Sergio Sarmiento
2016-08-22
ENSENADA- Las medallas llegaron tarde, tres el penúltimo día, pero la cosecha mexicana de medallas de Río 2016 no es radicalmente distinta de la de Londres 2012. Son cinco medallas, tres de plata y dos de bronce, contra siete hace cuatro años. La gran diferencia es que en 2012 hubo una presea de oro y ésta fue para el futbol, deporte que apasiona a la mayoría de los mexicanos. Por eso los resultados parecen tan diferentes.
En Río 2016 México terminó en el lugar 61 del medallero entre 205 países y dos equipos no nacionales. En total hubo 306 competencias con 974 medallas en contienda.
En número bruto de medallas Estados Unidos aparece en primer lugar con 121, 46 de ellas de oro. Le siguen el Reino Unido, con 67, de las cuales 27 son de oro, y China con 70, pero sólo 26 de oro (por lo que aparece en tercer lugar en las tablas). Rusia, a pesar de la prohibición a muchos de sus atletas, está en cuarto lugar, con 56 medallas, mientras que Alemania cierra los primeros cinco con 42.
Si en lugar de contar el número total de medallas se consideran per cápita, las tablas cambian de manera dramática. La pequeña isla caribeña de Granada, con una medalla y 106 mil 825 habitantes, ocupa el primer lugar. Bahamas queda en segundo lugar con sus dos medallas o una por cada 194 mil 009 personas. Jamaica, con su cosecha de 11 medallas, ocupa el tercer puesto con una medalla por cada 247 mil 812 habitantes. Los tres primeros lugares son países del Caribe de habla inglesa y raza negra.
En medallas per cápita la gran potencia, Estados Unidos, es relegada al lugar 43, con una medalla por cada 2 millones 656 mil 353 habitantes. China, con sus mil millones 371 mil habitantes, se desploma al puesto 76 con una medalla por cada 19 millones 588 mil 857 habitantes. México queda en el lugar 79, al conquistar una medalla por cada 25 millones 403 mil 444 personas. Cuatro de las cinco medallas mexicanas de Río 2016 son de miembros de las fuerzas armadas, que cuentan con la disciplina e instalaciones para el desarrollo de talento olímpico que nuestras escuelas no tienen.
¿Puede un país cambiar el rumbo de su desempeño deportivo? Claro. España tenía una actuación olímpica peor que la mexicana. Ni en 1964 ni en 1968 obtuvo una sola medalla, mientras que México consiguió una de bronce en 1964 y nueve (con tres de oro) en 1968 cuando fue local. Desde fines de los setenta, sin embargo, España ha dedicado recursos e imaginación al desarrollo del deporte en escuelas y programas de alto rendimiento. Ha podido obtener así 17 medallas en Río, 17 en Londres y 18 en Beijing. Cuba, a pesar de sus limitaciones económicas, y pese a tener una población de sólo 11.4 millones de habitantes, obtuvo en Río 11 medallas.
¿Debe un país con tantas carencias sociales como México dedicar recursos a actividades deportivas? Una discusión profunda puede ser útil. El deporte en las escuelas ayuda a enfocar los esfuerzos de los jóvenes y puede ayudar a prevenir el uso de drogas (aunque en Estados Unidos la obsesión por el deporte se combina con un alto consumo de enervantes). Los resultados positivos del deporte de competencia, por otra parte, generan orgullo y cohesión en el país.
Lo que no se vale es soñar. Si queremos buenos desempeños, necesitamos desarrollar el deporte en las escuelas y tener procesos de selección y apoyo a deportistas de alto rendimiento. Si no lo hacemos, no tiene sentido lamentarse cada cuatro años.
Contracción
El INEGI confirma que la economía mexicana está en contracción: 0.2 por ciento en el segundo trimestre contra el primero de 2016. La cifra anual muestra un crecimiento de sólo 1.5 por ciento. Si la expansión de más de 2 por ciento anual era insuficiente, esta nueva realidad se vuelve amenazadora.
Twitter: @SergioSarmiento