Opinion

La Columna

De Los Reporteros

2016-08-22

Todo el fin de semana se estuvo comentando la comida de la clase política tricolor que encabezaron en el centro recreativo Las Fuentes el gobernador César Duarte y el alcalde Javier González Mocken.
No fue lo que se dijo, sino que no se dijo nada, lo que causó desconcierto entre los asistentes. La convocatoria se manejó directamente desde la oficina de González Mocken pero resulta que todos se quedaron esperando el discurso que nunca llegó. Ni bienvenida hubo siquiera. Se entendió que era una especie de despedida o de agradecimiento al gobernador Duarte pero ni González Mocken ni el invitado principal tomaron la palabra.
Los Reporteros supieron que en todo el sexenio no había ocurrido algo similar, dejando en el limbo el motivo del convivio. Desde la convocatoria se especuló que todo era parte del proyecto que trae en mente el alcalde suplente para buscar la presidencia en 2018, pero ahí quedó la duda porque ni formal ni informalmente se abrió o se clausuró la reunión. Como que el presidente municipal no se animó a dar color.
Junto a Duarte y González Mocken estuvo el alcalde con licencia Enrique Serrano. Estuvo buena la plática en torno a la carne asada, la cerveza y los vinos porque mínimo el mandatario estatal se quedó ahí cuatro horas. Otros invitados se fueron ya más avanzada la noche.
Pero hubo quienes tuvieron que hacer fuga incluso antes que el gobernador, precisamente por lo extendido de la reunión, seguramente para reportarse a sus casas luego de que les decomisaron los celulares en la entrada.
Ahí estuvieron todos los directores municipales y los principales funcionarios estatales en Juárez, además de un par de secretarios: el fiscal general Jorge González Nicolás y el titular de Desarrollo Social, José Luis García.
Pero lo que llamó más la atención es que hubo convocatoria selectiva en cuanto a los legisladores juarenses de origen tricolor. De los estatales sólo estuvieron Mayra Chávez (también dirigente del PRI municipal), Laura Domínguez y Juan Muñoz.
Pero ningún “tetodiputado” o representante de los sindicatos con los que se ha aliado (CTM y CROC). Así que no estuvieron ni Enrique Licón, ni Daniel Murguía, ni el profesor Jesús José Díaz Monárrez, ni Gloria Porras. De los federales nada más se dejó ver la excoordinadora de la campaña de Serrano, Adriana Terrazas. Se notó la ausencia de Fernando Uriarte y de Georgina Zapata.
Alguien por ahí anduvo repitiendo que estuvieron todos los que fueron invitados por González Mocken.

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El sábado adelantamos aquí la salida de Marisela Vega como directora del DIF. Pues ayer confirmó el dato el alcalde, además de formalizarse su salida con reunión del Consejo Técnico de ese organismo descentralizado. En su relevo entró Ludmila Chávez Rodríguez, quien ya había trabajado con el presidente municipal suplente cuando estuvo a cargo de la Subsecretaría de Educación, Cultura y Deporte de Gobierno del Estado.
González Mocken sólo habló de “problemas personales familiares” que tuvo Marisela pero ayer se confirmó entre funcionarios municipales que hace tiempo le venían poniendo tachitas por ciertos afanes protagónicos, tratos no adecuados al personal y desatención de indicaciones. Aunque la gota que derramó el vaso fue la forma en que buscó quedarse en la nueva administración de Armando Cabada, colgándose primero de su buena relación con el exoperador político estrella del alcalde electo, Polo Canizales, y luego pretendiendo un acercamiento más directo con el alcalde electo y su esposa, la futura presidenta del DIF.
Dicen que tiempo atrás renegó de los priistas porque se sentía con más derechos de alcanzar la candidatura a la diputación que se le otorgó en el Distrito 09 a Yanett Romo, quien había sido jefa jurídica del DIF.
No fue fácil operar su salida porque Marisela Vega estaba en Desarrollo Integral de la Familia gracias a que fue colaboradora de muchos años de la familia de Jaime Bermúdez, principalmente en sus guarderías y organizaciones de trabajo social. Enrique Serrano la designó directora desde el inicio de su gestión.
Ahora Ludmila Chávez asume el cargo cuando ya sólo le restan 48 días a la administración. Recibirá unas cuantas quincenas. Pero el DIF paga bien como organismo descentralizado; Vega le andaba pegando a los 70 mil pesos mensuales, cifra muy superior a lo que ganan los directores del gabinete municipal.

