Opinion

La Columna

De Los Reporteros

2016-08-15

Como la línea no bajó de ningún lado, ni de los que se van ni de los que llegan a la Administración estatal, el proceso de sucesión en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh) arrancó ayer con los directores desbocados, juntando piedras para lo que se ofrezca y con los “externos” amagando con llevar el proceso a los tribunales.
De los directores casi todos se creen con derecho y ya alistan sus documentos luego de que el rector saliente, Enrique Seáñez, no dio color ni llevó mensaje especial en la encerrona a la que convocó el fin de semana. Salieron como si se hubieran creído que todos pueden entrarle simplemente porque no les dijeron que se quedaran quietos.
Si no los meten antes al redil, el sábado habrá una baraja muy gorda de candidatos.
La Ley Orgánica establece que las propuestas a rector deben provenir de los Consejos Técnicos, en teoría el máximo órgano de autoridad en cada facultad, compuesto por alumnos, maestros y presidido por el director. En la práctica esos consejos son manejados a discreción por los directores, quienes obviamente se propondrán a sí mismos, cerrando el paso a otros aspirantes fuera del círculo, que también ya hay varios haciendo fila.
Alguien de fuera tendría que ganarse primero un Consejo Técnico para ser propuesto por éste luego de la “auscultación” que marca la convocatoria, por lo que no basta que cumplan la lista de requisitos que establece la Ley Orgánica.
Ahí está el gran reto de aspirantes como Alfredo de la Torre, Enrique Rascón y Jesús Robles Villa.
Ante ese candado de siete combinaciones, los llamados “externos” empiezan a introducir ingredientes de ilegalidad que, de llevarlos a tribunales, complicarían el proceso.

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Alfredo de la Torre, alguien que conoce la UACh desde sus entresijos, alega que los directores están impedidos, todos, para participar como candidatos a rector, pues no presentaron su renuncia antes de que fuese publicada la convocatoria. Mantenerse en el cargo los deja en el apartado de “funcionarios públicos al momento de la elección”, un impedimento legal.
Lo que dice tiene sentido: en los criterios generalmente aceptados en cuanto a procesos electivos, éstos se consideran abiertos desde que son publicadas las bases de los mismos, en este caso al momento de que publicaron la convocatoria, que fue ayer.
Desde luego el rector y los directores alegarán que “el momento de la elección” es cuando los Consejeros Universitarios ejercen el voto, es decir durante la sesión del Consejo Universitario que los elige. Es otra interpretación, pero en cualquier caso se abre un espacio a la judicialización.
Aparte, Rascón y Robles Villa ya anunciaron que impugnarán la convocatoria por considerarla antidemocrática.
Por todos lados se calienta la sucesión. El director de Derecho, Enrique Carrete, también salió a decir que había riesgo de que la Universidad perdiera la libertad de pensamiento, adelantándose a una posible imposición o lineazo.

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Hace rato que el tema de la violencia y criminalidad no se llevaba prácticamente toda la sesión del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Así ocurrió ayer en el hotel Plaza Juárez donde sesionan los empresarios de los distintos sectores que también saben hacer mucha grilla en ese tipo de reuniones.
Los Reporteros supieron que hasta acuerdo hubo para sentarse a la brevedad, tanto con el gobernador electo, Javier Corral como con el alcalde entrante, Armando Cabada.
Andan alarmados por los últimos casos de ejecuciones en la vía pública y hasta se comentó en la encerrona que les han llegado versiones de secuestros no reportados, por lo que quieren que tanto los gobiernos salientes como los entrantes se muevan para dar soluciones.
Por cierto que los dos gobernantes electos están fuera. Hoy Corral andará en Monterrey dando una conferencia en el Tecnológico pero también se reportará al Comité Ejecutivo Nacional del PAN en la Ciudad de México para una reunión de gobernadores electos con el dirigente Ricardo Anaya. Cabada por igual andará entre esas dos ciudades ya que traen pendientes con “El Bronco” y con Miguel Ángel Mancera.

