Opinion

1964, la lección pendiente

Carlos Murillo M.
Abogado

2015-07-04

“El presidente de la República Adolfo López Mateos logra acuerdo sobre El Chamizal con su par de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, así que ambos mandatarios visitarán Ciudad Juárez hoy, 25 de septiembre de 1964, para formalizar el acuerdo por el que, en un hecho histórico, Estados Unidos le regresará a México el territorio en disputa”, así narraba por radio algún locutor de la época de oro del periodismo juarense, en la década de los sesenta, cuando en esta ciudad comenzó una iniciativa para la transformación económica, educativa y cultural promovida por el gobierno mexicano. Pero algo no funcionó como debería.
1964 es un año que dejó huella en el mundo, por ejemplo, en un hecho inédito los Beatles ocuparon los 5 primeros lugares de la lista Billboard, la Ford estrena el Mustang en la Expo Car de Nueva York, en Colombia se forman las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Quino crea a Mafalda en Argentina, en Corea del Sur, Park Ching Hee, declara ley marcial en Seúl, luego de que 10 mil estudiantes se manifestaron y superaron a la policía, en Sudáfrica sentencian a cadena perpetua a Nelson Mandela, en Saigón, Vietnam del Sur, Mguyen Khanh exhorta a expandir la guerra hacía Vietnam del Norte y en México gana las elecciones Gustavo Díaz Ordaz. Todos sabemos lo que sucedió después.
En nuestra frontera, 1964 representa también el último año del Programa Bracero, con el que mano de obra mexicana fue a los campos de Estados Unidos a cosechar la tierra, además de ser un año de una floreciente economía del entretenimiento en el Centro de Juárez, con espectáculos de primer nivel, orientados al público gabacho, de ahí el estigma de ciudad de la perdición, además de ser el paraíso de los divorcios, porque aquí era legalmente posible divorciarse en unas horas, lo que complementaba al turismo que quería divertirse y también podía divorciarse aprovechando el viaje.
Durante la visita presidencial de 1964 en nuestra ciudad, Adolfo López Mateos inauguró las instalaciones del Tecnológico de Juárez, el Centro de Convenciones (conocido como Teatro del INBA) y Museo del INBA y dio el banderazo del Programa Nacional Fronterizo (Pronaf), que pretendía detonar la economía en una alianza del gobierno con la iniciativa privada.
Y, en la Colonia Altavista, un asentamiento popular de la frontera, López Mateos inauguró un complejo deportivo con un graderío majestuoso al que fácilmente le caben 8 mil almas, que protege un campo de futbol con pista de velocidad y una impresionante alberca olímpica.
En septiembre de 1964, el presidente municipal de Ciudad Juárez era el Lic. Aureliano González Vargas, quien era suplente de don Félix Alfonso Lugo, después el regidor Félipe Dávila Baranda sustituyó a González Vargas y finalizó el trienio Felipe Dávila Borunda, la historia nos dice que estos cambios fueron producto de una época de inestabilidad política provocada por pleitos internos entre los grupos del partido en el gobierno, pero es un caso digno de estudio para los abogados que son fanáticos de la complejidad del mundo legal y los analistas políticos que tratan de darle sentido al mundo de lo público.
En la gubernatura se encontraba el general Práxedes Giner Durán, uno de los últimos militares con actividad política en México, ya que al finalizar la década de los sesenta, los soldados de rango dejaron de participar activamente en política y el ejército se regresó a los cuarteles, todos sabemos porqué.   
Quizá el Gobierno Federal sabía algo, en ese 1964, la Sierra Tarahumara se convirtió en el rincón de la izquierda revolucionaria, en Tomochi y Madera se concentró un grupo armado que deseaba prender la mecha de la segunda Revolución Mexicana por las profundas desigualdades sociales, y en 1965, dos días antes de cumplir un año de la visita del presidente Adolfo López Mateos a Juárez, la autonombrada “Liga 23 de Septiembre” liderada por Arturo Gámiz y Pablo Gómez, perpetraron el asalto al cuartel militar de Madera, que resultó ser un fracaso operativo, pero un triunfo para las luchas populares en las páginas de la historia de Chihuahua.
