, no solamente supeditándose al capital extranjero.
Con la llegada de Trump como presidente del vecino país, las reflexiones sobre lo que debimos haber hecho desde hace años está muy en boga, depender menos de Estados Unidos, voltear a otros mercados de Asia. etc. Sin embargo pareciera ser que ya es tarde, aun así, el rumbo del país si se quiere salir del bache, debe basarse mucho en la educación, pero no en esa educación productora de mano de obra calificada, capital humano le dicen hoy -no se llegará muy lejos así-, sino una educación que comience a producir proyectos para la localidad o el estado, que sean viables y puedan auxiliar a las empresas locales y nacionales, además de abrir empleos.
En Ciudad Juárez existen importantes centros de educación superior y centros de investigación que debieran por obligación moral, iniciar proyectos conjuntos para coadyuvar en este desarrollo propio, no únicamente producir para el sector maquilador, que muchos dicen empieza a ser insuficiente y poco viable para el desarrollo propio, sino generar proyectos que empujen un desarrollo local, por supuesto que no se logrará mientras no haya una visión educativa que impulse lo anterior. Ahora más que nunca por las condiciones críticas de nuestro estado, se necesitan proyectos innovadores propios, donde los medianos empresarios, autoridades honestas y centros de educación superior entren al quite, se podrá?