Opinion

Meter freno

Adela S. González

2016-12-04

La mayoría de las informaciones recientemente transmitidas por los medios han sido deprimentes; de estupor, de irrealidad, pues difícil precisar hasta dónde hemos llegado a causa de la apatía que permite la desbordada ambición de políticos y gobernantes, descaradamente protegidos por el sistema, convirtiendo al erario y  espacios públicos en propiedades que hay que exprimir lo máximo. El aguinaldo de los diputados dice mucho al respecto.
Chihuahua en lo general, quizá con excepción del municipio de Juárez donde se habla de un superávit de 100 millones, está atónito ante el vaciamiento de las arcas, el endeudamiento y una lista de compromisos ineludibles incluida la proveeduría a instituciones de salud, que no deja más salida que el empréstito.
Si bien, la saturación informativa sobre lo arriba mencionado da idea clara del oscuro manejo de la administración pública y en tanto ocupa la atención de los funcionarios sobre cómo cumplir compromisos, es hora de difundir el proyecto gubernamental para los años inmediatos. La reorganización administrativa paralela a la planeación se fundamenta en situaciones difíciles: qué y cómo optimizar siguiendo enseñanzas de la economía.
No es momento y menos gustaría abandonar la demanda común de perseguir rateros con el acostumbrado borrón y cuenta nueva pues eso debe seguir sin miramientos, tal como se observa en el activista Jaime García Chávez entregado a una causa plenamente identificada con los chihuahuenses.
Si algo se ha demostrado en los últimos años es que cualquier obra pública por pequeña que sea es cotizada en miles de millones por lo que el superávit en las finanzas municipales no alcanzará ni para tapar un hoyo. Sin embargo, los rezagos en infraestructura urbana, calificados por el presidente Cabada de “terribles” no aceptan postergación. Hay que empezar ya, so pena de seguir sufriendo percances graves como el desbordamiento de aguas negras que del Arroyo Colorado bajan al fenecido Río Bravo con una olorosa carga antihigiénica y deprimente.
Con ánimo pesimista y justificación declaró el presidente Cabada: “La falta de infraestructura urbana data de hace muchísimos años, hay un rezago en toda la zona conurbada de la ciudad, es terrible… y no hay recursos…” (Información de Horacio Carrasco y Araly Castañón, El Diario, 11-25-16) ¿Y los de antes, qué hicieron?
En tanto, se reafirman dudas sobre los planes de austeridad tantas veces anunciados. Qué beneficios derivará a Juárez el I congreso de la Asociación Nacional de Regidores de México a la que asisten cinco ediles locales por cuya ausencia se canceló una sesión del Ayuntamiento. Poquito aquí y poquito allá, lo cierto es que el dispendio sigue.
Entre más perdemos capacidad de asombro y volvemos a la indiferencia negándonos la valentía para esgrimir vigilancia y los derechos ciudadanos frente al poder gubernamental, quizá esperamos que la muerte venga a auxiliarnos y recoja la escoria dominante como lo ha hecho con los cubanos liberándolos de Fidel Castro.
Estamos urgidos de situaciones mejores planteadas desde la perspectiva del aprovechamiento inteligente de lo poco dejado por los depredadores. Todo depende de la eficacia, la eficiencia y la honestidad de los gobiernos recién iniciados y el apoyo que se les brinde.
Los depredadores de Chihuahua y del país entero cargarán el resto de sus vidas el estigma de sus canalladas y el sufrimiento creado en su alrededor. A ellos los celebró el PRI en su reunión de Consejo Político el 27 de noviembre, donde el presidente Peña Nieto lejos de apuntalar el compromiso de enjuiciar a las ratas de su partido llamó al triunfo priísta en los comicios venideros. Malo desde donde se quiera ver.

 

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