Opinion

Constructores de Juárez

Oscar F. Ibáñez

2015-05-20

“Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado. Hay otras fuerzas actuando en el mundo además del mal”.

Gandalf

El once de mayo la ciudad perdió repentinamente a un líder que tenía casi dos décadas formando a una parte muy importante de la próxima generación de juarenses, el Padre Carlos Márquez Horta párroco de Nuestra Señora de la Paz en Pradera Dorada. Un día antes, recordábamos el décimo aniversario de la muerte de un gran líder histórico de nuestra comunidad, el primer Obispo de la Diócesis Don Manuel Talamás Camandari. Y este año se cumplieron veinte años de la muerte del señor Villarreal como la mayoría de la gente conocía al ex alcalde Francisco Villarreal. De distintas maneras, estos tres líderes fueron constructores de Juárez en su dimensión más profunda: su gente.

Curiosamente los tres personajes eran oriundos de la ciudad de Chihuahua, y los tres al llegar a Ciudad Juárez asumieron a plenitud su nueva tierra, y se entregaron totalmente en la construcción de la comunidad; los tres con distintas vocaciones, énfasis y estilos, pero indudablemente todos con un legado trascendente en esta frontera.

La labor del recién fallecido presbítero Carlos tiene una dimensión especial. Organizó una comunidad de evangelización y servicio entre jóvenes que se soporta por el trabajo de otros jóvenes, miles de muchachos han participado en sus pláticas de formación y en sus actividades de servicio a la comunidad. Por supuesto, su labor no se limitó a los jóvenes, pero es con ellos con quienes se mostraba más evidentemente el trabajo de transformación que necesariamente impacta a la sociedad.

Las obras de infraestructura educativa y formativa desarrolladas por Don Manuel son hitos urbanos en la ciudad, desde el obispado y el seminario pasando por innumerables templos, obras sociales y religiosas. Sin embargo, su aportación a la formación del espíritu cívico de los juarenses es inconmensurable; su decidido impulso a la participación ciudadana para promover la democracia tiene carácter histórico a nivel nacional; su acompañamiento pastoral y magisterial en virtudes cívicas es reconocido por creyentes y no creyentes.

En el caso del filósofo, empresario, líder social, filántropo, mecenas y ex alcalde de Juárez, Francisco Villarreal Torres su impacto al ser creador de empresas, escuelas, asociaciones tanto empresariales como sociales y de beneficencia, sería ya suficiente para considerarlo un juarense ejemplar. Sin embargo, su aportación a la lucha cívica a través de su ayuno personal, y la trascendencia de las acciones como alcalde que desbordaron al ámbito nacional, le dan también una dimensión histórica que impactó a millones de mexicanos.

El Padre Carlos estaba atendiendo a un joven en su oficina cuando se sintió mal y en un abrazo entregó su vida, en la víspera de la eucaristía y hora santa de adoración que congregaba cada lunes a cientos de jóvenes y personas. Hasta ahí fue el Obispo a anunciar a los feligreses la inesperada muerte, y ahí siguió el pastor en la parroquia todo el día siguiente que se sucedieron las oraciones y misas por el hermano sacerdote, acompañado de miles de personas que fueron a hacer oración ante su féretro.

De Don Manuel me tocó escuchar a finales de los noventas que estaba en un “pleito amoroso con Nuestro Señor” para que lo dejara vivir hasta el 2005 (que fue cuando murió), cuando le pregunté que por qué ese año, me dijo que porque el 2000 ya estaba muy cerca… y que a pesar de los padecimientos de la edad le pedía al Señor estar un tiempo más en este mundo. Su alegría y amor por la vida era contagiosa. Está pendiente un homenaje a su persona que se pospuso por el funeral del Padre Carlos, a quién el Obispo ordenó sacerdote.

Tuve el privilegio de observar muchas decisiones del gran alcalde Villarreal para beneficio de Juárez y del municipio libre en México, así como un coloquio sobre la “narrativa” del nacimiento de Cristo que presentaba un intelectual jesuita en el New York Times la última Navidad que estuvo entre nosotros. El martes 26 de mayo a las 18:30 hrs. en el Hotel Plaza Juárez, se presenta un libro que relata la vida de este juarense de adopción sin par.

Tres constructores de personas, de instituciones, virtudes cívicas y morales que usaron el tiempo que les fue dado para hacer el bien. ¡Requiescant in pace!

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