Opinion

Una política desconcertante

Javier Cuéllar
Analista político

2015-06-27

Los intereses políticos del "pandillerismo" partidario legislativo en Chihuahua están enfocados en la reforma electoral del estado, porque ahí se confeccionarán las reglas con las que habrán de celebrarse los comicios estatales del próximo año, cuando se elegirá gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
De inmediato cada gavilla enseñó el cobre. Los legisladores del PAN, que quieren chamba para más diputados, porque han encontrado en las curules un cómodo y lucrativo modo de vida, cuando el clamor ciudadano es que los miembros del Congreso, de todos en el país, deben reducirse eliminando por lo menos a los diputados plurinominales, que a nadie representan, por constituir un oneroso gasto inútil. Y también deben ser suprimidos los minipartidos, estos deben irse al cuerno pero los actuales diputados quieren que las exigencias establecidas para conservar el registro, y el consiguiente acceso a los dineros públicos, sean más pequeñas, aunque la tendencia popular está marcando la desaparición de esas "pulguitas de la política", que han encontrado en su existencia una veta muy lucrativa para medrar los dineros públicos. Total, todos quieren asestar más y más grandes tarascadas a los dineros del pueblo sin trabajar. Un 3 por ciento de la votación es de por sí un porcentaje ridículo para mantener gañanes.
Pero el tema delicado reside obviamente en la sucesión de César Duarte Jáquez en la gubernatura y esta semana las cosas dieron un vuelco desconcertante con la decisión del gobernador de nombrar al ingeniero Héctor Murguía Lardizábal, quien aspira a ese cargo, como secretario de Políticas Públicas de su gobierno, un hecho que a muchos los ha llenado de confusión y zozobra. Cuando casi todos estábamos ciertos de que el candidato oficial del partido tricolor sería el licenciado Enrique Serrano, porque así se veían correr los vientos, se da este nombramiento que considero empareja en la cancha a todos los contendientes al interior del PRI. ¿De qué se trata? ¿A qué extraño juego está retozando el primer priista del estado? ¡Necesito que alguien me explique!
Para entenderle a este embrollo no debemos perder de vista algunos principios de la política nacional: Primero, el gran elector de las gubernaturas de todos los estados es el presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto (a quien le deseamos una pronta recuperación de su cirugía de vesícula biliar), atendiendo una regla no escrita de las leyes políticas de nuestra república gobernada por el partido tricolor. Segundo, el gobernador podrá proponer, presentar, recomendar, pero quien toma la decisión final será siempre el primer mandatario del país consultando, si tal le da la gana, a sus principales asesores o amigos de ese nivel. Tercera, durante el mandato presidencial de un priista, jamás un gobernador ha podido imponer a su sucesor, eso sería tanto como alterar el orden político establecido que todos sabemos es más difícil que alterar el orden cósmico.
Luego entonces, ¿qué está pasando?
Tal parece que con las experiencias ocurridas en los estados de Nuevo León y Michoacán en las pasadas elecciones, el CEN del PRI no quiere que priistas de hueso colorado, que extrañamente tienen una gran fama y un respetable arraigo popular se rebelen participando en las contiendas como candidatos independientes o abanderados por otros partidos y de ribete les ganen las elecciones. Así es que, si el PRI tiene entre sus filas candidatos ganadores y los va a postular, independientemente de las malas querencias que algunas personalidades cupulares tengan contra ellos con tal y que estas malquerencias no sean del presidente de la República.
Esto traerá un poco de aire fresco y justicia política al interior del partido tricolor. ¿Cuál justicia? ¿Cuál aire refrescante? Bueno, al menos que se siga jugando con las reglas tradicionales del viejo PRI que todos conocen. O sea, darle su lugar al gran elector. Bien nos dice el filósofo de Güémez: “En política hay que hablar de democracia… pero la palabra del jefe es mayoría”.
¿Será por esa posibilidad de rebelión exitosa de los disidentes despechados que la gran tarea del Congreso del Estado se está orientando por diseñar la institución de las candidaturas independientes con un gran número de candados que al final resulte ser imposible para cualquier enojado el postularse por tener un defecto de origen? ¿Cuál defecto? ¡Pues el haber pertenecido a cualquier partido político! Eso imposibilitaría cualquier rebelión en las próximas elecciones. Pero este candado traería como consecuencia que se desacatara la orden del centro y eso no lo van a pasar por alto los dirigentes nacionales del PRI.
Las elecciones verdaderas se dan al interior de los partidos, los ciudadanos solamente tenemos el sagrado derecho de votar por un candidato que eligieron otros.
En fin, cosas extrañas e inéditas están pasando en el proceso de la selección del candidato del PRI a la gubernatura del estado.

La amenaza del Estado Islámico

Los violentos y mortíferos atentados terroristas perpetrados por el Estado Islámico en localidades de tres continentes afectando a Kuwait, Túnez y Francia, es una prueba clara de que la guerra santa iniciada contra Occidente sigue en pleno desarrollo y que los países occidentales deben tomar medidas más efectivas para detener el avance del fundamentalismo islámico en sus territorios.
Se han pasado por alto las advertencias de muchos líderes de opinión en ese sentido y las fronteras de las naciones bajo agresión siguen igual de permeables a esa invasión silenciosa, que de un momento a otro se vuelve violenta y deshumanizada a más no poder. Mientras tanto, norteamericanos como el señor Donald Trump enderezan sus baterías contra los inofensivos latinos y mexicanos que lo único que quieren es trabajar y realizar las tareas más modestas que muchos estadounidenses desdeñan. Tal parece que la política migratoria del coloso del norte está pésimamente orientada con tintes racistas más que de seguridad nacional. Su verdadero enemigo está ya en el corazón del imperio y no quieren darse cuenta de ello.
Cloaca abierta en la
Dirección de Ingresos

Por las oficinas de la Tesorería del Municipio de Juárez se corre un insistente rumor en el sentido de que -derivada de una investigación anticorrupción ordenada por las más altas autoridades del Municipio- se descubrió una cloaca en la Dirección de Notificación y Cobranza de esa dependencia, de tal manera que la cabeza del director de esa oficina, señor licenciado Antonio Ávila Gándara, pende de un hilo al habérsele encontrado una serie de extorsiones para con algunos selectos miembros de su personal administrativo, a quienes ha estado entregando jugosos “estímulos”, sin merecimiento alguno, a condición de que “se pongan la del Puebla”. Micha y micha, lo cual ha ido en detrimento de las arcas municipales y sobre todo del personal de campo que ha visto esfumarse sus premios por eficiencia para distribuirlos entre sus favoritas bajo ese esquema.
Evidentemente esa maniobra no ha sido del agrado del tesorero municipal y mucho menos del presidente que están luchando por eficientar esa área tan importante de la administración, porque involucra los ingresos del ente gubernamental que se han visto disminuidos por esa corruptela, y desdibujada la imagen de las altas jefaturas. Sólo nos falta por detallar nuestra información, pero tal parece que el enlodado y sus coaligados serán despedidos a la brevedad posible. ¿Nomás despedidos? ¡Nada de eso! Debe abrirse una indagatoria ejemplar para que estas maniobras no se multipliquen y los empleados del Municipio observen una conducta, ya no digamos proba sino, al menos, moderada.

X