Opinion

CONTINUIDAD REVOLUCIONARIA

Francisco Rodríguez Pérez

2015-05-13

Durante este año, que México y Chihuahua dedican a las ideas, las palabras y las acciones del Generalísimo José María Morelos y Pavón, es necesario que pensemos, hablemos, escribamos y actuemos como una Generación que defina rutas del presente y el porvenir, una Generación de hoy, pero basada en la fortaleza de los grandes ideales que se han quedado suspendidos en el tiempo y en el espacio, pero que responden a un continuum revolucionario.

La actual situación del país exige que tanto la ciudadanía como los gobiernos tomen y asuman decisiones históricas. Ya hemos visto que no bastan las ocurrencias del poder; que las “reformas estructurales” –desde la moda de un neoliberalismo trasnochado– son insuficientes y hasta ilegítimas si no están basadas en una genuina vocación de servicio y si no están basadas en una auténtica actitud revolucionaria que recupere y exponga los sentimientos nacionales.

Creo que las crisis de la actualidad, multiplicadas y potenciadas por diversos yerros y acciones que la sociedad y el gobierno seguimos cometiendo, o por las omisiones que impiden un auténtico avance, exigen una actitud completamente distinta.

Ustedes saben que desde mis primeras incursiones en la política he tratado de seguir una fórmula, especialmente efectiva en estos casos: que las ideas deben expresarse con las palabras adecuadas y que éstas deben aplicarse en acciones concretas, bien definidas y orientadas, con los mejores propósitos, para lograr los objetivos y las metas y, con ello, resolver los problemas y los desafíos que tenemos.

Pues bien, este año de severas crisis tiene también sus propias salidas, opciones y alternativas.

Una de ellas, quizá la más segura, pero también la menos explorada es la Historia. No creamos que descubren el hilo negro o la fórmula del agua, aquellos que promocionan e imponen reformas que, quizá, no sean las que efectivamente se necesitan en nuestro entorno y en nuestra situación como país.

Precisamente la Historia nos brinda opciones, ejemplos y lecciones que debemos tomar en cuenta, para resolver los problemas del presente y del futuro.

Este año es históricamente muy importante por fechas relevantes en torno a personajes, ideas, palabras y acciones que han sido definitivas y definitorias para México.

Este año nos llama para que tengamos una vocación especial: la vocación por la continuidad revolucionaria.

Hemos ya transitado por el bicentenario del inicio de la lucha por la independencia nacional; hemos también cruzado el sesquicentenario de La Reforma y el Centenario de la Revolución Mexicana.

Pues bien, este 2015 tiene un enorme potencial en la historia.

Este 2015 es el Año de Morelos, porque se cumplen el 250 aniversario de su natalicio y el bicentenario de su sacrificio.

Morelos significó y significa una ruta, un camino, un sendero para la insurgencia nacional que se consolidó mediante los Sentimientos de la Nación y una vocación parlamentaria, con el impulso al Congreso de la Unión y la perspectiva constitucionalista.

Los Sentimientos de la Nación, hoy mismo, siguen latiendo, siguen vivos y actuantes. ¿Por qué no volver la vista a ese tipo de decisiones y acometidas que nos den ejemplo de ideas, palabras y acciones?

Morelos tuvo la idea, la expresó en palabras, con ese bellísimo y trascendental documento, y luego lo tradujo en acciones concretas como la construcción de un Congreso y la redacción de una Constitución. Tan poderosa la idea, como las palabras y las acciones que la complementaron.

Pero, en esta continuidad revolucionaria, aparece otro elemento de esta fórmula: el Centenario de la Soberana Convención Revolucionaria, como el intento más serio, de nuestra Historia reciente, para definir el rumbo de país en el siglo XX y para darle la viabilidad necesaria hacia el futuro.

 

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