Opinion

¿Peligro electoral?

Javier Cuéllar

2015-05-26

El proceso electoral del 7 de junio se encuentra a sólo unos cuantos días y el panorama que se observa en el país resulta alentador, si hemos de tomar en cuenta el estado de cosas que nos dejó el sexenio del presidente Felipe Calderón, con los cárteles del narcotráfico empoderados a más no poder en todas las regiones del país. Tal vez la situación más difícil era la que privaba en Michoacán, donde el narcopoder era soberano, ejerciendo el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial en un sólo mando a cargo de los caballeros templarios. Ese fenómeno ha sido ya controlado por el régimen del presidente Peña Nieto reduciéndolo a niveles manejables.

Sin embargo, de cara al inminente proceso electoral, nos quedan aún importantes regiones por atender: “Mataulipas” es la más peligrosa porque ahí el narcopoder no ha cejado en su acción de violencia salvaje y, aunque las fuerzas armadas se han abocado en esa zona, no han podido controlar su virulencia, a la que no podríamos llamar insurgencia porque carecen de una ideología aglutinante y tan sólo los inspiran sus negocios millonarios relacionados con el trasiego de la droga. Es, netamente, un asunto de delincuencia organizada que no debe ir más allá de la represión de los delincuentes. Esto puede obstaculizar la elección en esa comarca por la inseguridad.

Otra de las regiones de nuestro país donde el proceso electoral se encuentra en riesgo es el área comprendida por los estados de Guerrero y Oaxaca, donde nos encontramos una violencia asesina, incendiaria y lapidaria distinta, aunque no por ello menos nociva. Ahí sí encontramos una raíz de insurgencia con ideología aglutinante, con destellos independentistas y donde el gobierno en sus tres niveles se encuentra secuestrado y temeroso, al grado que está siendo extorsionado por las hordas magisteriales que le sacan todo el dinero que quieren y hacen con él lo que les viene en gana. Los profesores se han dado cuenta de ese pavor gubernamental y lo explotan cada día con más entusiasmo al grado que se han hecho odiosos por la ciudadanía que vive de buena fe y que tarde o temprano habrá de rebelarse.

Ahí el proceso electoral se encuentra en peligro porque es el magisterio quien tiene en sus manos el 60 % de las locaciones donde se celebrarán las elecciones y eso le da una capacidad suprema para obstaculizarlas. Pero ahí el propio INE tiene la culpa, puesto que puso deliberadamente en manos de los maestros el arma con que pueden atacarlo, además de que se pueden organizar disturbios adicionales que afecten al otro 40 % del andamiaje electoral que no está directamente en sus manos. Esto puede entorpecer las elecciones.

Otra de las comarcas donde el proceso electoral se puso recientemente en riesgo fue en el estado de Jalisco y zonas colindantes donde el Cartel Jalisco Nueva Generación pretendió imponer sus reales en una región que en general siempre ha sido gobernada por poderes mafiosos, desde los Zuno hasta los Cossío Vidaurri y puntos intermedios y, sin embargo, el CJNG trató de subírsele a las barbas al gobierno federal en una serie de acciones, entre las cuales destaca el derribo de un helicóptero lleno de soldados de élite que puso en entredicho al gobierno constitucional.

La respuesta no se hizo esperar y el escenario fue en un rancho en la localidad de Tanhuato, en el colindante estado de Michoacán, donde la contundencia de las fuerzas federales fue inequívoca puesto que de 45 mafiosos del CJNG fueron abatidos 42, en una acción policiaca que desató inmediatamente los rumores de masacre al grado que el señor Monte Alejandro Rubido, comisionado nacional de Seguridad, se vio obligado a asegurar “que los disparos de las Fuerzas Federales en contra de un grupo de delincuentes, durante un enfrentamiento el viernes pasado en un rancho de Tanhuato, Michoacán, se hicieron a una distancia considerable de donde se encontraron los 42 cuerpos sin vida y que todos dieron positivos a la prueba de rodizonato de sodio, lo que acredita que todos dispararon armas de fuego en contra de la policía”. O sea, que no fue una masacre a sangre fría. ¿42 de 45? ¡Claro que no!

Por lo tanto, decir que el proceso electoral se encuentra en peligro en seis mil secciones electorales, entre las que se incluyen las de Ciudad Juárez, es una exageración. Ahora falta ver cómo vencen al abstencionismo.

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