Opinion

El campo minado de nuestras calles

Javier Cuéllar Moreno/
Analista Político

2016-08-20

Las calles de nuestra ciudad se encuentran llenas de baches cual si hubieran sido víctimas de un bombardeo de saturación como el que se escenificó en Guernica entre los meses de mayo y junio de 1937, donde prácticamente no quedó piedra sobre piedra y en cuya memoria el famoso artista Pablo Picasso pintó un cuadro que lleva su nombre. Nuestras vialidades son un desastre y lo peor no está en los millones de baches sino en los socavones que cada lunes y martes aparecen por sorpresa en muchas de las más importantes arterias que cruzan por nuestra ciudad.
Las avenidas Hermanos Escobar, Gómez Morín, Manuel J. Clouthier y Ejército Nacional son tan sólo algunas en las que se han abierto al sol gigantescos hoyos provocados por la erosión subterránea del sistema de alcantarillado que padece la comunidad. Es un problema recurrente que tiene ya varios años y que no ha sido atendido diligentemente por las autoridades de la JMAS ni del gobierno municipal.
Tan sólo en lo que va del presente año van 202 socavones y de ellos en el mes de agosto han ocurrido 18. Como puede verse, se dan en las avenidas más transitadas de nuestra comunidad por lo que ya se han levantado algunas voces de alerta estériles porque la gente de todas maneras tiene que salir de sus casas y por las prisas muchas de las veces no tiene la capacidad de conciencia sobre las calles que transitan, y una sorpresa de éstas puede surgir en cualquier momento, porque desde arriba el pavimento parece sólido pero uno nunca puede saber qué tan erosionado se encuentra por debajo.
Con todo el problema encima, las autoridades y en especial la JMAS lo atienden a cuenta gotas, sin entrar de fondo a la solución de estos hundimientos. Anuncian que revisarán el colector de la Gómez Morín con unas cámaras de televisión a control remoto para constatar el estado en que se encuentra pero eso de poco sirve porque en la realidad nada se hace o lo que se hace es muy poco y mal.
La situación en que se encuentra el drenaje local amerita un cambio total de tuberías y colectores, porque lo único que han estado haciendo las autoridades correspondientes es tirar el dinero, ahora sí que por el drenaje. Si no se tienen los recursos para hacerlo de un jalón, pues que lo vayan haciendo por partes, por tramos, pero lo cierto es que lo único que se está haciendo es parchar y dejar que el problema se agrave de manera paulatina.
En el trasfondo del asunto se detecta la baja calidad de las obras de construcción y reparación de la mayoría de las instalaciones hidráulicas del drenaje de nuestra ciudad. Corre la costumbre que, por echarse unos miles de pesos a la bolsa, algunos de nuestros funcionarios públicos en contubernio con sendos empresarios de la construcción, castigan sensiblemente la calidad de los materiales y la mano de obra empleada para realizar estos trabajos de drenaje y alcantarillado.
Como consecuencia de esa mala calidad tolerada convenientemente por las autoridades que están en el cochupo, las cosas salen mal y las obras se deterioran fácilmente y ahí tiene usted las consecuencias. Constantes fugas en el drenaje que socava los terrenos colindantes y provoca los hundimientos que tienen a los conductores de nuestra ciudad con el alma en un hilo. Así el problema no se resolverá nunca porque las malas mañas de nuestros políticos y empresarios son eternas. Tal vez si el drenaje se hiciera a cielo abierto como en la edad media con toda su estela de infecciones y epidemias, pero pensar en eso es absurdo. De nada nos sirve el progreso, las largas tuberías de conducción que ahorran juntas, los materiales más resistentes y perenes, los mejores pegamentos, nada. De todos modos el progreso no supera a la deshonestidad. Las empresas constructoras deberían expedir certificados de garantía por un mínimo de cincuenta años. No sé, nada puede conjurar el peligro de lo mal hecho.

Una fractura política inexplicable
Lo que últimamente ha sorprendido a todo el mundillo político de la localidad es el aparente rompimiento aterciopelado entre el alcalde electo Armando Cabada y su mariscal de campo de campaña Leopoldo Canizales, bajo el argumento de que este último prefería dedicarse a atender sus negocios personales, rueda de molino con la que muchos no quieren comulgar. Una cosa sí es verdadera: don Polo se sintió bien pagado con la simple derrota que Cabada propinó a su nuevo enemigo Héctor Murguía Lardizábal, pero siempre creímos que ese era un pago moral fruto de una acción política de buena calidad. Usted sabe mi estimado lector, “La venganza es uno de los platillos más exquisitos de la gastronomía política y se disfruta mejor en frío”. Cosas de sibaritas.
Pero lo que sucedió en el fondo fue que Polo Canizales se disgustó por el nombramiento del futuro secretario del Ayuntamiento, no tanto por la designación de la expanista María Antonieta Pérez, porque dada la capacidad del segundo del alcalde electo, Polo no podría manejar a su antojo el gobierno del municipio como era su tirada. Lo que no midió bien es que el presidente electo se llama Armando Cabada y es él quien debe poner libremente a su equipo para controlarlo él y sólo él, sin príncipes detrás del trono ni manos ocultas que mezan la cuna. La gente quiere ver gobernar a Armando Cabada y no a Polo Canizales ni al resto del equipo del “Teto”. Por lo tanto, el rompimiento no fue tan aterciopelado como se quiere aparentar. Fue un estallido más o menos controlado. Así de sencillas están las cosas.

