Opinion

La Columna

De Los Reporteros

2015-06-29

-Mientras que aprueban aumentar a 36 el número de diputados, se la ponen difícil a los ciudadanos que aspiraban contender electoralmente al margen de los partidos

-Convierte PAN en un merequetengue el Congreso, sorprenden a priistas con la toma de la tribuna y pretenden invalidar la votación porque no había condiciones para llevar a cabo la votación de la reforma electoral

Con el grupo parlamentario del PAN volcado en contra y a la de “esta reforma pasa porque pasa” por parte de los legisladores del PRI, el Congreso del Estado aprobó por mayoría la reforma política estatal, que limita el acceso a las candidaturas independientes a quienes tienen hasta tres años de militancia en un partido, esto es, frena de tajo a todos aquellos que ya estaban planeando irse por la vía de las candidaturas ciudadanas si sus partidos no los favorecían con la postulación. Son muchos los que consideran que la dedicatoria más clara en este sentido es para Héctor “Teto” Murguía Lardizábal, quien ya había deslizado a través de sus incondicionales esa alternativa, y, si acaso, para Marco Adán Quezada, al menos en cuanto se refiere a los cuadros del Revolucionario Institucional.

A los chiquipartidos les fue bien, porque se aprobó que permanezca el 2 por ciento como votación mínima para que conserven su registro en el estado, pero eso sí, para que gocen de prerrogativas tendrán que obtener al menos el tres por ciento del total de sufragios.

Otro de los puntos aprobados fue incrementar de 33 a 36 el número de diputados. Lo dicho, los legisladores y sus partidos ven por ellos y no por el bien de los ciudadanos a los que se supone representan. Las encuestas más serias han demostrado que el clamor popular es que se reduzca el número de legisladores –principalmente el de los de representación proporcional o plurinominales–, pero aquí se les ocurrió que hacen falta tres más. Como si lo ocurrido ayer en el pleno no fuera una clara muestra de que el papel de integrantes del Congreso está más devaluado que la economía griega. Además, tres nuevos diputados serán una carga económica muy pesada para las de por sí afectadas finanzas estatales.

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Pero al margen de lo aprobado, la nota del día fue el merequetengue en el que se convirtió el Congreso del Estado. El grupo parlamentario tricolor llevaba el dictamen listo para ser votado, si acaso con un debate que en realidad de poco serviría, porque la intención era que fuera aprobado por mayoría. Pero no esperaban la sorpresa que les tenían preparados los albicelestes, quienes bajo el argumento de que no podían votar una reforma de la que desconocían los pormenores –aseguran que el proyecto de dictamen le fue enviado únicamente a su coordinador César Jáuregui, después de las 23 horas del domingo– y al considerar que se impondría el mayoriteo aunque se debatiera el tema, tomaron la tribuna y boicotearon la sesión.

Hablando en términos futbolísticos, les metieron un gol. En cuanto el diputado Jesús José Díaz Monárrez terminó de leer el dictamen de la de Trabajo, Rogelio Loya subió al pódium para anunciar que decidieron tomar la tribuna. De inmediato el sistema de sonido fue apagado, pero para entonces, ya un numeroso grupo de panistas, llevados hasta ese lugar por los dirigentes estatal y municipal (de Chihuahua) de Acción Nacional, empezaron a gritar y hacer ruido con unas quince matracas al tiempo que alzaban pancartas en las que se leía “Ni un diputado más”, “Congreso mudo”, “Congreso sometido”, “Sí a la democracia”, entre otros mensajes.

Los legisladores priistas decidieron suspender la sesión y se trasladaron a otra sala dentro del edificio legislativo y ahí decidieron que la reforma “pasaba porque pasaba” y se regresaron al salón de sesiones, pero no los dejaron tomar sus lugares. Improvisaron un sistema de sonido que de nada les valió, ya que la lectura del dictamen por parte de la diputada tricolor juarense Laura Domínguez no se escuchó –el ruido que hacían los panistas continuaba siendo ensordecedor–. De cualquier manera llamaron a votar y obtuvieron mayoría, solo el PAN continuaba manifestándose en contra.

Mientras que los panistas dijeron que no les dejaron otra opción, los priistas señalaron que el PAN ya dio muestras de que su camino es la anarquía.

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De acuerdo a información oficial, la reforma quedó aprobada por 25 votos, tres más de los 22 requeridos para modificar la Constitución, entre los cuales cuente a los priistas, menos uno, y a los diputados de chiquipartidos. En contra estarían los siete del PAN y una abstención, que aparentemente sería de Eloy García Tarín, del PRI.

Para el PAN las cosas no se pueden quedar así. Los diputados albicelestes se reunieron para discutir acciones legales posteriores y determinaron invalidar la sesión por la vía legal, esto es, recurrirán a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ampararse en contra de la aprobación de la reforma con el argumento de que no había condiciones para el desarrollo de la sesión. Básicamente argumentan que durante el caos, ni se escuchó la lectura de la iniciativa y tampoco se pudieron contar los votos. Entonces, todo apunta a que la reforma terminará judicializada.

Paralelamente, ayer mismo trascendió que algunos ciudadanos militantes de diversos partidos políticos y buscarían ser candidatos independientes, también apelarían al máximo tribunal alegando que esa ley vulnera sus garantías políticas.

En primera instancia, la aprobación está ganada por el PRI. Ahora los que vayan a la impugnación, de cualquier tipo, lo harán para tumbar una reforma constitucional vigente en cuanto sea publicada en el periódico oficial, lo que podría ser mañana mismo o hasta que se haya enfriado la polémica.

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Por cierto, los panistas se están especializando en eso de las impugnaciones. Ayer informaron que luego del fallo adverso en la denuncia por su participación en horario hábil en una conferencia de prensa del PAN durante las campañas políticas, decidieron que van a impugnar esa resolución del Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación.

Aseguran que ellos no participaron de manera activa en la conferencia en cuestión, nomás atendieron un citatorio que les hicieron sus autoridades partidarias. “Acudimos, pero no participamos y en ese sentido sentimos que la resolución de la Sala es mucho más política que legal”, dijeron los albicelestes. Y agregaron que esa instancia aplica criterios de celeridad diferentes para cada caso, porque, señalan, resuelven con prontitud los casos en contra de la oposición, pero en casos como la denuncia presentada el año pasado en contra de la actual diputada electa, Adriana Terrazas Porras, acusada de malversar fondos cuando era titular de la Dirección General de Desarrollo Social, ni siquiera se le ha dado seguimiento. Así las cosas.

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Si ya a nivel federal existe jurisprudencia acerca de los matrimonios igualitarios, gay o como se les quiera llamar debido a la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al respecto. Y, además, el Registro Civil aquí en Chihuahua ya casa a parejas del mismo sexo sin la necesidad de que tramiten un amparo, por qué no abordar el tema en el Congreso local y darle legalidad a lo que ya no tiene marcha atrás.

Ya lo dijo el coordinador del Registro Civil en Juárez, Iván Peña Zapién: “Aunque el Congreso del Estado no haya aprobado las reformas al Código Civil –en las que se contemplaban los enlaces del mismo sexo–, esos matrimonios ya se pueden realizar”.

El propio gobernador César Duarte ha dicho que si ya hay jurisprudencia, y las posiciones son muy claras, en pro y en contra, es responsabilidad del Congreso definir. “Está en su ámbito de responsabilidad”, señaló.

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