Una urbe para peatones

Jose Ignacio Gallardo

A pesar que hay más habitantes que vehículos, tal parece que Ciudad Juárez se diseña más para el tránsito de autos y camiones que para los peatones.  Y es que cada día que pasa se hace más difícil caminar por las aceras, cruzar por ciertos cruceros y librar muchos obstáculos que surgen en el camino. Pero sobre todo para muchos juarenses cruzar algunas intersecciones viales de esta compleja frontera se han vuelto sumamente peligroso y en muchos casos hasta mortal. Estos cruceros se tornan especialmente complicados de transitar para personas de la tercera edad, quienes desafortunadamente son los que más se ven involucrados en graves accidentes al intentar cruzar las calles.

Estas intersecciones representan un verdadero reto para muchos obreros, estudiantes y amas de casa que diariamente tienen que sortear los miles de autos que transitan sin la más mínima consideración por parte de los conductores. Quienes caminan, además tienen que evadir un sinnúmero de barreras que obstaculizan las aceras de esta urbe. Y si esto es una constante molestia para miles de ciudadanos, solo hay que imaginar el calvario que estos peligrosos cruceros representan para las personas con capacidades diferentes.  De hecho, para ellos esta situación significa un riesgo todavía mayor.

Tan solo hay que echar un vistazo a las cifras de los reportes periodísticos para darse cuenta de lo peligrosa que se ha vuelto esta ciudad para los peatones.  Para ejemplificar esta problemática solamente hay que analizar lo que ocurre en uno de muchos cruces mortales, como el caso del de las avenidas Tecnológico y Ramón Rivera Lara. Esta concurrida intersección se encuentra en medio de zonas industriales, comerciales y habitacionales, y es muy grande la cantidad de transeúntes que salen a todas horas de los trabajos, las escuelas y de los negocios que se encuentran en la zona. 

Es tanto el tráfico vehicular en todos los sentidos, que difícilmente los peatones alcanzan a cruzar las calles aunque el semáforo se encuentre en rojo. Y son muchos autos, camiones y hasta tráileres que circulando por la avenida Tecnológico intentar dar vuelta e incorporarse a la Rivera Lara, o viceversa.  El caso es que los cientos de transeúntes, incluyendo los estudiantes de la Preparatoria Central y las familias que visitan el parque, literalmente tienen que andar toreando o esquivando los autos para poder cruzar esas avenidas porque no existe un solo momento libre para quienes caminan. Y a todo esto se le suma que las obras del Plan de Movilidad urbana que se realizan en la avenida Teófilo Borunda, que bloquean el paso de los peatones obligándolos a caminar en plena calle, de manera muy riesgosa por el carril de la extrema derecha, en el cuerpo con sentido de norte a sur de la avenida Tecnológico.

Pero este caso es solo uno de los muchos cruces altamente peligrosos que se encuentran en esta urbe. Todo esto hace que se analice la posibilidad de implementar botones de tráfico en los semáforos, que permitan el ordenado y seguro cruce peatonal. Tal y como ocurre en la vecina ciudad donde se cuenta con estos dispositivos para las personas que transitan a pie. En El Paso Texas como en casi todas las ciudades norteamericanas, se cuenta con botones de tráfico peatonal que al ser activados por los usuarios detienen el tráfico vehicular por unos segundos en la esquina que el peatón pretende cruzar. En tiempos pasados ya se intentó resolver esta delicada situación en esta ciudad, pero no se profundizo lo suficiente, y por lo que se ve, hace mucha falta volver a intentar que por lo menos en los cruceros más problemáticos se intente el uso de estos botones. Las cifras hablan de muchos accidentes que se pueden evitar si existe la voluntad y el interés de preocuparse por los peatones.

Esta frontera requiere cuanto antes de más espacios para los ciudadanos de a pie, afortunadamente la zona peatonal recientemente creada en la avenida 16 de septiembre, en pleno centro de la ciudad, llega en buen momento. Desde luego que lo que también es indispensable, es la cortesía y el respeto de los conductores para con los ciudadanos que caminan. Que se olviden los automovilistas de creer que son los dueños de la ciudad, porque también es de los peatones.