Opinion

Políticos… a la calle

Sergio Conde Varela

2016-09-29

Definitivamente a la calle, políticos militantes de los partidos. No hablamos de aquellos que son de los partidos sólo de nombre, que nunca salen a las áreas poblacionales porque ni siquiera saben lo que es la ideología del partido del cual dicen formar parte.
Ahora, la mayoría ya no llegan con una militancia reconocida de los institutos, sino por los grupos de poder económico y para evitar habladurías se toman fotografías con todos los candidatos para que al triunfo de alguno de ellos digan que estuvieron con él, aunque vivan en El Paso, al cabo lo que cuentan son los intereses en lugar de los votos.
Si la práctica es así, es absurdo que se dedique tanto dinero a los partidos. Este año la cifra fue 8 mil 500 millones, 4 mil 031 federales y 4 mil 469 de prerrogativas a los estados.
Sin embargo es una injusticia dar más dinero a los partidos que a los miles de estudiantes urgidos de una preparación para la vida.
Los dirigentes de los institutos están muy pendientes de que lleguen a tiempo las prerrogativas, pero poca claridad se ve en los dineros que se manejan, porque nadie se preocupa por que haya transparencia en los fondos y los renglones a los que se aplican.
A pesar de las fuertes cantidades que se manejan los comités nacionales no dicen qué cantidad se entrega a los comités estatales y estos tampoco dicen cuánto a los municipales, estos últimos andan con una mano atrás y una adelante por la desnudez presupuestal en que los dejan y se convierten en un ejército de mudos para no decir ni quejarse de nada, sin argumentar que ese dinero es del pueblo que aporta, según se dijo, para el florecimiento de la democracia mexicana.
Si bien es cierto que lo anterior es materia importante, lo son más los programas de acción que deben cumplir los partidos y que nadie cree en ellos. A veces los que se ostentan como militantes ‘nylon’ no conocen el programa de acción del partido que dicen formar parte ni entienden que deben ideológicamente convencer al pueblo para que se afilie a ellos por razones y no por dinero o influencia de los dueños de la economía.
Breves ejemplos anotamos de lo anterior de dos partidos tradicionales.
El PRI al referirse en su programa a valores éticos, afirma que será su actividad tendiente a fortalecer la educación, enseñanza de valores éticos, cívicos y sociales. Afirman los estatutos de ese partido que aliviarán la situación de 40 millones de mexicanos en extrema pobreza. Algunos miembros, con muchas excepciones, piensan que lo anterior es un sueño guajiro, porque lo que cuenta en la política es el dinero y no ese tipo de valores.
En el PAN, en el renglón "Pensemos en México" existe una gran desigualdad del ingreso, mientras un reducido grupo de personas posee una inmensa riqueza y millones no pueden comprar alimentos para desarrollar sus capacidades. ¿Por qué ese partido invita a tantos de los poseedores de esas riquezas para gobernar al pueblo elector? El PAN dice que hay graves deficiencias en el proceso de crecimiento y que el ingreso de los mexicanos actual es casi igual al de 1980.
Es tiempo de decirles a los partidos, sus militantes y dirigentes palabras parecidas a las que dijo el Papa Francisco a los fieles y encargados del culto: “Salgan de las iglesias y encuéntrense con la gente” convenzan y, como dijo San Francisco, si es necesario hablen.
En el caso de los partidos, deben decirles a los militantes o compañeros afiliados: Salgan a la calle, gánense a los jóvenes, a hombres y mujeres de  todas las edades que puedan participar en política, estimúlenlos, que entiendan lo que es el gobierno, que no lo confundan con la empresa privada, que no sean altivos con los ciudadanos y que se sometan al programa de acción de su partido y no a la bolsa de valores. Cuelguen en el perchero, la grilla de café y la lisonja, y conozcan el clima en las calles, lo que quiere la gente. A la calle pues para saber cómo brilla el sol y pega el aire. No hay más.

X