Primera víctima anticorrupción
Da la apariencia de que la reforma moral del régimen del presidente Enrique Peña Nieto va en serio a juzgar por la forma en que se dio el cese del titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), delegación Chihuahua, José Luis Figueroa Jácome, bajo cargos de corrupción en su modalidad de conflicto de intereses por tener contubernio con un despacho profesional de profesionistas de esta ciudad, donde la indagatoria apunta que se hacían ciertos enjuagues para arreglar algunas cuentas jugosas por pagar con evidente detrimento del fisco federal.
La denuncia correspondiente ya se encuentra radicada en la Procuraduría General de la Republica, delegación Chihuahua, para que se realicen las indagatorias correspondientes y fincar responsabilidades criminales a dicho exfuncionario. Era un joven confiable, pero bien dijo Edgar Allan Poe: “El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe además del hombre”.
Como que esta esencia pútrida se encuentra en su naturaleza, por eso este país no puede avanzar, porque muchos segmentos de la administración pública y privada se encuentran podridos. La lucha contra la corrupción va a estar difícil, parece que es una tarea condenada al fracaso en un país como México donde la corrupción parece ser parte esencial del alma nacional. Pero de alguna manera debe comenzar la cruzada y esta forma es del agrado de la opinión pública por mucho que se piense que, ni están todos los que son, ni son todos los que están. Como dijo el borrachito de mi colonia a cierto personaje de la política local: “Ya canijo, déjanos algo”.

En peligro la autonomía universitaria
La efervescencia política-electoral centrada en la sucesión rectoral de la Universidad Autónoma de Chihuahua ha entrado en una fase intensa porque de repente más de media docena de funcionarios y catedráticos de la máxima casa de estudios chihuahuense entran en una cerrada competencia por el favor de los votos de los 63 consejeros que deberán elegir en fecha próxima a quien será su más alta autoridad educativa, en un panorama en que nuestra sociedad en general se apresta a entrar en una vorágine de cambios como resultado de la justa electoral del pasado 5 de junio. De hecho cambia todo, y la universidad no podría ser la excepción.
En fechas recientes se especulaba sobre si el próximo rector sería el licenciado Mario Trevizo, actual secretario general de Gobierno del Estado, quien tenía a su favor el voto apabullante del gobernador César Duarte. Pero con los resultados electorales, donde en lugar de Enrique Serrano el pueblo eligió al senador Javier Corral Jurado como nuevo gobernador, muchas aspiraciones y planes de desarrollo de los diferentes grupos políticos, académicos y estudiantiles del estado cambian insospechadamente, como bien dice un adagio popular: “Haz planes y te saldrán lomas”. Y las montañas surgieron de la nada.

La baraja se volvió reyes
Ahora, la baraja se ha convertido en reyes y son muchos los que aspiran a la rectoría al no existir ya el dedo de Dios, la voluntad mayoritaria del jefe del Ejecutivo. Y sin embargo, el licenciado Javier Corral Jurado no ha hecho mayores manifestaciones sobre quién sería el candidato a rector de su preferencia. En estas condiciones, la voluntad de la comunidad universitaria tiene la rara oportunidad de brillar. Esto compromete a quien sea elegido como máximo dirigente de esa casa de estudios a realizar un papel más ligado a las aspiraciones universitarias que a los candeleros políticos externos, y eso creo que puede ser muy bueno para la institución.
Ya hemos comentado en otro espacio sobre los principales competidores que son Jesús Benavides, Luis Fierro, Jesús Robles, Enrique Rascón, Liliana Álvarez y Marcelo González Tachiquín, mencionados en el orden en que fueron apareciendo y ahora se suma otro aspirante, Eloy Díaz Unzueta, quien ha hecho un papel destacado en la extensión de la UACh en Ciudad Juárez y quien es apoyado por el clan de René Franco Ruiz y su gente. Los acercamientos con el gobernador electo Javier Corral se encuentran a la orden del día para allegarse la complacencia de quien será el futuro gobernador por los próximos cinco años, y estos contactos maduros pueden ser buenos si se miran las cosas desde el punto de vista de fomentar una buena relación para con el futuro Poder Ejecutivo estatal, pero pueden afectar el desempeño de la universidad al embarrarla en los avatares y vericuetos políticos del gobierno.
Esperemos que en todo se actué con un criterio de respeto a la autonomía universitaria y ninguno de los aspirantes quiera comprometer a la institución educativa como un apéndice político más del Poder Ejecutivo del estado. Eso podría afectar el desarrollo académico y la estabilidad del ente universitario. Los candidatos en general son buenos y tienen la capacidad suficiente para garantizar un buen desempeño, esperamos que las aguas negras de la política no ensucien el proceso.

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