Opinion

La recta final

Sergio Sarmiento

2016-10-19


Ciudad de México—  Ayer se llevó a cabo en Las Vegas el tercer y último debate entre Hillary Clinton y Donald Trump. La contienda electoral en Estados Unidos entra así a su última etapa.
Hillary Clinton llega a esta recta final con ventaja en todas las encuestas, pero el margen de victoria oscila entre el 1 por ciento de los Rassmusen Reports hasta los 9 puntos de Bloomberg. Esta amplia gama de resultados genera dudas. Además, la experiencia de los últimos años subraya que la exactitud de las encuestas electorales ha venido cayendo por las altas tasas de rechazo de los ciudadanos a responder a los encuestadores.
Las elecciones de Estados Unidos no se deciden en un voto nacional, sino en elecciones estatales separadas y con reglas distintas cada una. Los ciudadanos eligen a representantes para un colegio electoral nacional de 538 miembros que ejerce el voto final. Para estimar quién puede triunfar en una elección presidencial, no basta sumar los totales nacionales: hay que calcular el ganador de cada estado y considerar el número de representantes de cada entidad en el colegio electoral.
Si se consideran los posibles resultados estatales, Hillary parece cerca del triunfo. El New York Times (partidario de Clinton) ha venido ofreciendo día con día su pronóstico presidencial, el cual marcaba ayer una posibilidad de victoria de Hillary de 92 por ciento contra sólo el 8 por ciento de Trump.
Esta virtual certeza, empero, no resuelve los problemas políticos de un país que sufre divisiones muy profundas. Las ciudades van a votar por Hillary, el campo por Trump; los estados de las costas por la demócrata, los del centro por el republicano; las mujeres por Clinton, los hombres por Donald; los negros por ella, los blancos por él; los que tienen título universitario por Hillary, los que carecen de él por Trump.
Para los mexicanos, que de manera abrumadora rechazan a Trump, es incomprensible que decenas de millones de estadounidenses vayan a votar por un candidato que parece una caricatura. Les cuesta trabajo pensar que los vecinos del norte puedan ser tan nacionalistas e irracionales como nosotros. Pocos han entendido los temores que los estadounidenses sienten ante lo que perciben como una invasión de inmigrantes extranjeros, que se resisten a integrarse y que se siguen sintiendo mexicanos a lo largo de su vida y a veces en generaciones posteriores.
El rechazo al TLCAN por Trump y sus seguidores es producto de una creciente ignorancia acerca de los beneficios del comercio libre. No estoy convencido de que Hillary crea realmente en su propio rechazo, pero el hecho de que públicamente tenga que oponerse a él revela lo difícil que es en la actualidad ganar una elección defendiendo ideas liberales. En México son también muchos los políticos populistas que insisten en eliminar el libre comercio: o no se dan cuenta de los millones de empleos que se perderían en nuestro país y en Estados Unidos sin esa libertad, o lo saben y quieren empobrecer a la gente por convenir a sus intereses.
Lo más probable es que Trump pierda la elección del 8 de noviembre. Sin duda por eso, tomando una lección de los políticos mexicanos, está cuestionando ya la legitimidad de la elección y afirmando que hay una mafia de los políticos en el poder y los medios de comunicación que quiere robarle el triunfo. En la recta final, los políticos estadounidenses se parecen cada vez más a los mexicanos.

Médicos contra Oaxaca
Ayer fueron los médicos del sindicato de la Secretaría de Salud los que bloquearon los accesos a Oaxaca. La debilidad de los gobiernos ha hecho que cualquier grupo bloquee vías de comunicación para promover sus intereses. El costo es enorme.

Twitter: @SergioSarmiento

 

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