Opinion

Vote. No anule

Leonardo Valdés

2015-05-29

Distrito Federal- La democracia, al final (aunque tal vez desde el principio), no es más que un discurso. Una disertación que se nutre de otras prédicas en las que ciertos valores y prácticas ofrecen elementos para la convivencia pacífica de creencias e intereses a veces coincidentes, pero la mayor de las veces encontrados. La argumentación democrática lo es, en la medida en que le da paso al disenso y sirve para buscar el consenso. Claro está que a la moderna democracia no la podemos imaginar sin un método de selección de gobernantes y representantes que permita que la pluralidad se exprese y se conformen la mayoría y las minorías que la condensan.

Por eso, lector amigo, lo invito a votar y a no anular su voto. Para ello, le comparto una serie de claves que le pueden ayudar a tomar las decisiones correspondientes. En primer lugar, escuche todos los discursos. No se niegue a conocer los argumentos y a valorarlos. Escuche las razones de los que llaman a no votar, las de los que invitan a anular y las de los diversos contendientes. La democracia incluye todas esas voces. Incluso las de aquellos que, en el fondo, quieren transformar el régimen político. Lo democrático es escucharlos.

Reflexione sobre la diferencia de elegir a un representante y a un gobernante. No tienen las mismas funciones y sus responsabilidades son diferentes. Unos, los diputados, están obligados a llevar la pluralidad de opiniones al órgano que hace leyes (federales o locales) y se encarga de aprobar los presupuestos de egresos. Otros, los gobernadores, presidentes municipales y jefes delegacionales, administran esos recursos y son los responsables del funcionamiento de la administración pública.

Con eso en mente, decida su voto tomando en cuenta algunas cuestiones. Si usted se identifica con el programa de un partido, con la trayectoria de sus dirigentes y con el discurso de sus candidatos, no lo piense más: vote por ese partido, para diputado federal y/o para diputado a la Asamblea Legislativa, o del Congreso local de su estado.

Ahora bien, si usted observa que de acuerdo a las encuestas es muy difícil que el candidato de su partido, en su distrito, pueda ganar; de todas maneras vote por ese partido. Cada voto se agregará al total que le dará representación proporcional.

Si, por casualidad, usted está preocupado por el registro legal del partido de su preferencia; tampoco lo dude, vote por esa opción. Cada partido tiene que obtener al menos el 3% de la votación de diputados federales, para permanecer.

Para la elección de gobernantes, tome mucho más en cuenta la trayectoria y el perfil de los candidatos. Analice sus propuestas, su desempeño en los debates (si los hubo) y su capacidad competitiva de acuerdo con las encuestas publicadas. Si llega a la conclusión de que su candidato puede ganar, vote por él. Si su candidato no es competitivo, analice cuál de los punteros se acerca más a su forma de pensar. Si ese es postulado por una coalición que incluye a algún partido que no le gusta, vote por todos los partidos que conforman esa coalición; su voto contará para el candidato, pero no para los partidos.

En fin, el próximo 7 de junio vote. No anule. No desperdicie su voto.

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