Opinion

Alito y Chile

Sergio Sarmiento

2016-10-10

“Las fuerzas del mercado son sólo eso: fuerzas... si las ignoras, las ignoras a tu riesgo”
Arnold Harberger

Ciudad de México— Tiene 92 años de edad, pero mantiene una intensa actividad académica. Arnold Harberger, conocido como Alito, es profesor emérito de economía de la Universidad de Chicago y profesor distinguido de la Universidad de California en Los Ángeles. Además, participa en seminarios en Clemson, Carolina del Sur, y Queen’s, en Kingston, Ontario, Canadá. También en las reuniones de la Álamos Alliance en Sonora. Harberger es conocido como el padre de los “Chicago boys”.
Los economistas profesionales lo reconocen por el desarrollo del “triángulo de Harberger”, que en una gráfica de oferta y demanda define la ineficiencia generada por las intervenciones gubernamentales. Éstas pueden ser controles de precios, impuestos, aranceles o cuotas y producen pérdidas sobre los niveles óptimos de oferta y demanda con un costo para la sociedad. El triángulo de Harberger es un llamado de atención a los políticos que piensan, o pretenden creer, que con intervenciones gubernamentales pueden lograr una sociedad más próspera.
Harberger obtuvo su doctorado en economía de la Universidad de Chicago en 1950. Empezó su actividad académica en Johns Hopkins, pero regresó a Chicago para una larga y distinguida carrera. En los últimos años ha sido profesor en UCLA.
Es común que los profesores universitarios vivan en una torre de marfil, alejados del mundanal ruido, sin influencia sobre la vida real. No fue el caso de Alito. Gracias a un proyecto de becas para estudiantes de la Universidad Católica de Chile entre 1950 y 1970, fue maestro de un grupo de chilenos en Chicago. A estos entonces jóvenes, muchos de los cuales desarrollaron una relación personal con Alito (quien se casó con una chilena, Anita Valjalo, en 1958), se les ha conocido como los Chicago boys. Varios fueron ministros de finanzas en Chile, como Jorge Cauas, Sergio de Castro, Hernán Büchi o Juan Andrés Fontaine; otros ocuparon otros ministerios y distintos cargos de responsabilidad. Algunos como José Piñera, quien realizó la reforma del sistema de pensiones, no fueron directamente sus alumnos (Piñera estudió en Harvard), pero sí se vieron influidos por sus ideas.
Alito tuvo la oportunidad de presenciar un gran experimento de sus ideas en la economía chilena. El país, cuya economía quedó totalmente destrozada en los tiempos de Salvador Allende y se hundió todavía más en los primeros años de la dictadura hasta llegar a una brutal crisis financiera en 1981, empezó a mejorar con la aplicación de las políticas liberales que con el tiempo convirtieron a la economía chilena en la más próspera de Latinoamérica.
Si bien los Chicago boys fueron identificados con la dictadura de Augusto Pinochet, los gobiernos de la democracia –demócrata-cristianos y socialistas– a partir de 1990 mantuvieron las políticas liberales y el rápido crecimiento económico. No ha sido sino hasta el segundo mandato de Michelle Bachelet que ésta ha tratado de regresar a las políticas populistas y ha sido parcialmente responsable de la desaceleración de la economía chilena.
El experimento chileno ha demostrado que, con la aplicación de políticas de mayor libertad y menor intervención gubernamental, puede transformarse un país en crisis y darle un crecimiento rápido. Por eso ayer la fundación Caminos de la Libertad (que yo presido, con el respaldo de Grupo Salinas de Ricardo Salinas) entregó a Alito en México el premio Una Vida por la Libertad.

Contratos
El Premio Nobel de economía se entregará a Oliver Hart de Harvard y a Bengt Holmström del MIT por su trabajo en la teoría de los contratos. De haber vivido en México, no se habrían ocupado del tema, porque en nuestro país es casi imposible hacer valer los contratos. Ésta es una de las razones de la pobreza de México.
Twitter: @SergioSarmiento

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