Opinion

Otro efecto del muro de Trump

Pascal Beltrán del Río

2016-12-01


Ciudad de México— México debe prepararse para mayores controles en los límites con Estados Unidos.
Y el muro fronterizo “alto, bello e impenetrable”, prometido por Donald Trump, no es sólo para detener a los migrantes ni es tampoco el único recurso para reforzar la seguridad. Ésta puede venir también por la vía de mayor presencia de agentes en tierra, dispositivos electrónicos y drones.
El tema de la frontera sur de Estados Unidos fue uno de los principales de Trump en su campaña. Y si uno revisa sus palabras, no fue sólo por la inmigración sino por los efectos que ha producido en ese país el creciente flujo de heroína desde México.
Entre 2003 y 2011, el porcentaje de esa droga proveniente de México subió de 5% a 50%, de acuerdo con cifras sobre enervantes decomisados en Estados Unidos. En el primer año, más de 85% de la heroína llegaba desde Asia (principalmente Afganistán y Tailandia). Poco a poco, México se ha ido convirtiendo en el mayor proveedor de la droga.
En el tercer y último debate con su contrincante Hillary Clinton, el 19 de octubre pasado, Trump habló de la crisis de salud que ha provocado el crecimiento en el consumo de heroína en Estados Unidos.
“El principal problema es la heroína que desborda nuestras fronteras”, afirmó el actual presidente electo. “Está destruyendo a nuestra juventud y envenenando la sangre de mucha gente”.
De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades (CDC), el consumo de heroína en Estados Unidos se incrementó 62.5% entre el periodo 2002-2004 y 2011-2013. Hoy en día, unos 900 mil estadunidenses de más de 12 años de edad usan la droga, de los cuales 586 mil son consumidores consuetudinarios. En 2000 hubo dos mil muertes por sobredosis de heroína; en 2013 fueron ocho mil.
En este espacio le he comentado que el brinco en el consumo tuvo que ver con el relajamiento en las prescripciones de analgésicos opiáceos por parte de médicos estadunidenses –presuntamente por presión de la industria farmacéutica– y luego al revelarse lo adictivos que eran esos medicamentos, con el mayor control de éstos, lo cual llevó a los usuarios a sustituirlos con heroína.
Eso –y la despenalización de la mariguana en varios lugares de Estados Unidos– provocó la reconversión de cultivos en México. Las serranías del país se cubrieron de amapola, lo que ha desatado conflictos sangrientos en las montañas de Chihuahua y Guerrero, entre otras zonas.
Entre los estados que dieron el triunfo a Trump en las elecciones del mes pasado están Virginia Occidental, Misisipi, Oklahoma, Tennessee, Kentucky, Alabama, Arkansas, Ohio, Nueva Hampshire y Maine, donde el consumo de heroína se ha disparado entre la población blanca sin educación universitaria.
En agosto, Trump tuiteó: “Las sobredosis de heroína están afectando a nuestros hijos. La droga llega desde nuestra frontera sur. ¡Necesitamos una frontera fuerte y un muro!”.
De ese modo, el entonces candidato republicano vinculó el tema de la droga con la seguridad del país. Es decir, el mensaje que envió sobre el resguardo de la frontera no tenía que ver sólo con la migración.
Esa preocupación ha encontrado eco en la sociedad estadunidense. De acuerdo con la página de internet de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), el número de solicitudes de información sobre seguridad de los límites del país subió casi 40% en el último año.
Detener la entrada de droga por la frontera con México es una tarea con la que los presidentes de Estados Unidos no han podido, pero, como vemos, será una asignatura prioritaria del próximo ocupante de la Casa Blanca. En caso de tener éxito, aunque sea parcial, ¿está México preparado para enfrentar el hecho de que una parte de la droga se quede aquí, con el potencial peligro de que se genere un mercado local para un estupefaciente con efectos devastadores?
Buscapiés
El nombramiento de Agustín Carstens para hacerse cargo de la grente general del Banco de Pagos Internacionales de Basilea –una institución multilateral más antigua que la propia ONU– es un justo reconocimiento a su trayectoria. Pero el anuncio de su partida de México es también, inevitablemente, una fuente adicional de preocupación en un contexto en el que la economía mexicana sufre el embate de la volatilidad financiera y el proteccionisimo comercial.

 

X