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El alcalde electo, Armando Cabada, se recetó ayer otro par de nombramientos anticipados para su gabinete.
Ahora tocó el turno de la definición para dos dependencias clave, los que manejarán la recaudación y decidirán el gasto: tesorero y oficial mayor, respectivamente; en esencia uno buscará el dinero y armará la operación financiera mientras que el otro se lo gastará mediante asignación de contratos y el pago de servicios personales y generales.
El nuevo tesorero será Óscar Luis Pérez mientras que la Oficialía Mayor la tendrá Víctor Manuel Ortega Aguilar.
Sigue la tónica en el equipo de Cabada en cuanto a la falta de experiencia en el sector público. De seis nombramientos, cuatro vienen del sector privado-empresarial. Otro sí tiene además de la faceta empresarial experiencia en los gobiernos municipal y estatal (Carlos Corona, futuro director de Centros Comunitarios) mientras que en el caso de María Antonieta Pérez Reyes (Desarrollo Social) quien brincó de la Coparmex a la política bajo el cobijo del PAN, trae experiencia legislativa y trabajo con grupos sociales pero no propiamente currículum en oficinas públicas de alguno de los tres niveles de gobierno.
Como propuesta independiente Cabada insiste en hacer pocas apuestas con cartas conocidas en el medio político. Las dos presentadas ayer no han trascendido a la escena pública, salvo un poco de exposición que ha tenido el futuro tesorero ya que hasta hace diez días era gerente de Gas Natural de Juárez, empresa de la familia Fuentes, una de las más acaudaladas de la ciudad.
Cabada negó ayer en rueda de prensa que la familia Fuentes esté vinculada a su proyecto político independiente y descartó que haya relación entre ese apellido y el nombramiento de Pérez.
Arnoldo Cabada, padre de Armando y dueño de Canal 44, y Valentín Fuentes, patriarca de esa familia que aquí comercializa el gas natural, entre otros negocios, mantienen una amistad de hace muchos años aunque el alcalde electo insistió en que no hay compromiso de ningún tipo ni pago de alguna factura política.
De Víctor Manuel Ortega Aguilar, empresario joven que antes de ser proveedor en el ramo eléctrico (dijo que básicamente ha surtido a la CFE de postes para el cableado), no aparecen antecedentes cuando se le “corre la serie” en los archivos periodísticos y de Google aunque Los Reporteros supieron de buena fuente de dónde vino la recomendación.
El reporte señala que Ortega Aguilar es pariente de Rodolfo Martínez Ortega “El Güerito”, quien ya fue oficial mayor con ‘Teto’ Murguía, y fue él quien se lo acercó a Cabada para que ocupe esa misma posición en el gabinete. Martínez, de la constructora Roma, es desde la campaña uno de los mayores apoyadores y asesores de Cabada, igual que Arturo Muñoz de la firma comercial Smart.
Algunas fuentes que se mueven en el ambiente empresarial y no dejan de ser grillos comentan que luego de los nombramientos de Cabada se puede advertir un punto en común: la mayoría de los designados o quienes los recomendaron suelen ser compañeros del alcalde electo en el juego de golf en el Club Campestre.

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En la transición pero del Gobierno estatal supieron Los Reporteros que ayer hubo notificaciones en tres dependencias de Juárez para que se preparen y atiendan a los enviados del equipo que va a recibir la administración.
Se trata de Desarrollo Social, Desarrollo Urbano y Educación. Hasta ahora nada se ha hecho en Juárez relacionado con la transición, al menos de los que deben entregar, ya que los trabajos están concentrados en las secretarías a nivel Chihuahua.
Lo que se sabe es que en general ya están listos aquí para lo que sea porque desde hace un mes y medio empezaron a hacer acopio de la información y a llenar formatos. Saben que de cualquier manera deben hacer corte final y entregar a quien sea.

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Corren días tensos para los aspirantes a ocupar la Rectoría en la UACh. Presentadas las propuestas, todo hace suponer que el rector Enrique Seáñez envió la sesión de Consejo donde quedará integrada la terna hasta el viernes próximo. Si hay inconformidades mejor que los estudiantes estén fuera del campus.
Si el viernes está lista la terna, ahí mismo citarían a los consejeros para sesionar el lunes y cerrar la elección. Ya con rector electo las insubordinaciones son más complicadas.
Hasta ahora todo avanza conforme a los planes de Rectoría, pero ha trascendido que Alfredo de la Torre va en serio con llevar la elección a los tribunales, insistiendo con el tema de que los directores son inelegibles porque no pidieron licencia y que cuando la pidieron, lo hicieron ante el Consejo Técnico, que carece de facultades, pues esa prerrogativa es del Consejo Universitario.
Falta que de las palabras pasen a los hechos y que sus alegatos encuentren eco en la justicia, pero hasta ayer insistían en anular la elección.

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