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Otro asunto pusieron los constructores sobre la mesa en la sesión del CCE: las deudas gubernamentales con sus agremiados. La representación de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) informó que por el lado municipal ya avanzaron los pagos por obra pública pendiente, pero en la esfera estatal todavía andan reclamando los empresarios unos 200 millones por obras en toda la entidad.
De Juárez una o dos empresas se vincularon a la construcción de la Ciudad Judicial en Chihuahua y son de los que tienen la veladora encendida para que finalmente se termine de cocinar la bursatilización de los excedentes carreteros. La pregunta sigue siendo si alcanzarán esos recursos para todos los que reclaman pagos pendientes. Actualmente a los constructores los traen como aboneros: a vuelta y vuelta.

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Todavía ayer rebotó por terrenos de la Administración municipal el anuncio del alcalde electo Armando Cabada, de nombrar un administrador de la ciudad, cargo que ya reservó para un ingeniero constructor, Francisco Duarte Huerta.
El secretario del Ayuntamiento, Jorge Mario Quintana, comentó a Los Reporteros que no es “enchílame otra”. La figura no existe en el organigrama municipal y para crearla se tiene que modificar el Código Municipal, proceso que debe pasar primero por el Cabildo, después por el Congreso del Estado y luego publicarse por el Ejecutivo estatal para que entre en vigor.
Otro ajuste legal debe hacerse también en el reglamento orgánico del Ayuntamiento.
Esa es la parte jurídica. Pero también trae mucha carga política. En México no se usa esa figura pero en Estados Unidos es común bajo la denominación de “City Manager” para administrar recursos humanos, preparar presupuestos, ejecutar planes urbanos  y dar seguimiento a la construcción de obra pública. Pero del otro lado del charco no queda su designación y contratación bajo el criterio discrecional del alcalde, sino que pasa por los regidores.
La figura se asocia al servicio civil de carrera y a la profesionalización. Como de este lado no hay muchos antecedentes (salvo algunos experimentos en Tijuana, en Texcoco y en la delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México) es difícil pensar en que de arranque se pueda contratar a alguien con experiencia en esos menesteres. Cabada se ha acercado con el alcalde de El Paso y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México que implementó  una figura parecida en torno a la Agencia de Control Urbana y por lo visto de ahí vienen sus proyecciones.
El tema da para discusión, análisis y reformas de fondo mientras que el anuncio del sábado sonó muy apresurado.
Pero Cabada no tendrá mucho tiempo para hacer las innovaciones que busca (su gestión ni siquiera durará los dos años completos) así que parece que sus apuestas van a ser arriesgadas.

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Quien parece que seguirá aprovechando el vuelo que agarró es el alcalde Javier González Mocken. En la Presidencia Municipal ya lo ven los funcionarios con la mira bien puesta en el 2018 precisamente para buscar competirle a un independiente Armando Cabada que ya se anticipa buscará la reelección.
Mocken seguirá jalando reflectores en todas las obras que concluirán de aquí a octubre y ayer empezó las reuniones que hará casi a diario para preparar el último Informe.
El secretario técnico, Miguel Ángel Calderón, deberá trabajar para “pulir” el documento del informe que se tiene ya muy avanzado con la información de todas las dependencias y que se presentará al público el 8 de octubre en el Centro Cultural Paso del Norte.

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Un chihuahuense dio la cara por el país, asegurando la primera medalla de la delegación mexicana en los Juegos de Río de Janeiro. El boxeador Misael Rodríguez tiene la de bronce en la bolsa pero podría dar todavía una satisfacción dorada. Ojalá siga ganando porque los resultados han sido patéticos para la delegación mexicana.
El parralense se enfrentará el jueves al representante de Uzbekistán, Bektemir Melikuziev y si gana irá por el oro en la categoría de los 75 kilogramos.
Otro chihuahuense, Christian Bejarano, le dio la última medalla en boxeo a México. Fue en Sidney 2000 cuando se trajo otra de bronce.

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