Opinion

Peres, el estadista

Sergio Sarmiento

2016-09-28

Ciudad de México– Shimon Peres fue un verdadero estadista. Tuvo una visión clara para su país, pero también para su región. Entendió que había que ser firme, pero flexible, para lograr una paz duradera. En su vida hay muchas lecciones para los gobernantes de cualquier país.
Su nombre original era Szymon Perski. Nació en Polonia (en una zona que hoy es Belarús) el 2 de agosto de 1923. Su familia se estableció en Palestina en 1934, cuando ya se vislumbraban en Europa el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial.
Peres creció en una Palestina bajo mandato británico. Vivió y trabajó en kibbutizim por lo que experimentó el sueño utópico de los fundadores de Israel. Trabajó con David Ben-Gurión, uno de los padres de la independencia, y aunque sólo tenía 24 años cuando se declaró la independencia el 14 de mayo de 1948 fue nombrado jefe del servicio naval. En 1952 se le designó subdirector general del Ministerio de Defensa y al año siguiente, a los 29, director general. Peres tuvo un papel fundamental en la compra de armamento que convirtió a Israel en una potencia militar.
En 1959 fue electo al Knesset, el parlamento israelí. Fue ministro de defensa y en 1977 primer ministro interino. Posteriormente fue primer ministro en tres ocasiones más, ministro de relaciones exteriores, dirigente de la oposición y presidente de Israel.
Buscó mantener un Israel fuerte en lo militar y lo económico. Construyó el primer reactor nuclear en el país y declaró: “Israel no piensa introducir armas nucleares, pero si la gente nos tiene miedo de que las tengamos, ¿por qué no? Es un disuasivo”. Si bien fue uno de los primeros promotores de los asentamientos judíos en territorios árabes, entendió la necesidad de ofrecer “compromisos territoriales” para lograr una paz duradera. De manera similar, cuestionó severamente durante años a la Organización por la Liberación de Palestina y a su líder Yasir Arafat por sus prácticas terroristas, pero estuvo dispuesto a negociar con ambos en el proceso de Oslo que llevaría al establecimiento de la actual Autoridad Palestina. Lo recuerdo en el Foro Económico Mundial de Davos en 1994 estrechando la mano de Arafat. Peres, Arafat y el entonces primer ministro Yitzhak Rabín recibieron el Premio Nobel de la Paz de 1994. En medio del silencio de otros líderes árabes ante el fallecimiento de Peres, el actual presidente palestino, Mahmoud Abbás, declaró que había sido “un socio valiente para la paz”.
Peres entendió que la supervivencia de Israel hacía inevitable la convivencia con sus vecinos y proponía “una solución de dos estados nacionales, un estado judío, Israel; un estado árabe, Palestina. Los palestinos son nuestros vecinos más cercanos. Pienso que pueden ser nuestros mejores amigos”. Lograr la paz con los palestinos abriría “los puertos de paz en todo el Mediterráneo. El deber de todos los líderes es perseguir la libertad de manera incesante, incluso frente a la hostilidad, frente a la duda y la decepción”.
Pero no logró construir una paz estable. La Autoridad Palestina no ha llevado ni a la creación de un verdadero estado palestino ni al cese de la violencia entre palestinos e israelíes. Los agravios acumulados son demasiado profundos.
Shimon Peres luchó por preservar a su país a través de la fortaleza, como un buen estadista, pero entendió que la paz depende de un acuerdo con los palestinos. ¿Imposible? El propio Peres decía: “Para mí soñar es simplemente ser pragmático”.

Desempleo bajo
La tasa de desempleo abierto que mide el INEGI ha llegado a niveles antes impensables. La cifra se ubicó en 3.7 por ciento en agosto, contra 4.4 por ciento de agosto de 2015. La baja es más sorprendente si consideramos que la economía apenas ha crecido.
Twitter: @SergioSarmiento
 

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