Opinion

Sin suma cero

Sergio Sarmiento

2016-09-29

Montreal, Canadá–  Donald Trump sigue pensando en el comercio internacional en términos mercantilistas. Para él, la razón de ser del intercambio es lograr un superávit. Por eso piensa, como lo dijo en el debate del 26 de septiembre, que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es “el peor acuerdo comercial jamás negociado en cualquier lugar”.
El que el tradicional superávit comercial de Estados Unidos con México se haya convertido en un déficit permanente es, para Trump, señal de un mal tratado. Isaac Katz, el economista del ITAM, comentaba en Twitter: “Trump no entiende [ni las] ventajas comparativas [ni] las ganancias del comercio internacional”.
Efectivamente. La visión mercantilista de que quien obtiene un superávit es el ganador del comercio revela una fundamental ignorancia. Pero tampoco Hillary Clinton conoce del tema. Esta ignorancia puede resultar en políticas públicas que dañen a mexicanos, estadounidenses y canadienses.
Trump piensa que el comercio es un “juego de suma cero”. En teoría de juegos, y en economía, esto significa una ecuación en que una ganancia en una parte de la ecuación se equilibra con una pérdida en la otra. Los teóricos del juego y la economía, sin embargo, desde hace mucho tiempo han entendido que el comercio no es un juego de suma cero; por el contrario, al promover que cada participante aproveche sus ventajas comparativas, logra que todos mejoren.
Quizá sea demasiado pedir a Trump que lea los trabajos de David Ricardo o Adam Smith sobre las ventajas comparativas, o Nonzero: The Logic of Human Destiny de Robert Wright, pero Hillary sin duda tiene la capacidad de hacerlo. En el tema del TLCAN, que es mucho más importante para México que el muro de Trump, la candidata demócrata revela la misma ignorancia que Trump. Por eso en vez de responder a Trump que NAFTA ha sido un buen acuerdo, que ha beneficiado a Estados Unidos, México y Canadá, contestó que ella votó en contra del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica.
Es verdad que, en 1993, último año antes del TLCAN, Estados Unidos tuvo un superávit comercial con México de MIL 663.3 millones de dólares, que para 2015 se convirtió en un déficit de 60 mil 662.8 millones de dólares (census.gov), pero eso no toma en cuenta ni los flujos por servicios, ni los rendimientos de inversiones, ni los beneficios de mantener las cadenas de producción. Es cierto, como dijo Trump, que Ford ha decidido mover toda su producción de autos compactos a México, pero si no lo hace difícilmente se mantendrá competitivo en ese mercado que tiene márgenes muy inferiores a los de autos y camionetas de mayor lujo. Sin la posibilidad de recurrir a una producción de menor costo, tendría que abandonar la producción con pérdida de empleos en Estados Unidos.
La ignorancia no es privilegio de Trump. En México muchos activistas insisten que el TLCAN ha sido un fracaso porque México está importando ciertos productos de Estados Unidos. Olvidan que esto beneficia a los consumidores y da un mejor nivel de vida a los mexicanos.
La ignorancia, sin embargo, tiene más resonancia en los discursos políticos que una explicación inteligente. Por eso ha tenido tanto éxito Trump, por eso Hillary no se atreve a defender el libre comercio, por eso los progres mexicanos se alían con Trump. La ignorancia, sin embargo, puede tener costos enormes. El Instituto Peterson de Economía Internacional ha señalado que de aplicarse las políticas proteccionistas de Trump Estados Unidos perdería 4 millones de empleos. Eso sumaría más que cero.

Canadá y comercio
Quienes piensan que el comercio internacional es una fuente de pobreza deberían ver a Canadá, uno de los países más prósperos del planeta con un comercio internacional muy por arriba de lo usual.
Twitter: @SergioSarmiento
 

X