Opinion

Corrupción, impunidad y simulación

José Ignacio Gallardo

2016-11-29

Es inocultable que en este país, lo que realmente impera es la impunidad y la corrupción. El estado de derecho, en muchos casos es letra muerta. México es un país donde nunca pasa y a la vez pasa todo. En toda la República Mexicana abundan los casos de corrupción, pero en muy pocos expedientes se ha logrado hacer justicia. Son bien sabidas las recurrentes prácticas de corrupción en la mayor parte de las entidades del país, pero esto solo se conoce por los rumores y por los comentarios de la gente, por los reportajes de los medios de comunicación y a través de las redes sociales, porque las denuncias formales y las detenciones brillan por su ausencia. En este país el linchamiento es mediático, porque la verdadera justicia en los tribunales simplemente no se da. Desafortunadamente son demasiados los ejemplos que existen para sustentar dicha afirmación.
Lo más delicado es que la corrupción en México sigue siendo una constante incontrolable y se presenta en todos los ámbitos de la vida pública. Sin embargo, el tema de los gobernadores o ex gobernadores acusados en los medios de cometer actos de corrupción se vuelve algo preocupante. Ya son muchos gobernadores en la lista y las acusaciones son muy graves. En los últimos meses los nombres de ex gobernadores como Humberto Moreira de Coahuila o de Rodrigo Medina de Nuevo León siguen estando ligados al escándalo. También Andrés Granier en Tabasco, Luis Armando Reynoso Femat en Aguascalientes, o Marcelo Ebrard en la capital de la República Mexicana siguen siendo relacionados estrechamente con la corrupción. Y lo peor es que recientemente ingresaron más gobernadores a ese deshonroso listado de abusos, tráfico de influencias y robos millonarios perpetrados por los titulares del ejecutivo estatal. En estos momentos el caso más emblemático de todos resulta ser el del prófugo gobernador con licencia Javier Duarte de Ochoa. Por el virrey veracruzano ofrecen 15 millones de pesos a quien proporcione informes que lleven a su captura. Lo mismo pasa con el ex gobernador de Tamaulipas, Tomas Yarrington.
Otro político que se encuentra atendiendo asuntos en los tribunales es el ex gobernador de Sonora Guillermo Pádres Elías de quien también se han estado ventilando muchas irregularidades y actos de corrupción durante su administración.  Y siguen en la mira los gobernadores salientes de Quintana Roo, Roberto Borge, el de Chihuahua César Duarte y el de Durango Jorge Herrera Caldera. Todos ellos relacionados con el mal manejo de recursos públicos. El caso es que el país está sumido en corrupción por todos lados. Y eso que solamente se ha puesto la atención en los gobernadores, pero al revisar los casos de presidentes municipales corruptos el recuento se vuelve interminable.
Es demasiado el descarado robo a esta nación sin que nada pase. No solo no se detiene sino que jamás se inicia una causa penal por los delitos cometidos y consecuentemente lo robado nunca se repone al erario público. Una impunidad casi institucionalizada. En el estado de Chihuahua, el panorama no es diferente. Hay muchas denuncias mediáticas por parte del gobierno del estado pero nada concreto jurídicamente. Las promesas de campaña del gobernador Javier Corral en cuanto a cero tolerancia a la corrupción cometida en pasadas administraciones, han quedado en eso, en puras promesas. Por parte de las autoridades no se han presentado las denuncias correspondientes.
Son organizaciones ciudadanas las que han presentado denuncias. Así, es difícil que se arraigue la cultura de la denuncia en la ciudadanía si las propias autoridades no hacen uso de este recurso. Se la han pasado en puras conferencias de prensa denunciando actos de corrupción, pero solo ante la opinión pública. Si no hay denuncias no habrá detención y mucho menos habrá incautación de los bienes. Todo indica que no únicamente impera la corrupción y la impunidad, sino también la simulación.

 

X