Opinion

Tengo calor maestra

Fernando Chacón Corral

2015-06-26

Martita no se podía concentrar en lo que la maestra dictaba, apenas y tenía fuerzas para sostener la mirada; al respirar, ella sentía un fuego sofocante que le secaba la boca.

La maestra paró de dictar cuando se percató que Martita se miraba como ausente, con la tez pálida y los labios secos. “¡Martita! ¿Estás bien, necesitas algo?”, fue en ese momento que Martita luchaba por estructurar las palabras en su mente pero no salían mas que balbuceos apenas comprensibles. Esto alarmó a la maestra y se dio cuenta que Martita no era la única. Todos en el salón se sentían sumamente acalorados, no había aire y los bebederos se encontraban sin agua. Un infierno.

La estudiante de secundaria, de 13 años, comenzó a ver la silueta de la maestra borrosa, apenas y le era comprensible lo que pasaba. Momentos después se desvaneció. Un golpe de calor envió directamente a la joven al hospital más cercano.

El caso de Martita y lo que le ocurrió, puede sucederle a decenas de estudiantes que toman clases en la misma situación: Una infraestructura escolar que carece de aire acondicionado y en ocasiones sin suministro de agua ante las altísimas temperaturas que afectan la salud de alumnos y maestros.

En lo particular, desde hace cuatro años, la Secundaria Técnica número 95, ubicada en el fraccionamiento Vista Los Ojitos, trabaja en 14 aulas móviles, en medio de un lote baldío en el que se ha tenido que improvisar la instalación de servicios básicos, según dice el director del plantel, Jesús Antonio Mercado (“Por calor mandan a su casa a grupos de alumnos”. El Diario de Juárez Chávez Francisco 19-Junio-2015”. Por esa razón –y de manera muy sensata– el director del plantel decidió suspender clases para no exponer a sus alumnos a un golpe de calor.

Del mismo modo que las empresas velan porque sus trabajadores desarrollen su actividad en un entorno adaptado a sus características y necesidades, para que no influya en una baja en la productividad, los centros educativos deben evaluar y acomodar los espacios escolares para que tanto los docentes como los alumnos puedan llevar a cabo la actividad académica en óptimas condiciones, obtener el mayor rendimiento posible de la luz natural, no exponerse de forma continua a niveles elevados de ruido o evitar cambios bruscos de temperatura, son algunas pautas que los especialistas en ergonomía escolar recomiendan aplicar en las aulas. 

Los espacios escolares influyen sobre los resultados académicos de los alumnos. Así lo confirman distintas investigaciones realizadas en torno al impacto que las condiciones ambientales y ergonómicas de los centros educativos tienen en el rendimiento de los estudiantes y en la labor de los docentes.

El profesor de la Universidad de Durham (Reino Unido) Steve Higgins, en su revisión literaria “El impacto de los ambientes educativos”, subraya una evidencia clara de que “ambientes de aprendizaje extremadamente pobres tienen un efecto negativo en los estudiantes y el personal docente”, así como que, al mejorarlo, “se obtienen beneficios significativos”.

El Real Decreto 486/1997 de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud que deben cumplir los lugares de trabajo, recoge que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios (como las escuelas) “estará comprendida entre 17° C y 27° C”. Según las indicaciones del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, para respetar estos criterios, en invierno, al llevar ropa de abrigo, la temperatura debe mantenerse entre 17° C y 24° C y en verano, al usarse ropa ligera, los parámetros se sitúan entre 23° C y 27° C.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), trabaja en la actualidad en un estudio piloto internacional para evaluar la calidad de los espacios educativos de sus países miembros. México en general, y Ciudad Juárez particularmente, deberían atender estas recomendaciones que no son más que las condiciones mínimas que necesita un estudiante para desarrollarse en su entorno escolar.

Al margen de que hayan decidido recortar el actual ciclo escolar, las autoridades educativas en conjunto con otras instancias de gobierno, deben identificar estas problemáticas que tanto afectan a nuestros estudiantes y encontrarles solución.

De Martita no sabemos más, pero ojalá y ahora esté disfrutando de un buen cono de nieve.

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