Opinion

Frankenstein electoral

Pascal Beltrán del Río

2015-05-21

Distrito Federal- La declaración más honesta en esta temporada electoral se la escuché el miércoles a Luis Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado. La más reciente Reforma Política, dijo, “no ha funcionado y tal parece que no sirvió”.

Ha sido costumbre en este país cambiar las reglas para el funcionamiento de la arena electoral y el acceso al poder prácticamente cada sexenio.

En la época autoritaria, la de los presidentes fuertes, cada uno quería dejar su huella impulsando una reforma que lo hiciera ver como un hombre que, mediante concesiones graduales a la oposición, lo hiciera ver más demócrata que su antecesor.

Cuando las concesiones y el hartazgo ciudadano pusieron en peligro la hegemonía del PRI, el presidente Ernesto Zedillo negoció concesiones aún mayores con la oposición.     

Y desde que la partidocracia reemplazó al sistema de partido de Estado, las tres principales fuerzas políticas se han puesto de acuerdo para repartirse el poder.

En 2007, tras la polémica elección presidencial del año anterior, los partidos negociaron una reforma que sacaba de la comunicación de las campañas a todos menos a ellos y al IFE (hoy INE). Se prohibió que ciudadanos en lo individual o en grupo que no fueran partidos con registro hicieran proselitismo.

Eso pudo haber acabado con la desconfianza hacia todos los que no formaran parte del club de la partidocracia, pero no desterró la desconfianza entre ellos mismos.

La siguiente Reforma Política, la que fustiga Barbosa, propuso: 1) que cada uno de los tres principales partidos pusiera en ella una o varias de sus prioridades, con lo que acabó siendo una ensalada de elementos inconexos, y 2) tener una serie de reglas draconianas, de improbable cumplimiento, que condenaba al infierno a quien no las respetase.

En los hechos ha sido una especie de acuerdo prenupcial en el que las partes se comprometen a ser fieles, pero se retiran de inmediato a gozarla con su respectivo amante.        

Las principales desconfianzas entre partidos eran por el acceso de los contrincantes al dinero privado que fluye por debajo de la mesa, y el uso de la comunicación por parte del adversario.

Durante el debate del miércoles en la Comisión Permanente, Barbosa criticó que en lo que va de la temporada electoral “hemos visto los mismos vicios, como el rebase a los topes de gastos de campaña, dinero privado en las campañas, señalamiento de manejo de recursos públicos, de programas federales y locales, y eso involucra a todos...”       

Y, espérese senador, que el Frankenstein de normas enmarañadas que ustedes aprobaron todavía no se levanta y se pone a caminar.

Apuntes al margen

*El ajuste a la baja de la tasa previsible de crecimiento de la economía va de la mano de la caída de la producción petrolera del país. El Banco de México está preocupado con la evolución de las finanzas públicas debido a la caída del precio del crudo y de los niveles de extracción. En abril de 2014 se produjeron 2.478 millones de barriles al día, mientras que en abril pasado la cifra diaria bajó a 2.201 millones.

*Es necesario preguntarnos cuánto ha tenido que ver en esa reducción el accidente en el complejo o “activo” Abkatún Pol Chuc, a principios de abril. De acuerdo con Pemex, la extracción bajó 118 mil barriles diarios entre marzo y abril de este año. El complejo, en la Sonda de Campeche, comenzó a producir en 1980 y después de un pico de 750 mil barriles diarios, en 1996, hoy se extraen poco menos de 300 mil.

*O se extraían... Pemex sostiene que sólo una parte de la producción del activo ha sido comprometida, pues el incendio se dio en la plataforma principal, llamada Permanente-A. Lo que no se ha dicho es que el accidente pudo prevenirse, pues desde 2010 el administrador en turno del complejo alertó sobre la falta de mantenimiento. Hoy hay varios trabajadores muertos y decenas de miles de barriles menos al día.

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