El ataque al cuartel de Madera se sumó a los prolegómenos de los movimientos sociales más emblemático de América Latina, pero tuvieron que pasar 30 años para que el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, retomara las causas de la Liga 23 de Septiembre y cambiara el rumbo de la historia, México ya no volvería a ser el mismo después de aquel primero de enero de 1994.
Regresando a nuestra época y haciendo un corte de caja de aquella visita presidencial del 1964, hoy el Tecnológico de Juárez sigue siendo una institución fuerte en la educación superior, el Museo del INBA se ha consolidado como un centro cultural en la frontera, el Teatro del INBA sigue operando a pesar de que en algún momento quisieron demolerlo, el Pronaf se quedó como un simple membrete, seguramente la inversión que se hizo en empresas privadas generó empleos en el corto plazo, pero es obvio que cincuenta años después sólo quedó el recuerdo. La Colonia Altavista se fue hundiendo en la marginación, durante los últimos treinta años se ha distinguido más por sus picaderos que por sus escuelas o parques.
Hoy en día, Ciudad Juárez acaba de superar otra prueba, en este caso no es la guerrilla popular en contra del Estado, la que atacó como en 1965. Lo que por aquí pasó fue la guerra entre los cárteles de la droga y, después de cuatro años de enfrentamiento entre pandillas y de ser rehenes de la violencia, los juarenses hemos logrado salir del terrible bache.
Los gobiernos de las tres esferas de gobierno y la sociedad civil, decidieron enfrentar el problema y lograron controlar los índices delictivos. No quiere decir esto que el problema haya terminado, al contrario, apenas podemos contar un respiro prolongado para la sociedad chihuahuense y hay que aprovecharlo.
Como si fuera un tsunami, al bajar la marea podemos ver los daños causados por la naturaleza, los rastros de la guerra están en las calles y los rostros en los hogares, han disminuido considerablemente los homicidios que se generan por el crimen organizado y han aumentado los delitos relacionados con la violencia familiar. Aunque para algunos, no es que hayan aumentado los delitos de violencia familiar, sino que se han visibilizado, porque al bajar el número de delitos de alto impacto, se notan más estos delitos menores, definitivamente no se habían ido.
El caso es que hoy tenemos una agenda distinta a la del 2010, los juarenses tenemos la oportunidad de volver a comenzar y no volver a cometer los mismos errores, ya que la recuperación de empleos avanza de manera acelerada y pronto regresaremos al empleo pleno como hace 20 años, pero no podemos echar las campanas al vuelo.
La iniciativa del Gobierno del Estado, donde están integrados los representantes de la sociedad civil, de salir a las calles con un Plan de Intervención Social comenzó precisamente en la Colonia Altavista, en el Complejo Deportivo Revolución, el mismo lugar que hace 51 años inauguró Adolfo López Mateos, en ese lugar icónico de nuestra frontera y que había sido olvidad, en ese lugar emblemático el gobernador César Duarte Jáquez junto al presidente Enrique Serrano Escobar, dieron el banderazo de arranque para que todos los funcionarios de los gobiernos estatal y municipal vayan a 47 colonias con condiciones vulnerables a levantar los datos que permitan un diagnóstico real, pero además a gestionar lo más urgente en términos de salud, educación, trabajo y desarrollo social y humano, casa por casa.
Las circunstancias de este 2015 en Ciudad Juárez son favorables, es el momento ideal para hacer el trabajo que antes nos faltó, juntos sociedad y gobierno debemos articular esfuerzos para impulsar el desarrollo social de las familias más vulnerables, de no hacerlo estaremos volviendo a repetir los mismos errores del pasado.

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